Las fronteras de Bizkaia están bien delimitadas, pero el fervor por los colores no entiende de delimitaciones territoriales. Por eso, un buen número de athleticzales foráneos se dan cita hoy en Bilbao para disfrutar de un día histórico. DEIA ha conseguido contactar con un puñado, los que han querido compartir con ustedes, lectores, su amor por el equipo. Para muestra, un botón.
“El tirón del Athletic en Soria no es nuevo. Hay muchos seguidores de los colores rojiblancos”
Cuando Patxi Irigoyen presenció desde Sevilla cómo la ronda de penaltis se saldó con la victoria copera de los leones, este periodista (ya jubilado) lo tuvo claro: su peña tenía que estar hoy en Bilbao. “Un acontecimiento como el que se celebra hoy no es habitual. Se trata, sin duda alguna, de la máxima expresión de la alegría”, apunta Irigoyen, soriano de raíces navarras.
Cuenta que en su tierra el Athletic mueve corazones y que, además, la relación entre el equipo local (el Numancia) y el bilbaino es estrecha. “El tirón del Athletic en Soria no es nuevo. Hay muchos seguidores de los colores rojiblancos”, subraya.
Tanto es así que la primera peña rojiblanca de la capital mundial del Torrezno nació en 1996. “La actual [la Peña Castellana del Athletic Club] echó a andar hace cinco o seis años”, precisa Patxi Irigoyen.
Él y el resto de sus integrantes llegarán a Bilbao en torno a la una del mediodía. Han fletado un autobús para la ocasión. “No ha sido difícil, todo el mundo se ha volcado. Nadie quería perderse este día”, reconoce el portavoz celtíbero.
“Bilbao se convirtió en algo especial para mí por el Athletic”
Puede que Jorge Gavira sea de Madrid, pero los bilbainos nacen donde les da la gana, al igual que los seguidores del Athletic. “Cuando tenía 12 años les dije a mis padres que ya no quería veranear en la playa”, cuenta este recién egresado en periodismo, “y, entonces, vinimos a Bilbao”, señala.
En su primera visita al botxo Jorge conoció a los leones. Amor a primera vista. “Bilbao se convirtió en algo especial para mí por el Athletic”, admite el joven, que ha recorrido más de 500 kilómetros para no perderse la gabarra.
“Estaba en el pueblo de mis abuelos, en Cuenca, y desde allí he viajado hasta Madrid, donde cogí un autobús hasta Bilbao”, explica Jorge. En total, ha enfrentado un periplo de más de siete horas para celebrar la victoria de su Athletic del alma en el botxo.
Reconoce, también, que ha dormido poco. Ayer se bajó del ómnibus al filo de las once de la noche y hoy ha tomado posiciones en las inmediaciones del Ayuntamiento a las 08.00 horas.
Le acompaña Gemma Retamero, una joven granadina que tampoco quería perderse la fiesta. “No sé decirte por qué. Nadie de mi familia es del Club, pero el Athletic es el equipo con el que más me identifico”, explica.
Confiesa que es este sentimiento de pertenencia el que le arrastró, primero, a Sevilla, y ahora, a la ría de Bilbao. “He venido en avión, aunque suelo venir en bus”, zanja la habitante de la capital nazarí.
