Conducir por Italia, no importa si es el norte o el sur ni la distancia a recorrer, convalida como toda una vida de camionero. Italia es así. Hay normas, sí, pero solo para algunos. “No se quitan del carril izquierdo. O les das las largas o…”, apunta Oier Zarraga (Getxo, 1999) en las oficinas del Udinese. El centrocampista vizcaino, el protagonista de estas líneas, es una persona que conoce muy bien el Athletic, donde estuvo quince años, pasando por todas las categorías inferiores y hasta llegar al primer equipo, del que se despidió en el verano de 2023 para fichar por el conjunto italiano.

¿Cómo le va la vida?

Bien, bien. Estoy contento. Aquí estoy viviendo una experiencia nueva para mí. Nunca había salido de casa, encima yo era muy de estar con mi familia, con ama y aita. Pero estoy contento, el cambio me ha venido bien. Estoy aprendiendo mucho y me está haciendo madurar tanto fuera como dentro del campo.

Por lo que le he escuchado, se defiende bien con el idioma, lo cual le habrá facilitado mucho las cosas.

Sí. Cuando firmé y antes de venir empecé a dar clases durante el verano. Y luego ha sido fácil. Al final les estás escuchando todo el día y a poco que pongas de tu parte también… Aprender italiano es también una forma de respetarles a ellos. No lo hablo como ellos, pero casi casi.

Por lo general suele haber miedo al cambio. Es propio del ser humano. Usted entró con nueve años en Lezama y se fue con 24. ¿Cómo recuerda el momento en el que decidió firmar por el Udinese?

Se me pone la piel de gallina y todo. Creo que no estaba en un buen momento mío. No me encontraba bien. Ya sea por cómo empezó el año, que creo que hice una buena pretemporada y luego no entré en el equipo, tampoco estaba teniendo minutos… Eso cuesta. 

¿Fue duro tomar la decisión?

Un poco. Pero llegó esta oportunidad, en su momento creí y sigo creyendo que hice bien en dar el paso de venir aquí, de salir de casa. Ellos me transmitieron mucha confianza, yo necesitaba un cambio de aires porque no estaba siendo yo mismo y al final no estaba dando lo que el Athletic necesitaba de mí. Era un poco como que no tenía sentido estar allí y no conseguir evolucionar o crecer.

“Necesitaba un cambio de aires porque no estaba siendo yo mismo y al final no estaba dando lo que el Athletic necesitaba de mí”

Vamos, que necesitaba sí o sí un cambio.

Sí. Sí es verdad que yo mentalmente le doy muchas vueltas a las cosas. Quizá a veces es una virtud y otras veces es un problema. Pero mi cabeza me pedía buscar una alternativa diferente, que me estimulase; una cultura futbolística diferente, un fútbol diferente, un equipo diferente, otro idioma. Algo muy diferente para probar y, como te he dicho antes al principio, me está ayudando a crecer, tanto como persona, muchísimo, y futbolísticamente también estoy aprendiendo un montón.

Cuando se habla del fútbol italiano, casi siempre se asocia a un juego defensivo, el famoso ‘catenaccio’. Aunque en los últimos años parece que eso está cambiando hacia un fútbol más ofensivo…

Sí. Es verdad que yo no seguía tanto la liga italiana, al margen de los partidos importantes, pero ahora que estoy dentro creo que sí que ha evolucionado mucho. Es verdad que le dan mucha importancia a lo táctico, al orden. Pero ahora han llegado entrenadores diferentes, incluso italianos con otras ideas, y proponen mucho el jugar desde abajo, ser muy ofensivos, ser activos e ir a ganar desde el minuto uno.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de lo que se ha encontrado a nivel futbolístico?

Empezamos con un entrenador que defendía hombre a hombre, algo que no había hecho en 15 años. Desde que entré en el Athletic yo no había jugado hombre a hombre nunca.

El Athletic de Bielsa y poco más…

Sí, es verdad. La única época que recuerdo es esa. Estar acostumbrado a jugar en zona, a tener tu espacio y pasar a jugar hombre a hombre es un cambio grande. Eso fue lo que más me sorprendió. El tiempo que invierten en la táctica.

Llegaron líderes al fin de semana, pero cayeron ante la Roma en el estreno de Juric en el banquillo. ¿Le sorprendió el cambio tan temprano de entrenador?

A veces se tiene poca paciencia con los entrenadores, pero creyeron que quizá un cambio de técnico era lo más fácil para cambiar su situación. Y bueno, contra nosotros, por desgracia, les ha salido bien. A ver ahora contra el Athletic en Europa, que es un rival fuerte. No puede pasarse por alto la presión que tiene la Roma, porque tiene que conseguir estar arriba y ganar en Europa casi todos los días. Y para el Athletic también es un buen reto después de tantos años fuera de Europa.

¿En qué se diferencia la Roma de Juric de la de De Rossi?

Cuando el año pasado ficharon a De Rossi pasaron a ser un equipo más de posesión. Recuerdo que hacían salida de tres desde atrás. Lo basaban todo en el balón, en filtrar el balón dentro, sobre todo cuando estaba Lukaku, y jugar de cara con los media puntas o medios centros. Juric, al que ya conozco de jugar el año pasado contra el Torino, propone jugar uno contra uno a todo el campo. Un juego físico. En todo lo que sean duelos intentan siempre desmarcarse. Es un fútbol diferente. Si no lo has jugado nunca, igual al principio, en los primeros minutos, puede ser difícil, pero viendo también al Athletic cómo juega y lo que propone, puede hacerle frente.

