bilbao. El Caja Laboral tiene apuntado en su agenda el nombre de Lamont Hamilton, pívot estadounidense del Bilbao Basket, como posible refuerzo para su juego interior de cara a la próxima temporada. El notable rendimiento que está ofreciendo el poste de Brooklyn, que termina contrato el próximo verano, en su primera temporada en la Liga Endesa no ha pasado desapercibido para diversos clubes, entre ellos el baskonista, que verían con buenos ojos la incorporación de un jugador que se ha convertido en una de las grandes sensaciones de la presente temporada -octavo jugador más valorado de la competición y entre los quince primeros en rebotes capturados y tapones colocados-.
La página web Tubasket.com publicó ayer que el acuerdo entre el club que preside Josean Querejeta y Hamilton de cara a la próxima temporada era ya un hecho, pero desde el entorno del jugador desmienten que exista un pacto cerrado. Reconocen que desde el conjunto alavés han preguntado por su situación, pero inciden en que el contacto no ha pasado de allí, tal y como ha acontecido con otros equipos tanto de la Liga Endesa como de otras competiciones, que ven en Lamont Hamilton (28 años, 2,08 metros de altura) a un notable refuerzo para dar mayor consistencia a su juego interior.
Fichado el pasado verano desde el baloncesto francés como sustituto de D'Or Fischer, el caché de Hamilton se ha revalorizado de manera considerable en los meses que lleva en Bilbao. De hecho, los dirigentes del conjunto vizcaino ya han hecho saber al jugador su deseo de prolongar su relación contractual, pero desde su entorno quieren actuar con calma y pausa, conscientes de que se trata de una pieza que será muy apetecible en el mercado, lo que complicará mucho su posible futuro como hombre de negro más allá del mes de junio. Por todo ello, su intención es no tomar una decisión en firme hasta que el presente curso finalice.
El rendimiento de Hamilton a las órdenes de Fotis Katsikaris ha sido notable, aunque en las últimas semanas se haya mostrado más irregular que en los primeros meses de competición, en los que se vio a un Lamont contundente y resolutivo en las cercanías del aro, solvente en el juego de espaldas a canasta, veloz de piernas e intimidador en defensa. En los últimos compromisos, sin embargo, su aportación al equipo ha bajado un par de enteros, de manera proporcional al suministro de balones que le llegan a la pintura, por lo que se ha tenido que centrar más en otro de los rasgos de su juego: su buena muñeca desde la media y la larga distancia, incluso desde la línea de 6,75. Pero donde el Bilbao Basket necesita que marque diferencias, al menos hasta junio, es cerca del aro.