Siente que llega en perfectas condiciones para el inicio del campeonato después de un verano un tanto complicado en el plano físico. Asegura que el gol al Aston Villa le sentó de maravilla y se propone mantener la línea ascendente que describió en su segundo año en el equipo, el primero en que pudo gozar de la titularidad. Le avalan dieciséis goles y un encaje en el esquema de Valverde que desbordó las expectativas depositadas en su persona, un delantero que tuvo que buscarse la vida en dos cesiones a clubes de Segunda División. Gorka Guruzeta confía en que el Athletic asimile un calendario más denso que incluye un frente, Europa, que constituye una novedad para el grueso de la plantilla. Comenta el fichaje de Álvaro Djaló, a quien describe como un refuerzo muy útil por las características que atesora.
¿Cómo le ha ido la pretemporada?
—A día de hoy me siento muy bien. Ya llevo un par de semanas muy buenas de entrenamientos, pero reconozco que es la pretemporada que más me ha costado, tanto en cuanto a coger el ritmo como a sensaciones con el balón.
Habrá alguna razón.
—Pienso que ha sido porque para mí la temporada anterior acabó un mes antes que para el resto debido a que me tuvieron que operar de apendicitis a primeros de mayo. Cuando volví a Lezama en julio tenía todo tipo de molestias, agujetas y demás, pero ya me encuentro perfectamente. Me vino muy bien marcar contra el Aston Villa para ganar en confianza, empezaba a tener buenas sensaciones y marcar siempre se agradece.
Ese gol tuvo su dificultad.
—Fácil no era. El balón de la Premier es más globito que el que se utiliza aquí. El pase de Iñaki venía por abajo y tuve la suerte de poner bien el pie para cogerlo en el momento justo y que entrase en la portería. En ese momento pensé: estoy de vuelta.
Están a escasas horas de iniciar una temporada especial.
—Y noto que en el equipo estamos con todas las ganas de mundo. Al igual que la afición estamos ilusionados con lo que va a venir. Hay ganas y ambición para afrontar un calendario con dos competiciones más.
Seguro que los rivales han tomado nota del tipo de fútbol que propone el Athletic y se aplicarán en la búsqueda de soluciones que les compliquen la existencia.
—Entiendo que no será sencillo repetir todas las facetas del juego que tanto rentabilizamos durante el año pasado, que los otros equipos, como comentas, habrán tomado nota y se esforzarán en plantearnos más problemas. Depende de nosotros pulir lo que ya hemos puesto en práctica con buenos resultados y también introducir otro tipo de recursos para ir sacando los partidos.
Existe la certeza de que este mes y medio de trabajo se ha visto muy condicionado a causa de los numerosos contratiempos físicos y algunas ausencias que obedecían a otros motivos.
—Sí, demasiadas bajas, a lo que suma la presencia de muchos chavales que han tenido que asumir un protagonismo mayor. Desde luego, los resultados de los partidos no han sido los mejores, pero también se ha de tener en cuenta la calidad de los rivales. En este sentido han sido unas pruebas muy duras, pero también lo será el comienzo de LaLiga. Creo que lo importante será hacernos fuertes en casa, como lo fuimos el año anterior. A partir de ahí, todo rodará bien.
Lo comenta porque les ha tocado jugar en San Mamés tres de las cuatro primeras jornadas.
—Hace un año perdimos en el estreno con el Real Madrid, pero nadie más fue capaz de ganarnos en casa. Con este calendario, si seguimos en esa línea y firmamos un buen inicio, las cosas nos irán bien.
El verano anterior tampoco fue para echar cohetes y sin embargo luego el equipo respondió con nota muy alta.
—Las pretemporadas son para prepararse cada uno individualmente, probar jugadores nuevos y perfeccionar los aspectos que el entrenador quiere introducir o mejorar. Es evidente que nos han metido muchos goles este verano, pero soy partidario de no mirar atrás porque lo que realmente vale es lo que pase de aquí en adelante. Hacer una pretemporada buena, con victorias en los amistosos, tampoco garantiza nada.
La mayor diferencia que les espera respecto a lo que ya conocen será esa larga serie de partidos entre semana correspondientes a la Europa League.
—Sí, además de mantener la regularidad en San Mamés, el reto que tenemos es competir al máximo cada tres días durante muchas semanas y frente a rivales de entidad. Es justo lo que el Athletic ha hecho siempre con su filosofía, responder en un torneo muy exigente. En la Europa League nos cruzaremos con equipos potentes y reforzados, lo sabemos y hay que hacer lo posible para estar a la altura.
Ese marco, Europa, es novedoso para la mayoría de la plantilla.
—Así es. La mayoría de nosotros no hemos jugado esta clase de torneos. Lo que debe guiarnos es la ilusión y la ambición que mostramos durante la última temporada.
Pero ¿les puede pasar factura este detalle?
—Hay que pensar que cuando ganamos la Copa, si miras la alineación, estábamos ocho jugadores que nunca habíamos jugado una final. Todos los titulares quitando a Iñaki Williams, Yuri y De Marcos. Es verdad que no fue nuestro mejor partido del año, pero ganamos. Cuando se juega entre semana no hay que despistarse de cara al partido que toque el siguiente fin de semana, que en ocasiones ya nos ha pasado. Ojalá podamos asentarnos como equipo en Europa para seguir yendo con asiduidad.
