E le escapaba la sonrisa. A Erika Vázquez (Iruñea, 1983). Se le escapaba una mueca que expresaba una gran incredulidad en su cara. No sabía dónde meterse. Además, con sus manos extendidas, boca arriba mirando al cielo, hacía el gesto que repite una y otra vez sobre el verde: “Dame el balón. Dámelo ya. Lo necesito”. De la misma forma recogió el galardón que le dispensó el presidente del Athletic, Aitor Elizegi, en el partido de Copa del jueves en San Mamés frente al Valencia. Acompañada de Eli Ibarra. “Tengo admiración por Eli e Iraia. Es un orgullo estar cerca de ellas”, suele decir. Fiel escudera y compañera de mil y un batallas. “Dame el cuadro. Dámelo ya. Quiero verlo”, decía al presidente con su gesto. El cuadro, ya en sus manos, representaba una foto de una Erika jovencísima, que comenzaba a correr de forma explosiva con su primera camiseta del Athletic, hace ya 414 partidos de su debut en el primer equipo. “Es una alegría enorme. Nunca imaginé que podría llegar a esta cifra. Estoy orgullosa y me siento una privilegiada”, añadió la delantera homenajeada.

Ya en la grada de San Mamés, tras bajar las escaleras y rendirse ante el público rojiblanco, sus ojos brillaban, sin llegar a explotar. En un momento mágico, en el que toda la afición bilbaina le hizo llegar su reconocimiento, cariño y agradecimiento en forma de un cálido e interminable aplauso. “Me siento abrumada por lo que me hicieron sentir”, señalaba. Una trayectoria intachable que la legendaria delantera del Athletic va a seguir dilatando un tiempo más. Hasta que ella quiera. Hasta que su cuerpo aguante. “Todavía tengo ganas de jugar. Voy a seguir trabajando, cuidándome al máximo y mejorar y disfrutar de lo que quede”, asegura. Hizo esfuerzos para esconder sus lágrimas aunque se le escaparon muestras de estar muy emocionada con San Mamés rendido a sus pies. Cerca de su corazón. Solo echó de menos un balón a su lado. “Tengo la ilusión intacta. El Athletic . Me llevo el cariño de la gente, de la afición”, advirtió emocionada.

La primera vez que vi jugar a Erika me quedé impresionado. Destacaba entre todas las jugadoras. Por su endiablada velocidad que a través de una zancada prodigiosa, a modo de eslalon, sorteaba contrarias una y otra vez. Jugaba rápido, a otro ritmo. En su carrera parecía caerse sobre un fino hilo agarrado a unos centímetros del césped del que en el último instante conseguía aferrarse. Una jugadora con unas cualidades excepcionales. Mostraba una velocidad de vértigo con el balón en los pies y además con una finalización perfecta. Una funambulista a la que acompañaba un balón. Eligió el fútbol, como contó un día, pero podría haber sido una atleta, una bailarina en la pista de baile... Lo que hubiera querido con esas condiciones físicas. Tiene una pócima mágica: “Ser mejor cada día, superarte, poner pasión en todo lo que haces y dar lo mejor de ti”.

Licenciada en Educación Física y con Máster de Alto Rendimiento y los cursos de entrenadora, su futuro seguramente siga cerca del Athletic. Pero aún sigue la cuenta. Cuatrocientos catorce partidos después, con el número diecinueve de la elástica del Athletic a la espalda, “nunca pensé que podría ser profesional, ni vivir del fútbol”. No es extraño decir que Erika ha perdido parte de aquella velocidad endiablada. Es lo normal. Pero sigue ahí. Se ha reinventado en una posición más retrasada a la delantera original y ya es la jugadora con más partidos, con más goles, 263, y que a sus 38 años (el miércoles cumplirá 39) ha logrado adaptarse a un nuevo fútbol femenino, con unas defensas mucho más físicas, exigentes y aguerridas. También con menos minutos. Pero aún disfruta del balón, con esas habilidades que siempre la han hecho especial. Es un ejemplo de autoexigencia. Llegó con 21 años al Athletic. Su primer gol lo hizo en 2004 y suma diecisiete temporadas marcando con el Athletic. La trayectoria bien merecía este homenaje. Hoy, contra el Barcelona en Lezama -el partido comienza a las 12.00 horas-, recibirá reconocimiento, acompañada de las suyas. Grande, funambulista.

Jugadoras con más partidos

A sus 38 años, Erika ha disputado 414 partidos en 17 temporadas y ha anotado 263 goles, más que ninguna otra leona