Los 126 años del longevo Athletic y los diversos 639 jugadores que han vestido la camiseta a lo largo de la historia han dejado innumerables plantillas que componen la memoria del club, pero no todas han tenido el honor de alojar sus nombres en las vitrinas de la entidad. Especial hueco siempre guardan aquellos que fueron escogidos como titulares para saltar al terreno de juego en cada una de las finales, y sobre todo quienes alcanzaron la gloria, como en los 25 títulos de Copa; los últimos, ellos: Agirrezabala, De Marcos, Vivian, Paredes, Yuri, Prados, Ruiz de Galarreta, Iñaki Williams, Sancet, Nico Williams y Guruzeta. El equipo de Valverde será recitado de carrerilla por todas las generaciones que vieron al Athletic imponerse al Mallorca, los que ya habían saboreado las mieles del éxito y los que no. Con esta alineación, con estos pilares, se comenzó a cimentar la gloria en la final.

Pero aunque ellos sentaron las bases para la consecución de un título cuatro décadas después, esta exitosa historia no se comprende sin aludir al grupo, porque todos y cada uno de los integrantes de la plantilla han aportado su inestimable parte. El camino arrancó, como es usual, con reparto de minutos para los menos habituales en las primeras rondas. Frente al Rubí sobresalió Adu Ares, que se estrenó como goleador con dos tantos para sellar el 1-2. Luego emergió el oportunismo de Villalibre, máximo goleador del torneo junto a Abdón Prats. Marcó dos al Cayón (0-3), dos al Eibar (0-3) y otros dos al Alavés (2-0) para impulsar al equipo a cuartos de final. Durante este transcurso, la Copa concedió a Egiluz y Jauregizar la ocasión de debutar, mientras cachorros como Imanol, Prados o Unai Gómez fueron encontrando minutos para afianzarse en el primer equipo.

Agirrezabala cobró protagonismo frente al Alavés y su soberbio papel se multiplicó frente al Barcelona (4-2 en la prórroga) y el Atlético de Madrid (0-1 y 3-0), donde la solidez defensiva aportada por De Marcos, Vivian, Paredes, Yuri o Lekue resultó crucial, no en vano fruto de esas actuaciones el Athletic cerró la Copa con cuatro goles encajados en ocho partidos. El portero asimismo volvió a ser vital en la final al detener un mano a mano a Larin, un cabezazo a Muriqi en la prórroga y un penalti a Morlanes.

Quedará para el recuerdo la relevancia alcanzada por Iñaki Williams en su operación rescate. El viaje exprés desde Costa de Marfil para jugar contra el Barça mereció la pena; anotó el 3-2 en la prórroga y asistió a su hermano para el 4-2 definitivo. Desde la otra banda, Nico confirmaba tanto frente al conjunto catalán como ante el Atlético que es referencia internacional en labores de desequilibrio. Es el máximo asistente del torneo, con cinco pases de gol, y el segundo máximo realizador del equipo, con tres dianas. En la final fue elegido mejor jugador. Volvió loca a la defensa; de sus botas salió la asistencia a Sancet y Maffeo le privó del 2-1.

La baja de Nico en la ida de la semifinal en el Metropolitano fue un drama que se transformó en esperanza gracias a la entrada de Berenguer, que como reemplazo de Nico anotó de penalti para dar ventaja a la tropa de Valverde para la vuelta en San Mamés, donde marcaron los Williams, quienes también repartieron asistencias, y Guruzeta, que supo aparecer con goles en las complicadas eliminatorias ante culés y colchoneros.

Los tantos de Sancet llevaron el duelo contra el Barça y la final a la prórroga. El mediapunta confirmó un nivel que le ha llevado a ser internacional, como Vivian. Al igual que Nico, aquel día tampoco estuvo Ruiz de Galarreta, pieza fundamental para el centro del campo de Valverde, como se vio en la final, donde se vistió de timonel. Pero sí compareció un Prados que se ha ganado la confianza del entrenador hasta convertirse en fijo, como sucedió en cuartos, semifinales y final. Su irrupción y consolidación en las alineaciones es una de las gratas novedades esta temporada. 

La figura de Prados, de Nico, Sancet, Paredes, Vivian o Unai Gómez, entre otros, son ejemplo para la convicción del trabajo que se realiza en Lezama. Estas últimas hornadas de cachorros han aportado frescura y descaro a un bloque que ha sabido conjugar de maravilla la juventud con la experiencia de los Yuri, De Marcos, Iñaki, Yeray, Simón, Herrera, Berenguer, Vesga, Muniain o Raúl García, quienes con mayor o menor participación han brindado sabiduría a los jóvenes. A los cuatro últimos recurrió Valverde para cambiar el signo de la final y lo consiguió; los cuatro marcaron en la tanda de penaltis. Todos y cada uno de ellos son historia del Athletic, el Athletic de Valverde, inolvidable.