Dice la famosa canción que como Iribar no hay ninguno, pero en cuanto El Txopo vio a Unai Simón, supo que ya tenía sucesor. Que ese chaval de Gasteiz también era cojonudo. No tuvo mal ojo el mítico guardameta rojiblanco porque en su sexta temporada en el primer equipo, Simón está a punto de conseguir el trofeo Zamora, ese que se otorga al portero de LaLiga con mejor coeficiente goleador por partido y que hace más de medio siglo que ningún arquero del Athletic se lleva.

De hecho, el último en conseguirlo fue precisamente Iribar, en la temporada 1969-70, por lo que ahora, que acaba de renovar su contrato con Ibaigane hasta 2029, Simón está a un paso de coger el testigo de su ídolo. Solo tiene que mantener su portería a cero ante el Rayo Vallecano o recibir los mismos goles que Marc Ter Stegen, cuyo equipo, el Barcelona, viajará al Sánchez Pizjuán para medirse al Sevilla.

“Las comparaciones con El Txopo me quedan grandes”, dijo el alavés, haciendo del respeto y la humildad dos de sus grandes virtudes. Sin embargo, Iribar no parece estar de acuerdo. Para el jugador con más partidos con el Athletic (614 en 18 temporadas), Simón no solo le ha igualado, sino que también le ha mejorado. En solo 194 encuentros. Y eso le alegra: “Es superior a mí pero con diferencia porque actualmente los porteros dominan otras facetas dificilísimas que antes no teníamos que dominar. Ahora los porteros son jugadores de fútbol también. Nosotros antes solo usábamos los pies para movernos, así que los porteros de hoy en día han dado un plus enorme al fútbol”.

El debut inesperado de Unai Simón

Y eso que Simón emergió casi de la nada. Cuando en 2018, estando él cedido en el Elche, primero Kepa Arrizabalaga se marchó al Chelsea y después Iago Herrerín cayó lesionado en pretemporada. El Athletic decidió repescarlo y darle los guantes de su portería. Debutó en la primera jornada liguera ante el Leganés (2-1) y dos partidos después estaba parando a todo un Real Madrid (1-1). Sus estiradas enloquecieron a la afición rojiblanca, que veía en su espigada figura vestida de negro a un portero de otra época. De una más gloriosa. A la temporada siguiente ya era titular indiscutible. Y el resto es historia.

Pero los mayores elogios a Simón le han llegado siempre por sus actuaciones fuera del campo. Ahí es más Iribar si cabe. Porque el gasteiztarra no se prodiga ni en los medios, ni en las redes sociales. Pero cuando habla lo hace claro. Es un tipo reservado y sensato, que se ganó el cariño de la grada con sus constantes gestos de amor al club, de una lealtad que en estos tiempos escasea, y que sus compañeros veneran ya que no duda en compartir con ellos su experiencia y sus ánimos. Si no que se lo digan a Julen Agirrezabala, el héroe de la última y anhelada Copa, que lo primero que hizo cuando llegó el momento de los penaltis fue buscar a Simón. El gasteiztarra le enseñó tu táctica, que funcionó, y después se retiró a un segundo plano para dejar al joven Julen brillar. Como un aita orgulloso. Tal y como Iribar se maravilló con él.

Unai Simon: "Me encantaría ser el mejor portero del mundo"

Unai Simon: "Me encantaría ser el mejor portero del mundo" Athletic Club