El Athletic se reencontrará este viernes con el estadio de La Cartuja, donde realizará el último entrenamiento previo a la gran final del sábado frente al Barcelona. Una oportunidad de revancha para el conjunto rojiblanco, que tratará de curar le herida que aún sigue abierta tras su derrota en el derbi ante la Real Sociedad del pasado día 3 con el título de Copa en juego.

La Cartuja vuelve a cruzase en el camino del Athletic y lo hace por tercera vez en solo tres meses. Sentimientos encontrados con el pasado reciente. Allí firmó el equipo bilbaino una gran gesta en enero, pero sufrió la peor de las derrotas hace menos de dos semanas. El objetivo el sábado, ante el rival al que se impuso en la Supercopa, es hacer del estadio sevillano un lugar fetiche, evitar que se convierta en gafe y guardar para siempre un grato recuerdo de La Cartuja, un recinto deportivo que en sus poco más de 20 años de vida recoge un puñado de anécdotas.

120 millones de euros costó un estadio gestionado por la Sociedad Estadio Olímpico de Sevilla S.A., que está compuesta por la Junta de Andalucía (poseedora del 40% de la misma), el Gobierno de España (25%), el Ayuntamiento de Sevilla (19%), la Diputación Provincial de Sevilla (13%) y un 3% repartido entre el Betis y el Sevilla. Precisamente, el objetivo principal cuando se acometió la obra era que los dos equipos de la capital andaluza se trasladaran a jugar a La Cartuja, pero no cuadró, tal y como explica a DEIA Andoni Zubizarreta, quien fuera Consejero delegado del estadio.

“La idea era intentar que el Sevilla y el Betis jugaran allí y luego además fuera la sede de la selección española”, expone, sin olvidar también la idea de que Sevilla fuera sede de los Juegos Olímpicos. “No haces un campo con esa magnitud, de calidad, para jugar una vez cada dos meses. La idea central es que los dos equipos fueran a jugar al estadio. El Sevilla nos ayudó en ese proceso cuando empezaba Monchi como secretario técnico y también estaba Caparrós. El Betis nos ayudó menos y ya el Sevilla encontró otras vías”, agrega antes de aclarar que “había algunas cosas que cuando se explican en 2021 pueden sonar raras, pero que en el año 2000 estaban en la mesa”.

Ni Betis ni Sevilla han hecho en estos más de 20 años el más mínimo amago por trasladarse a La Cartuja, siguen ligados a sus barrios, mientras el estadio, abandonado durante muchísimo tiempo, pugna ahora por recobrar cierta normalidad. De ahí el acuerdo alcanzado entre la Junta de Andalucía y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para que las finales de Copa hasta 2023 se disputen allí, un campo que solo tres días antes del derbi entre Athletic y Real Sociedad fue sede del España-Kosovo de clasificación para el Mundial de Catar 2022. Tras muchos años sin acoger un solo partido, en los últimos meses ha recibido un lavado de cara, con mención especial a las obras acometidas para arreglar la cubierta. El siguiente paso será retirar la pista de atletismo.

Curiosamente, el primer gran acontecimiento deportivo que vivió La Cartuja, inaugurado el 5 de mayo de 1999 en un encuentro amistoso que enfrentó a las selecciones de fútbol de España y Croacia, fue el Mundial de Atletismo de 1999. Allí se jugaron también las finales de Copa de 1999 y 2001, así como la final de la Copa de la UEFA de 2003, así como un buen número de conciertos de grupos o solistas como AC/DC, Iron Maiden, Maná, Depeche Mode, U2, Alejandro Sanz, Madonna o Bruce Springsteen.

GIRALDILLAS REIVINDICATIVAS

Si en Euskal Herria es recordado por algo ese Mundial de Atletismo es por lo que ocurrió durante el acto de inauguración del mismo, en el que dos activistas por los derechos de los presos de ETA se disfrarazon de Giraldillas, la mascota oficial del campeonato, y durante 20 largos minutos permanecieron en el escenario mientras el grupo sevillano Siempre Así actuaba ajeno a todo. Con el lema ‘Repatriation Bask Prisioners’ cosido en el pecho, los dos miembros del conocido como ‘Presoekin Elkartasun Taldea’, un hombre y una mujer, se saltaron todo el protocolo de seguridad y completaron una acción que dio la vuelta al mundo.

Que su gesta adquiera también un eco mundial es lo que buscará este sábado el Athletic en La Cartuja, un campo que quiere que sea talismán y no gafe; que se recuerde como el estadio en el que el conjunto rojiblanco alzó su vigésimo quinto título de Copa. No será fácil, pero tampoco debió serlo para las Giraldillas saltarse todo el protocolo de seguridad.