La Roma, rival del Athletic mañana jueves, compite de nuevo con Ranieri
Ranieri se ha valido de una apuesta firme por un once muy estable y la impagable aportación en ataque de Dybala, para lograr una regularidad en el funcionamiento y los resultados
La mejoría experimentada por la Roma bajo la batuta de Claudio Ranieri salta a la vista. Desde su precipitada contratación a finales de noviembre, el balance de resultados acredita la buena mano del veterano técnico. En su liga, la denominada Serie A, ha encadenado ocho victorias, tres empates y solo tres derrotas. Previamente, con Daniele de Rossi e Iván Juric en el banquillo, se contabilizaron cuatro triunfos, cuatro empates y cinco derrotas.
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La diferencia resulta abismal. No es que de repente la Roma regale los ojos con un fútbol vistoso, pero ofrece regularidad en su rendimiento. Funciona como un grupo serio que ha sabido reducir el cupo de concesiones y, en definitiva, vuelve a competir. Para conseguirlo, Ranieri no se ha andado con rodeos, utiliza un bloque muy estable. La identidad de los titulares no admite duda salvo en un par de posiciones.
Se trata de una apuesta muy fuerte por determinados hombres, en especial en la zaga. El belga Mile Svilar, de 25 años, es intocable en la portería. La Roma se fijó en él cuando solo era un meritorio en las filas del Benfica y le extendió un contrato para cinco temporadas. Lo cierto es que no ha tardado en darle la razón a la dirección deportiva. Son asimismo fijos los laterales Celik y Angeliño y la pareja de centrales formada por Mancini y Ndicka. Apenas hay margen para el resto, en parte porque Ranieri no acostumbra a emplear la fórmula de los tres centrales, que en la primera parte de la temporada repartía minutos entre Hummels y Mario Hermoso. Este último, que intervino en la visita del Athletic al Olímpico de septiembre, salió cedido en enero al Bayer Leverkusen.
La competencia en la zona ancha afecta a bastantes jugadores. La adjudicación de las cuatro plazas depende del escenario y el rival. El único que nunca falla es Manu Koné, de nacionalidad francesa y cedido por el Borussia Moenchengladbach. Se caracteriza por un generoso despliegue y a su lado alternan en la función de ancla Cristante y el argentino Paredes, que se halla sancionado de cara al jueves. Cuando ambos coinciden, el perfil del equipo se torna descaradamente defensivo.
Lorenzo Pellegrini, nacido en la capital italiana y producto de la cantera del club, ejerce tareas más creativas como enlace, casi siempre algo escorado hacia la izquierda para aprovechar su estupendo golpeo de balón. Acaso por sus orígenes y un carácter un tanto peculiar, se halla permanentemente bajo la lupa de la grada. Con Dybala, es el más dotado para generar desequilibrios en ataque.
En el centro del campo también suele haber hueco que picoteen minutos Pisilli, el internacional belga Saelemaekers, captado el pasado verano, y El Shaarawy, un clásico que ha conocido etapas de muy distinto signo. Los dos últimos acostumbran a actuar escorados a banda derecha, puesto que Angeliño se encarga de recorrer todo el costado opuesto, pero pueden alternar.
Por último, citar a Soulé, joven y talentoso argentino captado de la Juventus, que tiene difícil intervenir con mayor asiduidad por la presencia de Paulo Dybala, la indiscutible estrella del conjunto, que merece un aparte. Pero, en teoría, el principal encargado de aportar goles se llama Artem Dovbyk, fichado para suplir a Lukaku y Abraham. El ucraniano que se dio a conocer en el Girona al alzarse con el Pichichi gracias a sus 24 aciertos, de momento no ha explotado: nueve en liga y dos en la Europa League. Sus ausencias son cubiertas por el uzbeko Shomurodov, otro ariete de gran envergadura física, recuperado en verano tras un par de cesiones.
GOL E INGENIO
Dybala, al que por algo le pusieron el apodo de La Joya, posee notables registros de remates y asistencias, pero su disponibilidad le ha privado de un protagonismo acorde a su clase. Un amplio historial de contratiempos físicos en los tres años que lleva en la Roma tiene la culpa. No obstante, él solito es capaz de resolver cualquier partido. No se le puede dar dos metros cerca del área porque el ingenio se le cae de los bolsillos.
Aunque los altibajos nunca dejaron de acompañarle, alcanzó su cénit en una dilatada estancia en la Juventus, que se hizo con sus servicios pese al interés expuesto por algunos de los clubes más poderosos del continente, varios de la Premier o el PSG. A los 31 años cumple su duodécima campaña en la Serie A y mantiene una media aproximada de un gol cada tres encuentros. Ha ganado doce títulos, siempre con la Juventus.
Fue campeón en el Mundial de Catar, pero su trayectoria internacional cabe catalogarla de discreta. En su hoja de servicios constan solo 40 partidos, muchos saliendo en segundas partes. El liderazgo absoluto de Messi ha sido un obstáculo insalvable para que pudiera asentarse en el once argentino.
Estos son los poderes que gestiona Ranieri, hasta la fecha con esmero. Ya tiene a tiro las plazas europeas, está a cuatro puntos del sexto, el Bolonia, y frente al Athletic aspira a consolidar su candidatura a la Europa League. La Roma no olvida la final que dos años atrás, con Mourinho al mando, perdió a los penaltis frente al Sevilla de José Luis Mendilibar.