El Atlético de Madrid, en cuyo estadio campan a sus anchas los integrantes del Frente Atlético, grupo de ideología neonazi que se dejó sentir el jueves en San Mamés, ha puesto el grito en el cielo tras los altercados registrados en la vuelta de las semifinales de Copa. La entidad colchonera ha arremetido en un duro comunicado con los responsables de seguridad: “El club quiere denunciar el deficiente operativo de seguridad y el caos provocado por el comportamiento inaceptable de algunos aficionados radicales del Athletic, que causaron situaciones de alto riesgo, tanto para los aficionados atléticos como para los profesionales de los medios de comunicación y el personal de seguridad de ambos clubes”.
Debido a estos incidentes, según indica el Atlético, el autobús donde viajaban los jugadores y el cuerpo técnico fue obligado a alterar su itinerario hacia el estadio “permaneciendo en el interior del autobús durante 35 minutos, a pesar de que el hotel de concentración se encontraba a escasos 500 metros” de San Mamés. “Durante los días previos al partido, el Atlético de Madrid insistió en reiteradas ocasiones tanto al Athletic como a la Ertzaintza, de la necesidad de proteger adecuadamente tanto al primer equipo como, especialmente, a nuestros socios, que habían adquirido entradas para el encuentro, y se facilitó a los organizadores y autoridades la información pertinente con todo detalle (listado de aficionados, autobuses en los que se desplazaban, etc.)”, señala la entidad presidida por Enrique Cerezo.
El Atlético también condena “el gravísimo ataque” que sufrió un grupo de aficionados colchoneros horas antes del partido, cuando se encontraban en un bar cercano al estadio, y que causó heridas de consideración a uno de sus socios que tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario: “Lamentablemente, este incidente no fue un hecho aislado, dado que durante toda la jornada grupos de aficionados radicales amedrentaron y amenazaron a multitud de seguidores del Atlético de Madrid, entrando incluso en bares y restaurantes, para identificarles e intimidarles de forma violenta. La situación derivó en escenas de pánico que se intensificaron a las puertas del estadio, especialmente en el acceso de la afición visitante, entre los que se encontraban niños y familias, a pesar de que durante toda la tarde responsables de seguridad del Atlético de Madrid solicitaron, insistentemente, ayuda al Athletic y a la Ertzaintza para el refuerzo de las medidas de protección”.
En vista de la “gravedad” de los hechos acontecidos, “que fueron provocados por un número considerable de seguidores del Athletic”, con el fin de evitar incidentes en el partido de LaLiga que se disputará el fin de semana del 26 y 27 de abril en el Metropolitano, “nos vemos obligados a tomar la decisión de no vender entradas a la afición visitante, excepcionalmente para dicho encuentro”. Esta medida ha sido consensuada este viernes con Policía Nacional y se ha informado “convenientemente” a LaLiga y al Athletic. “Ninguno de los lamentables incidentes que rodearon al partido deben eclipsar la victoria del Athletic, al que aprovechamos para felicitar por su clasificación para la final de Copa”. Así termina el Atlético su comunicado.