Ander Herrera, en su paso por el podcast de Juan Domínguez y Sergio Beguería, 'Tengo un plan', habló sobre su salida del Zaragoza al Athletic y todo lo que la rodeaba. En la conversación, Herrera asegura que "estaba en el equipo de mi vida, del que soy aficionado y del que moriré siendo aficionado". No obstante, una situación de impagos lo cambió todo.

"Solo me iría del Zaragoza si ellos querían que me fuera", reconoce, al mismo tiempo que lamenta no poder disfrutar de su estancia en Zaragoza porque "era muy convulso todo. Teníamos un propietario que no pagaba, había líos cada dos por tres".

Tras seis meses en Segunda División y un año entero en Primera, comienzan los problemas de impagos en la entidad maña tras unos fichajes que permitían soñar a la afición del Zaragoza con afianzarse en las primeras posiciones de Primera División. "Un equipo que estaba hecho para estar en Champions se fue a Segunda. No podían pagar los salarios y necesitaban vender". Herrera, siendo el activo más importante del club, dio un paso al frente.

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Amigo invisible por Navidad

El exfutbolista rojiblanco se unió a los capitanes del Zaragoza para solicitarle al propietario que lo vendiera y, de esta manera, sus compañeros cobrasen el salario. La situación era tan evidente que el vestuario bromeó con ello. "Recuerdo que en un amigo invisible que hicimos en una cena de navidad me regalaron el cartel de 'Se vende'". Finalmente, el Zaragoza alcanzó un acuerdo con el Athletic que permitió desbloquear la situación de impagos. "Imagínate lo que me querían en el vestuario", bromea Herrera.