Nada puede eclipsar la grandísima temporada del Athletic. Absolutamente nada. O, al menos, no debería. Solo la no continuidad de Ernesto Valverde, que se entendería como un jarro de agua fría en el entorno y podría suponer una especie de terremoto de pequeña magnitud en el seno de club. Nada más. Eso sí, todo parece encaminado a que el técnico siga en el club la próxima campaña. Sus declaraciones van en esa línea y nadie dentro de la entidad piensa en que las negociaciones que ambas partes mantienen abiertas desde semanas atrás no llegarán a buen puerto. Claro que la tardanza en la firma del nuevo contrato mantiene esa incertidumbre en el aire. Después de construir un Athletic campeón, de poner fin a una larguísima sequía de 40 años sin conquistar la Copa y de darle un salto de calidad a la plantilla, que volverá a competir en Europa tras seis temporadas sin lograrlo, resulta difícil imaginar que Valverde no continuará al frente del equipo el próximo curso.

En la previa del encuentro frente al Celta, el técnico dejó caer que el año pasado hubo cosas de fuera, en referencia a algunas críticas que le cayeron al equipo en el tramo final, en el que se dejó sus aspiraciones europeas en el camino, que no le gustaron. Cabe recordar que renovó su contrato en febrero, con mucho margen por delante, con el objetivo de calmar unas aguas que bajaban algo agitadas ante la más que posible salida de Iñigo Martínez y las dudas en torno a la continuidad de jugadores como Nico Williams u Óscar de Marcos.

Ahora, mientras la inmensa mayoría de la afición aguarda una noticia en clave positiva sobre el futuro del técnico, las críticas vuelven a aflorar. Hay quien achaca que el equipo se está dejando llevar desde que hace apenas mes y medio conquistara la Copa. La suma de puntos obtenida desde la gran noche en el estadio de La Cartuja podría refrendar esta percepción, pero si se analizan los partidos, con la excepción de la segundas partes frente al Atlético de Madrid y el Celta, el equipo ha demostrado capacidad para competir a pesar de que, como es normal, haya podido relajarse después de ganar la Copa y de asegurarse un puesto en la próxima edición de la Europa League.

En los seis encuentros celebrados desde el 6 de abril el equipo ha sumado seis puntos, con una única victoria, sufridísima frente al Getafe en un choque en el que los leones se quedaron con dos futbolistas menos; tres empates en los que pudo merecer mayor fortuna, especialmente ante el Villarreal, que logró la igualada con un penalti muy polémico en el tiempo de descuento; y dos derrotas: contra el Atlético de Madrid, el equipo que le precede en la tabla, y el Celta, que se jugaba la vida.

De haberle sonreído un poco más la suerte, el Athletic habría estado en condiciones de sumar algún punto más. De haberse dejado llevar realmente, no hubiera peleado hasta el final para lograr un empate contra Osasuna, no se hubiera defendido como gato panza arriba ante el Getafe y no hubiera encerrado al Granada en su área.

Que el final de temporada está siendo algo gris a nivel numérico y a ratos también futbolístico, pudiera ser, pero ninguna novedad en la comparativa de los cursos previos. Con la gran salvedad de que esta campaña el objetivo estaba sobradamente conseguido. Pequeñas diferencias, no cabe duda. En este sentido, no puede pasarse por alto que salvo en las dos primeras jornadas, que las acabó en décimo octava y novena posición, en el resto del campeonato el Athletic siempre ha ocupado puestos europeos, siendo quinto en la gran mayoría del campeonato. Casi nada.

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Eso sí, para terminar de dar un paso más y romper con la dinámica de las últimas campañas, casualmente en las que el equipo no consiguió clasificación europea, cabría pedirle una suma de puntos mayor en los tramos finales. Este año está en condiciones de igualar los 15 puntos que logró de la mano de Marcelino García Toral en la 2021-22, para lo que deberá ganar a Sevilla y Rayo Vallecano. Pero en las anteriores, empezando por la pasada, en la que solo sumó 11 puntos en las últimas diez jornadas, el equipo acusó un bajón considerable en el último tercio del campeonato. Aunque este año se quede como está, nada eclipsará una grandísima campaña.

La actualidad

Muniain, Sancet y Nico, con el grupo

Disponibles ante el Sevilla. El Athletic, que el domingo se mide al Sevilla (19.00 horas) en el último partido de LaLiga en San Mamés, volvió al trabajo en la mañana de ayer con la habitual sesión de recuperación para los titulares la víspera en Balaídos. Iker Muniain, Nico Williams y Oihan Sancet, que se perdieron la visita al Celta por diferentes problemas físicos, se ejercitaron con aparente normalidad en Lezama y parece que estarán disponibles ante el conjunto andaluz. Lo mismo que Yuri Berchiche, que fue baja en Vigo por sanción.