BETIS: Rui Silva; Aitor Ruibal (Min. 72, Bellerín), Pezzella, Chadi Riad, Sabaly; Johnny Cardoso, Altimira (Min. 46, William Carvalho); Fornals, Fekir (Min. 85, Assane Diao), Chimy Ávila (Min. 51, Rodri); y Willian José.

ATHLETIC: Unai Simón; De Marcos, Vivian, Paredes (Min. 72, Vesga), Yuri (Min. 49+, Imanol); Beñat Prados (Min. 60, Dani García), Galarreta (Min. 60, Unai Gómez); Nico Williams, Sancet (Min. 46, Iñaki Williams), Berenguer; y Guruzeta.

Goles: 1-0: Min. 13; Chimy Ávila. 2-0: Min. 37; Yuri, en propia puerta. 2-1: Min. 52+;Guruzeta. 3-1: Min. 67; Johnny Cardoso.

Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Expulsó a Nico Williams por doble tarjeta amarilla, al verlas ambas en el minuto 40. Además, amonestó al local Chimy Ávila y a los visitantes Yuri, Berenguer, Vivian e Imanol.

Incidencias: Partido de la vigésima sexta jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Benito Villamarín ante 53.537 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del incendio de Valencia. 

Es posible que la inusual lluvia con que Sevilla recibió al Athletic se interpretase como un guiño del destino que se añadía a una serie de factores que invitaban a apostar fuerte por sus opciones de éxito. La contrastada debilidad del Betis, los malos resultados de Atlético de Madrid y Real Sociedad, que disparaban la cotización de los puntos en juego, la alineación acaparada por los titulares que escogió Ernesto Valverde, una evidente declaración de intenciones. En suma, que todo sugería que se trataba del día idóneo para añadir una muesca más a una gran trayectoria. Sin embargo, sucedió lo opuesto. El Athletic se chocó de bruces con el reverso de la moneda, tuvo que apechugar con el lado negativo del fútbol y abandonó el Benito Villamarín muy perjudicado.

Afirmar que cada una de las líneas del guion salió torcida para sus intereses, en absoluto debe sonar a exageración. Nada, pero es que nada, atendió a lo que razonablemente podía preverse. El principal problema fue que el rendimiento estuvo por debajo de lo habitual, pero a las consecuencias derivadas de una imagen discreta se fueron agregando contratiempos de toda índole, que desembocaron en una derrota sin paliativos. Y no puede obviarse que algunos de los episodios vividos este domingo traerán cola. El Athletic perdió a Yuri, víctima de una lesión muscular, y a Nico Williams y Vivian, estos dos para la siguiente jornada liguera, por tarjetas.

16

Las notas de Aitor Martínez: Guruzeta, trabajo y gol Aitor Martínez

Sin olvidar que tuvo que gestionar casi una hora de partido con un jugador menos. Pese a que Valverde trató de minimizar daños con los cambios, el Athletic se pegó una paliza en balde. En su afán por competir, gastó muchas energías, seguro que por encima de lo que sería deseable para llegar en condiciones óptimas a la crucial cita del jueves en San Mamés. Un cruce enfocado a reforzar mentalmente al equipo y prolongar la inercia victoriosa para apuntalar su privilegiada posición en la tabla, se convirtió en un infierno. 

Ni el gol de Guruzeta en el instante previo a la retirada a vestuarios logró adecentar un primer acto para olvidar. Lo peor que ha ofrecido el equipo en toda la temporada. El Betis saltó al campo con una intensidad que, al parecer, no entraba en los cálculos rojiblancos. Necesitaba reivindicarse el alicaído conjunto de Pellegrini y su renovada actitud le valió para dejar en poquita cosa la puesta en escena de un Athletic, incómodo como nunca, a merced de la intensidad andaluza. La aplicación sin balón en las disputas y el acierto para resolver en sus dos únicas acciones de ataque, orientaron demasiado pronto y fácil el encuentro de lado del anfitrión.

Quería el Athletic poner en práctica su manual, ir arriba a morder y salir rápido, pero fue en vano. Impreciso y dubitativo, la cuota de pérdidas evitables imposibilitó la conexión entre las líneas, hasta el punto de que los hombres más avanzados apenas entraron en juego, como si fuesen figurantes corriendo a ninguna parte. El Betis no sufría en absoluto, salía ganador de los duelos y aguardaba su momento. Un balón sobre la carrera de Willian José pilló a contrapié a Paredes, que ya no pudo recuperar la posición, al igual que De Marcos en la banda opuesta, varios metros por detrás de Chimy Ávila, que recibió del brasileño, pisó área en ventaja y superó al portero por abajo.

Un mazazo, acaso un castigo desproporcionado, que no hizo reaccionar a los de Valverde, cuyas maniobras siguieron siendo estériles. Una realidad que, sin duda, afianzó aún más al Betis, a cada minuto más confiado y firme. En el segundo gol influyó el infortunio, pero de nuevo la jugada, muy sencillita, pilló al equipo reculando: Fekir lanzó desde muy lejos a media altura un centro que cayó en el área pequeña, donde Willian José se adelantó a todo el mundo para efectuar un remate que tras ser repelido por Simón fue a rebotar en Yuri, el más cercano, y entró en la red.

La digestión del 2-0 aún fue peor. Aunque a esas alturas, todo indicaba que la suerte del Athletic estaba echada, ya se encargó Nico Williams de certificarlo con una protesta estúpida. Tras serle mostrada una amarilla rigurosísima, con sus gestos, se lo puso en bandeja al árbitro para que le expulsara. Un detalle que reflejaba la impotencia acumulada por su ineficacia para burlar la marca de Ruibal y alguna falta sufrida que no fue señalada.

El capítulo de calamidades no terminó ahí, aparte de que Fornals acarició el tercero, de repente Yuri paró. Había sentido una molestia en su muslo derecho y tuvo que solicitar el cambio. Y cuando el Athletic suspiraba por alcanzar el descanso, por fin llegó una noticia positiva, la excepción desde el inicio del partido. Acortar distancias en el marcador le dio un impulso para encarar la segunda mitad con otro talante. Se incorporó Iñaki Williams y durante un rato dio la sensación de que el milagro era posible. Ganó metros y generó una oportunidad muy clara, pero el chut cruzado de Berenguer salió rozando la madera.

El despertar careció de continuidad, era complicado en inferioridad. Poco a poco el Betis retomó el control, empezó a profundizar, apoyado en el criterio de un móvil Willian José. Simón se lució a cabezazo de Pezzella. Hubo un aviso más de Carvalho y cayó la sentencia, con la zaga muy exigida, cuando Johnny, sin oposición, estampó un derechazo desde la frontal. Para entonces, Valverde ya había suplido a Galarreta y Prados, pensando en la semifinal. Luego quitaría a Paredes, a fin de no quedarse sin centrales para la visita del Barcelona, dado que minutos antes Vivian se cargó con la amarilla que completaba su ciclo de amonestaciones.

El tramo que condujo hasta la conclusión no reportó beneficio alguno. Echar el resto no impidió que el Betis se desenvolviese con fluidez e intercalase ocasiones para engordar su casillero. Así que lo mejor fue escuchar el último pitido del árbitro. Ahora toca centrarse en la Copa y sanar las heridas recibidas en una cita donde todo lo que podía salir mal, salió peor. Un día para no levantarse de la cama.