Se logró en la anterior etapa de Valverde en el club, el Athletic jugaba en Europa cada curso y encima conseguía clasificarse para el siguiente. La afición hasta pudo malacostumbrarse, le parecía que era lo normal.
—Es que la auténtica dificultad no es entrar una vez, lo bonito tiene que ser meterse en Europa varios años seguidos, aunque luego la gente pueda pensar que es algo fácil, que no lo es en absoluto.
O sea, que ve al grupo convencido de que es posible engancharse a esa dinámica.
—No nos conformamos con lo que se hizo la temporada pasada.
En el plano personal, ¿cómo enfoca el futuro inmediato?
—Desde que retorné del Amorebieta mi objetivo era ser el delantero del Athletic, pero no solo un año. Quiero que todo vaya igual en el futuro.
Bueno, experimentó un salto importante en términos de participación y protagonismo respecto al año de su regreso a Lezama.
—Mis segundos años suelen ser mejores que los primeros. Encontramos una sintonía muy buena en el equipo, hice goles y ayudé lo que pude para realizar esa presión colectiva que cuando se ejecuta correctamente es brutal para los contrarios. Pienso que puedo decir que me salió un año muy bueno.
Dice que sus segundos años son buenos, ¿los terceros?
—Terceros no he tenido todavía en un mismo equipo. Sé que cuando haces algo bueno la gente espera más de ti. Lo que vale es seguir trabajando y dar la cara en los partidos, sabiendo que al delantero se le van a pedir goles. Como he firmado un contrato para cuatro años más, tengo que hacer todo lo posible por continuar en esa línea. Los buenos delanteros que ha tenido el Athletic lo han sido por haberlo hecho bien a lo largo de un tiempo largo.
Siempre insiste en que a quien juega arriba del todo se le exigen goles. Dieciséis son una cifra respetable.
—Claro, porque lo que hayas hecho antes ya no vale, empiezo con el casillero a cero. Siempre digo que se trata de superar lo que ya has conseguido con anterioridad. Soy consciente que el listón está alto, pero también vamos a tener más partidos. La gente me dice por la calle que tengo que meter más que dieciséis y entonces le pregunto si con los mismos le valdría. Me dice que sí. Bueno, si no meto tantos, que los hagan los compañeros.
Este verano han dejado la plantilla Villalibre y Raúl García, ambos con un rol secundario, pero hay una incorporación en la nómina de delanteros.
—Competencia nunca falta. Djaló es un muy buen jugador que se ha soltado más con los dos goles que ha marcado. Es humilde, muy majo y obviamente, un competidor tanto para mí como para los que juegan en las bandas. Es muy vertical y tiene la portería en mente todo el rato. Confío en que nos ayude mucho.
Se ha subrayado su polivalencia.
—Es que Djaló posee su propia magia, es un poco como una mezcla de los demás: encara al defensa como Nico, tiene un buen golpeo como Berenguer, es veloz como Iñaki y en el área, como yo, dispara rápido. Todo esto tiene su currelo detrás.
No le extrañó que en algunos amistosos Valverde le colocase en su posición.
—Es algo lógico. Desde los primeros entrenamientos, Djaló ha estado cambiando de demarcación. Es algo normal. Estos años yo también he probado como media punta, que no es mi puesto.
Al margen de que confirme todas las flores que le ha dedicado, Djaló es un fichaje por el que se ha pagado un buen dinero. Eso significa que le han traído para que juegue. Eso les afecta de lleno, quizás no tanto a Nico Williams.
—Nico ha demostrado que es un futbolista top mundial y espero que nos eche un cable como hace siempre, es lo que queremos y es lo que creo que va a pasar. Los demás, todos tenemos que dar la talla semana a semana. Va a haber muchas alternativas en el ataque, variantes que solo son un problema para el entrenador, que es quien debe elegir.
¿Le ha transmitido Valverde algo diferente?
—No me ha dicho nada nuevo, pero me ha apretado bastante porque, como ya he dicho, me costó coger la onda. Le tengo que hacer caso porque me ha ido bien atender las cosas que me ha indicado. No queda otra que seguir apretando los dientes para que me siga poniendo en las alineaciones.
¿Se ha informado sobre el Getafe, las caras nuevas con que viene…?
—He intentado no leer sobre temas de fichajes y traspasos porque cada día se publican más historias que son mentira. En las redes vale cualquier cosa y en según qué periódicos también, hasta que algo no es oficial prefiero no hacer mucho caso a nada. Luego, con la temporada en marcha, estás más puesto, pero en los días previos a cada partido ya nos dan aquí la información necesaria para que sepamos a qué rival nos enfrentamos.
Los futbolistas, desconozco quiénes y cuántos, tienen fama de estar muy pendientes de las redes.
—Suelo pensar que los futbolistas no deberíamos estar en las redes, pero reconozco que es difícil mantenerse ajeno. Es algo que a todos nos puede afectar. Aparecen veinte comentarios positivos sobre tu persona y tres negativos, y hay quien se queda con los malos. Las redes no son buenas si no eres capaz de gestionarlas.