Aquel Athletic-Espanyol en el que Iturraspe marcó su último como león y Viguera su primero (21 de noviembre de 2014)

Cada encuentro ofrece sus pequeñas historias. El que disputaron once años atrás el Athletic y el Espanyol se mantiene en el recuerdo de Ander Iturraspe y Borja Viguera, cada uno por sus motivos particulares pero unidos por el gol. El conjunto rojiblanco superó sin demasiados apuros al cuadro perico dentro de la décimo segunda jornada de liga y lo hizo gracias, al margen de su superioridad en el verde, a los tantos de Iturraspe y de Viguera, que se sumaron al que firmó Aritz Aduriz, que no faltó a su cita con el gol y que fue decisivo, ya que también ejerció el rol de asistente para certificar el triunfo por 3-1 y relanzar en la tabla a los de Ernesto Valverde, inmersos entonces en la Champions, como ocurre a día de hoy

Iturraspe no se ha caracterizado a lo largo de su carrera precisamente por ser un goleador nato. Es más, le costó mucho ver puerta, tanto que en sus trece temporadas en la élite el de Matiena, que colgó las botas tras jugar una temporada curiosamente en el Espanyol, solo fue capaz de batir la meta rival en tres ocasiones y la última data precisamente del mencionado duelo frente al Espanyol, en la que curiosamente fue su campaña más fructífera en esta faceta, ya que tres meses antes, en el inicio de aquel curso, había hecho su segundo como león en otro partido de liga frente al Levante. La primera ocasión en la que Iturraspe mojó se remontaba al partido inaugural de la liga en 2011 ante el Rato Vallecano en el viejo San Mamés y en el atranque de la etapa de Marcelo Bielsa en el banquillo bilbaino.

El centrocampista vizcaino firmó el 3-0 de un zapatazo fuera del área, pero con anterioridad Viguera, al que el Athletic había fichado procedente del Alavés tras convertirse en el pichichi de Segunda División, se estrenó como goleador rojiblanco al ejecutar el 2-0 con un toque de calidad y tras una asistencia de lujo de Aduriz, quien había abierto la lata a la media hora de juego. Viguera tuvo un inicio ilusionante como rojiblanco, pero no llegó a romper la puerta, por lo que al inicio de su tercer curso en Bilbao hizo las maletas para comprometerse con el Sporting, paradójicamnete las horas después de haber firmado su último gol como león ante el conjunto asturiano en la primera jornada de aquella liga.