Comenzó como un día típico en la vida de los jugadores del Athletic: con un entrenamiento para preparar el partido del domingo ante el Villarreal. En San Mamés, eso sí. Pero la comida celebrada en el restaurante del Club Marítimo El Abra hacía presagiar que la jornada de este jueves no iba a ser normal. Sino de las que se recuerdan. Pudieron comprobarlo al salir de la sobremesa, donde miles de personas les esperaban ya para verles embarcar en la gabarra. En la embarcación que habían visto en fotografías en blanco y negro y en vídeos sin apenas resolución. Uno por uno fueron subiéndose a ella con cuidado, no vaya a ser que las crónicas de 2024 relataran algo parecido que lo que le ocurrió a Agustín Gisasola hace 40 años. Y, cuando ya estuvieron todos embarcados, comenzó la fiesta.
Como no podía ser de otra forma, Iker Muniain ejerció de maestro de ceremonias. De capitán de la improvisación y líder de la fanfarria. Por eso cuando soltaba la Copa a la que se aferraba con tanto cariño era para agarrar el micrófono que rulaba por la gabarra. El 10 no dejó de alentar a su famoso Athletic porque, aunque había muchas ganas de celebración, siete millas náuticas a ritmo caribeño pueden hacerse muy largas. Pero Muniain no lo permitió. A su lado, fiel como siempre, estuvo Iñaki Williams, que tuvo que armarse de la paciencia que solo tiene un hermano mayor mientras Nico le robaba con su móvil posados imposibles. Con Adu Ares como el fiel cómplice de cada carcajada.
A la gabarra se montaron todos bien vestidos, ataviados con las mismas camisas que los campeones del 84 llevaron en su celebración. Pero sea por el sol, la cerveza o el baño de masas -o puede que por una mezcla de todo- a algunos la ropa les empezó a sobrar cuando todavía no habían ni cruzado el puente Bizkaia. Y sino que se lo digan a Unai Gómez, que mañana lucirá un primaveral bronceado después de que se pasara sin camiseta gran parte de la travesía. A su lado, el otro bermeotarra, Jauregizar, parece reír hasta llorar. Más comedidos se mostraron al menos durante la gabarra Raúl García y Asier Villalibre, que en algún momento temieron por la integridad física de un Aitor Paredes que se hizo fuerte con la bandera del Athletic y, subido a un pequeño alto, nunca la dejó de ondear.
Todo en redes sociales Con el permiso de Nico Williams y Adu Ares, Ander Herrera se convirtió en el influencer de la expedición. El centrocampista no quiso que sus seguidores en las redes sociales se perdieran este histórico momento y se encargó de inmortalizar para la posteridad cada uno de los metros recorridos con la gabarra. Finalmente el staff y el cuerpo técnico fueron los encargados de poner la experiencia y la sensatez de un título que no se celebra desde hace 40 años. Aunque les fue imposible no cantar, o al menos tararear, el hit que no paró de repetir el capitán, su ya famosa composición: “Este es el famoso Athletic, el famoso Athletic Club. Estos son los campeones, aupa Athletic txapeldun”.
