Hubo un tiempo en que la visita al Benito Villamarín era un suplicio, el Athletic regresaba a casa de vacío, con el eco de los “olés” de la grada resonando en sus oídos. En los últimos años, incluso coincidiendo con las clasificaciones europeas del club andaluz, la cosa ha cambiado bastante: alguna victoria, empates y derrotas por la mínima. Lo más parecido a aquellos bailes bajo un sol de justicia tuvo lugar en la 2019-20, cuando Joaquín firmó un hat-trick en solo veinte minutos, aunque el desbarajuste quedó atenuado con un par de goles propios. Hoy, el Betis vive sumido en una crisis evidente, por más que su dimensión sea aún difícil de precisar, lo cual multiplica las opciones rojiblancas.

Apeado el pasado jueves de la Conference League, Manuel Pellegrini admitió que más allá de la plaga de lesiones y sanciones, el club acusa una errática planificación deportiva. Esta tarde, un Betis cabizbajo pone en juego un porcentaje de sus probabilidades de repetir plaza en la Europa League por cuarto año consecutivo. Le urge derrotar al Athletic, que le aventaja en diez puntos. Ni el empate ni la derrota, que se añadirían al 4-2 registrado en San Mamés en la primera vuelta, le valen. Buscará por tanto redimirse ante su público, habrá que comprobar si ha digerido el adiós continental, así como el esfuerzo baldío realizado en la capital croata.

El otro condicionante que planea sobre el encuentro está conectado al calendario de los de Ernesto Valverde, que miran de reojo al próximo jueves, fecha en que intentarán acceder a la final de Copa a costa del siempre inquietante Atlético de Madrid. La pregunta es cómo puede afectar al comportamiento de los rojiblancos una circunstancia tan especial. Sin la misma, el pronóstico les sonreiría claramente esta tarde, pero tampoco debería suponer una distracción fatal.

Basta una comparativa que englobe los meses de diciembre, enero y febrero, para comprender que se trata de conjuntos inmersos en dinámicas opuestas. Mientras el Athletic no ha dejado de avanzar con paso firme y en su tarjeta únicamente consta un revés, el Betis acumula en liga tres victorias (sobre Granada, Mallorca y Cádiz), seis empates y dos derrotas, y ha sido apeado de la Copa por el Alavés y de Europa por el Dinamo de Zagreb.

Datos que ayudan a entender la resignación que transmiten las manifestaciones de Pellegrini, un técnico habituado a degustar el éxito y que, suavemente, desliza que le han debilitado el plantel pese a las múltiples incorporaciones registradas en el mercado invernal. Incidió en un detalle significativo al referirse a la demarcación de central: “con uno solo no se puede”. Desde Sevilla anuncian que el cupo de bajas asciende a nueve: Sokratis, Miranda y Roca, suspendidos, y Guido, Bartra, Abner, Isco, Ayoze y Bakambú, lesionados. 

En el Athletic, los problemas en cuanto a disponibilidad de jugadores hablan de que Lekue y Herrera faltan en la convocatoria por cuestiones físicas. Luego, cabría analizar otra clase de asuntillos, nada particularmente grave y además reversible: sucede que Sancet y Nico Williams, piezas sobre las que gira el potencial ofensivo, no están en plenitud. Afectados por contratiempos físicos, el primero ha sido suplente en los dos compromisos más recientes; el segundo solo ha dispuesto de un cuarto de hora tras estar ausente en las dos citas previas.

El condicionante de la Copa

El entrenador calibrará el margen que les concede en el Villamarín, si los pone de inicio o sobre la marcha para que recuperen sensaciones y mejoren su puesta a punto. Por otro lado, se desconoce si, con la Copa a la vuelta de la esquina, Valverde querrá dosificar a alguno de los habituales que llevan más tralla y cuyo concurso será necesario el jueves.

Vivian podría ceder su plaza a Paredes, Prados o Galarreta a Vesga, sin descartar a Unai, baza para dos posiciones. La formación no diferirá de la siguiente: Simón; De Marcos, Yeray, Paredes, Yuri; Galarreta, Vesga; Iñaki Williams, Sancet, Berenguer o Nico Williams; Guruzeta.