Poco parece haberle importado a Juric cambiar el Torino por la Roma… 

Sí, su idea es esa. Jugar uno a uno todo el campo y basa todo en el duelo y, sobre todo, en defensa. Ganar la segunda jugada y a partir de ahí empezar a jugar. Es un equipo que también juega bien con balón, tienen mucha calidad. No es un equipo que vaya a tener la posesión por tener. O sea, te va a ir a atacar y a hacer gol, a hacer daño.

Supongo que con matices, pero también el Athletic va de cara, no se guarda nada.

Eso es. El Athletic presiona un poco más en zona, pero siempre presiona alto, siempre muerde. Los dos se van a ir a morder arriba, a intentar robar el balón en campo contrario. Y, a partir de ahí, hacerse daño el uno al otro. Es verdad que quizá el Athletic tiene un ataque un poco más directo, más veloz; y la Roma quizá puede generar un poquito más, con un poquito más de posesión. Pero sí, va a ser un partido bonito de ver, la verdad.

¿Dónde cree que puede estar la clave del partido?

Querer el balón yo creo que va a ser una clave. Porque en el momento en el que quieras el balón, y lo que te he dicho, al jugar uno a uno, en cuanto superes ese duelo vas a tener espacio abierto y ahí se van a generar dudas. Porque el que está uno a uno tiene que soltar a su marca, entonces ese jugador ya está libre. Empiezas a encontrar al jugador libre y ahí es cuando a la Roma le va a generar dudas. Si el Athletic sale a morder allí, a jugar como juega, a llegar por bandas y hacerles daño, yo creo que la Roma puede sufrir.

“Si el Athletic sale a morder, a llegar por bandas y hacerles daño, la Roma puede sufrir”

¿Qué importancia puede tener el aspecto mental?

Puede tener mucha relevancia. Ahora mismo la Roma, por la situación en la que está, tiene la presión. Los aficionados están calientes por todo lo que está pasando en la dirección del club. El Athletic, desde la tranquilidad, también puede aprovecharse de esa situación. Y es que viene de sacar nueve de nueve en liga.

¿Cómo es jugar en el Olímpico?

Su afición aprieta mucho y ahora es un partido importante para ellos. Si el Athletic les hace dudar en el campo, el ambiente se puede enrarecer y que eso juegue a favor del Athletic.

¿Cómo está viendo al conjunto rojiblanco?

Bien. Sí que es verdad que al principio costó un poquito, pero puede ser normal. Ya se va pareciendo mucho al Athletic que vimos el año pasado, ese que va a por todo, que le da igual quién juegue, contra quién juegue, que hace goles, que es ofensivo, que llega por banda… El Athletic de Valverde, el que tantas veces hemos visto, vamos.

¿Está jugando como un equipo grande?

Puede ser. No están siendo partidos quizá brillantes o muy bonitos, pero con la efectividad marca la diferencia. Muchas veces vemos al Madrid, cuando hemos jugado contra ellos, que le están dominando pero al final pierdes.

Conoce muy bien a Nico Williams. ¿Esperaba una explosión así?

Él juega para divertirse, para hacer las cosas bien, ser él mismo. Y eso es muy importante. Yo sí que creía que podía conseguir cosas así, pero quizá no tan rápido. Es un jugador que lo tiene todo: uno para uno es rápido, domina las dos piernas… El rival no sabe muchas veces cómo defenderle. Y eso quizá hacía mucho tiempo que no lo veíamos en el Athletic. Y tenerlo en casa es muy importante.

“No estoy jugando todo lo que me gustaría, pero lo gestiono de otra forma. Soy más positivo. En el Athletic no era capaz de ver el por qué, de comprender la situación”

Ojalá por mucho tiempo, ¿no?

Ojalá. Ojalá, sí. 

Antes ha hablado de su situación en el Athletic, de que necesitaba un cambio. ¿Considera que se le dieron las oportunidades suficientes?

Ahora que pasa el tiempo lo veo desde otra forma. Después de esa pretemporada que hice y ver que no empezaba de inicio cuando todo apuntaba a ello… creo que no supe gestionar las emociones. Creo que no me vino bien. Ahora aquí estoy aprendiendo mucho. No estoy jugando todo lo que me gustaría, pero lo gestiono de otra forma. Soy más positivo. En el Athletic no era capaz de ver el por qué, de comprender la situación. Al final, en el fútbol son decisiones y hay que respetarlas. El entrenador decide en base al rival, a lo que él ve… No haber sabido gestionar esos momentos no me ayudó. Pero no es que no me dieran oportunidades, porque estuve 15 años allí. De hecho, he jugado partidos bien, también he cometido errores. Pero no creo que haya sido un problema ni de falta de oportunidades, ni de hacerlo bien o mal. Más bien de no haber gestionado esos momentos.

¿Pecados de juventud?

Sí… puede ser. Dejarte llevar, ir al entrenamiento con otra actitud. La clave es no pensar. Ahora llevo un tiempo trabajando el aspecto mental, que me está ayudando a ver las cosas de otra manera. Y, sobre todo, a no tener dudas en ti mismo, que es lo último que un jugador puede tener. Nico, por ejemplo, seguro que no piensa en esas cosas.

¿Se enfada cuando no juega?

Sí, obvio. Eso hay que mantenerlo siempre. No me gusta no jugar. Pero creo que soy un buen compañero. Yo entreno al cien por cien cuando juego y cuando no y respeto todas las decisiones. Pero sí que me jode no jugar. Quiero jugar siempre. Y por eso quizá ahora cuando juego 20 minutos, media hora o diez minutos, lo hago mejor que cuando lo hacía antes.

Ha cambiado el chip.

Ahora pienso que si lo hago bien en el rato que juegue, esos minutos se pueden multiplicar el día de mañana. También puede traducirse en que no cambie nada, pero se trata de quedarse satisfecho con uno mismo.