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Athletic 2-1 Mallorca | La contracrónica

La tarde de los hermanos Williams

Iñaki puso fin a su sequía goleadora tras marcar un penalti provocado por él mismo, pero se marchó lesionado antes de la hora de juego y fue sustituido por Nico, que reapareció

Nico Williams entró sustituyendo a su hermano Iñaki, que se marchó tocado.Borja Guerrero

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Qué bueno es volver a ver sonreír a Iñaki Williams. Y qué falta le hacía en este gris comienzo de temporada que está viviendo el capitán del Athletic. De ahí la rabia con la que celebró el gol con el que abrió el marcador en la visita del Mallorca a San Mamés. Se quitó un enorme peso de encima, incluso parte de la responsabilidad por el irregular inicio de curso del equipo ahora que el es quien porta el brazalete. Él mismo fue objeto del penalti que convirtió con un disparo mordido, que se coló por debajo del cuerpo de Leo Román, que le adivinó las intenciones, pero que confió en que el tiro iría mejor tocado. Entró con cierta tensión, aunque no con tanta como la que le dio a la acción previa el colegiado Alejandro Quintero González, que tuvo que acudir al VAR para señalar el penalti, pues fue incapaz de ver en directo la patada de Martin Valjent sobre el mayo de los Williams.

El gol, el primero que marca en cinco meses, con el que puso fin a una sequía de trece encuentros sin ver puerta, llevó aparejada una celebración muy especial, una dedicatoria dirigida a su mujer, Patricia, y al hijo en común que ambos esperan. Desde que semanas atrás hicieran público su embarazo, Iñaki no había podido festejar ni un solo tanto, por lo que tras marcar no lo dudó. Primero extendió los brazos y agachó la cabeza, dio un salto, gritó de rabia, se abrazó a sus compañeros y cogió el balón para colocárselo en la tripa.

Una bonita manera de empezar una tarde en la que para el minuto nueve, cuando el capitán adelantó al Athletic en el marcador, los rojiblancos habían generado hasta cuatro claras ocasiones de peligro, dos de ellas firmadas por el propio Iñaki Williams, al que le faltó un mayor convencimiento para atacar el balón primero y bastante más puntería en su segundo intento.

Pero como no todas las historias tienen un final feliz, al capitán se le esfumó la sonrisa de golpe y porrazo poco después de volver de los vestuarios. Echó una carrera en dirección a su propia portería para defender una acción del Mallorca y a los pocos metros, muy cerca del círculo central, tuvo que pararse en seco, aquejado de un dolor en la parte superior de su pierna derecha, posiblemente en la ingle. De la misma se le torció el gesto, consciente de que tendría que abandonar el terreno de juego.

Un nuevo percance en forma de lesión que agregar para una plantilla en la que hay dos bajas de larga duración, como es el caso de Unai Egiluz y Beñat Prados, y otras menos graves pero igual de importantes, como sucede con las ausencias de Oihan Sancet, Alex Berenguer y Mikel Vesga. Casi nada.

De esa desafortunada lista en la que se hizo un hueco el mayor de los Williams salió el pequeño, Nico. Después de lesionarse con la selección española en un partido ante Turquía el pasado 7 de septiembre y de perderse seis partidos con el Athletic, curiosamente saldados con un pobre bagaje de un empate y cinco derrotas, el extremo navarro reapareció frente al conjunto balear.

Sustituyó a su hermano y en los diez primeros minutos se situó en la media punta, donde no tuvo mucha presencia. La entrada al campo de Maroan y la apuesta de Valverde por reforzar el centro del campo con un trivote, algo poco habitual, le devolvió a su hábitat natural, a la banda izquierda, donde pareció sentirse más cómodo.

Aunque acusó la lógica falta de rodaje, pues llevaba más de un mes sin disputar un partido, dejó un par de buenos detalles. Tuvo también tiempo para mostrar su malestar con Maroan después de que este no le pasara en una clara acción al contraataque y terminó el partido más enfadado aún por la absurda e injusta amarilla que vio. Eso sí, es el talismán de este Athletic que no sabe lo que es ganar sin él. Fue la tarde de los Williams, para bien y para mal.