Se puede llorar por muchas cosas pero el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, el sábado lloró de alegría cuando el equipo rojiblanco marcó el gol del penalti que le consagraba como txapeldun. “Cuando me entrevistaron en este periódico ya lo pronostiqué. Me preguntaron qué haría si ganaba el Athletic y les dije: creo que lloraré como un niño”.
Y así fue. De vuelta a casa, no sin superar varias caravanas, reconocía que ha sido un empujón más en su vuelta a la alcaldía, después del periodo de recuperación de su operación. “Vi la de Barcelona pero no había estado en una final con resultado de campeones”, decía satisfecho.
Prudencia en la gabarra
Ahora hace un llamamiento a la “prudencia” para el día de la gabarra. “Es una celebración complicada, ya que probablemente habrá más de un millón de personas en la calle”, calcula.
Por eso, considera “muy importante que atendamos a todas y cada una de las medidas de seguridad para que sea una gran fiesta”.
