El pasado domingo en San Mamés el Athletic femenino puso fin a una impecable temporada en la que selló el campeonato regular con un listón muy alto como es el quinto puesto liguero, aunque es solo hasta la tercera plaza la que obtiene premio europeo; además en la Copa el equipo que dirige David Aznar cayó eliminado en la disputa de la semifinal frente al siempre imposible Barcelona. Podría decirse que el curso es casi perfecto. Le faltó regularidad en la primera parte de la liga en la que se escaparon algunos puntos y después la plantilla fue, indudablemente, de menos a más. Lógico también. La confección de una plantilla tan joven como es la rojiblanca tiene estas cosas. Se llaman pecados de juventud. Pero esta misma característica a la vez trae consigo algo positivo: la capacidad de lograr todavía un margen de mejora; algo que resultaría casi imposible con una plantilla en plena madurez o mucho más veterana. Así que mientras el rumbo sea el correcto y no haya piedras en el camino hay motivo de esperanza en la casa rojiblanca.

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El Athletic-Sevilla, en imágenes Oskar González

Además, parece que este año se ha estancado la sangría de jugadoras que optan por elegir por un futuro externo. El talento hay que retenerlo a toda costa. Con algunas excepciones, claro. No ha habido noticias de escapadas, como las de Irene Paredes, Damaris Egurrola, Ainhoa Moraza, Lucía García, Oihane Hernández, Oihane Valdezate y Maite Oroz, incluso se habla que la centrocampista que milita en el Real Madrid podría decidir volver ante la falta de minutos en el club blanco. Así que otra opción sería volver a recuperar activos ya formados, en ocasiones con experiencia a un nivel superior, para apuntalar de calidad y veteranía la falta de madurez de la que pueda adolecer el joven plantel bilbaino en determinados momentos del curso. Tampoco se puede parar la regeneración de la plantilla rojiblanca pero mientras ocurra poco a poco, como este año con las salidas de Yulema, Eunate y Garazi, no parece que pueda crear un grave problema.

Los números del conjunto de la plantilla rojiblanca son concluyentes y el técnico toledano ha logrado confirmar un bloque sólido con el que ha cerrado una segunda vuelta magnífica en la que no ha cedido ni un solo punto como local. Nanclares ha sido la elegida tras una primera vuelta con alternancias. En defensa, Maddi lo ha jugado todo, junto con Landaluze y Bibi (habrá que esperar a la vuelta de Naroa Uriarte cedida en el Granada). La recuperación de Bibi ha posibilitado que Zubieta recuperara su puesto de pivote, compartido con Irene Oguiza tras su larga lesión y con Itxaso Uriarte lesionada en la recta final. En los laterales la progresión de Ane Elexpuru y Nerea Nevado han sido otras de las buenas noticias. La zurda de Santurtzi incluso ha aprovechado las ausencias de Olga Carmona y Ona Battle para colarse en las convocatorias de la selección absoluta. Algo impensable a comienzos de temporada que volvía tras su cesión al Alavés. Junto con el puesto de pivote, en el centro del campo Mariana Cerro y Sara Ortega han alternado minutos como el ocho del eje rojiblanco. Seguramente, Clara Pinedo es la que más ha crecido en este conjunto rojiblanco. Es la gran noticia, ya que ha dado un paso adelante y ha demostrado calidad suficiente para echarse el equipo a la espalda cuando lo necesita. Y eso se ha notado.

Finalmente la zona de ataque también ha crecido bastante en este final de liga. Azkona ha finalizado pichichi con siete goles. Nahikari ha sido su complemento. La delantera donostiarra ha logrado hacerse primordial en el ataque del Athletic y ha colaborado con su gran trabajo que ha ido mejorando a medida que iba transcurriendo la temporada. Sanadri ha perdido momentos pero seguramente por la aparición de Patri Zugasti, que logrado colarse como segunda realizadora de la plantilla y ha sido otro de los ejemplos de descaro de esta juventud rojiblanca. Jone Amezaga y Arana también han sido revulsivos y recursos habituales en las segundas partes para el técnico rojiblanco. Y Gara ha vivido bajo la eclosión de Nerea Nevado. Puede que el año que viene también logren tirar la puerta abajo. Calidad las sobra. Así que la segunda parte de la liga sigue resultando esperanzadora. Ya que el equipo no se ha conformado con una plaza en el ecuador de la tabla y a pesar de su juventud ha demostrado osadía y ambición para incluso optar a puestos europeos que a principios de liga parecía del todo improbable.

Quiñones renueva

La guardameta Mariasun Quiñones firmó ayer la renovación de su contrato con el Athletic por una temporada más con opción de otra a partir de 2025. La hondarribiarra ha jugado 67 partidos desde su llegada, 11 en este curso.