Javier Aguirre sostuvo el perfil bajo que todo el vestuario ha promovido para el Mallorca en los días previos a la final de Copa. El técnico del conjunto balear aseguró que el equipo “está muy bien”, que se presenta “ilusionadísimo” a un escenario inesperado, porque, afirmó, “estamos en una final sin pretenderlo, sin estar en nuestro proyecto”. No obstante, pese a que lógicamente ratificó que “queremos ganar, competir y ser campeones”, el mexicano advirtió que “no va a ser fácil contra un equipo que tiene 25 puntos más que nosotros y que en el último partido de liga nos ganó 4-0”. “Pero nos jugamos un título, es algo histórico y lo vamos a pelear”, garantizó el Vasco Aguirre.

El preparador del Mallorca se mostró con un talante tranquilo, pausado, bromeando ante las cuestiones de los periodistas. De su discurso se podía destilar que prevalece la ilusión por encima de la tensión, y cuenta de ello rescató el momento en el que se jugaba el descenso con el Mallorca. “Es una situación absolutamente diferente. Llegamos con un déficit de puntos, pero este escenario le da al partido otra dimensión. Es una final y vamos a intentar ganarla”, explicó.

Si bien, Aguirre admitió que la ilusión no gana partidos, que la ilusión no será suficiente para levantar el título. “No creo que la ilusión sea suficiente. No te alcanza solo con ilusión o tranquilidad al no tener presión. Hay que jugar y jugar bien, si no los errores te condenan, y más contra el Athletic. Creo que es el equipo que más roba en tu campo y te hace gol. En transiciones ofensivas son letales. Hay que hacer un partido casi perfecto. Con ilusión, ganas y deseos no te alcanza”, analizó.

Y es que es precisamente el ritmo de juego del Athletic lo que más inquieta al mexicano. “Su velocidad es lo que más me preocupa; son impresionantes, tienen una gran calidad y al espacio son letales. Te equivocas en la salida de balón y te vacunan. Son dinámicos, muy intensos sin la pelota. Es un equipo joven, muy humilde para correr. Arriba tiene mucha calidad, son muy veloces”, ensalzó Aguirre, que no reveló cuestiones tácticas. No dio pistas sobre cuál será su planteamiento en La Cartuja, aunque sí adelantó que buscará que su equipo haga que sus aficionados se sientan orgullosos con independencia del resultado final: “Vamos a intentarlo, que no quede por nosotros, que la gente esté orgullosa”.

En esa misma línea de diálogo sobre el rival, al ser cuestionado sobre a qué jugador borraría del partido si tuviera ocasión, Aguirre no dudó: “Ruiz de Galarreta, jugadorazo, encantador; aparte de mis amigos Raúl García y Ander Herrera, y a Villalibre, porque es de Gernika”. Con este último lanzó un guiño a sus antepasados vascos. Y es que su familia, dijo, “está ahí, pero está con el Athletic”. “Se juntaron los de mi madre con los de mi padre y me sacaron los 16 apellidos vascos. Están con ellos, pero está bien, yo haría lo mismo”, bromeó.

Siempre en tono jocoso, cercano, bromeando sobre el número de periodistas que le lanzaron preguntas y su procedencia, reveló que no sabe qué discurso dará a sus pupilos antes de saltar al terreno de juego. “¿Pretendes que te lo diga? No sé ni lo que les voy a decir. No hago guiones. El del partido ya está dado, pero el otro, no lo sé. A veces sale y a veces no sale. Pero sé que les voy a dar herramientas. Mañana afinaremos cuatro cosas. Mi discurso va a ser natural. No puedes actuar ni inventar palabras que no sientes, porque no te van a creer”, confesó.

Aguirre afirmó que esta segunda final de Copa que afronta –en la anterior, en 2005, cayó con Osasuna ante el Betis– guarda similitudes con la anterior –porque concede el favoritismo al rival–, aunque se siente más preparado. “Tengo más experiencia y mayor conocimiento, y eso hace estar más seguro de mi trabajo”. Además, se manifestó orgulloso de poder disponer de “veinte jugadores enchufados”. “El once de mañana –por hoy– es muy difícil, porque tenemos a casi todos a disposición, pero es mejor así, mejor que sobre y no que falte. Prefiero tener dudas”, ahondó..

Como anécdota, el Vasco prometió que en caso de victoria visitará el Santuario de Lluc: “Nunca he ido y ni sabes qué es, yo tampoco, me parece que es una especie de monasterio y era tradición de los técnicos cuando salvaban al equipo ir a Lluc. Prometo que si somos campeones, iré”.