Qué difícil resulta de explicar la bipolaridad de este Athletic, capaz de lo peor y de lo mejor en solo cinco días, los transcurridos entre el partido del domingo contra el Celta en San Mamés y el de ayer jueves ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla. Claro que también sucedió al revés, y en mucho menos tiempo, apenas 15 minutos, los que duró el descanso. Tras muy buena primera mitad, con mucha eficacia, esa que tanto ha castigado al conjunto rojiblanco a lo largo de la presente campaña, todo parecía irles de cara a los leones. Por que lo de la segunda fue una especie de déjà vu, una vuelta a lo sucedido frente al conjunto vigués. Un desastre que a punto estuvo de costarle caro al Athletic, al que se le apareció la virgen cuando Rubén Sobrino, libre de marca en el segundo palo, no atinó a rematar entre los tres palos con todo a favor. Una bipolaridad difícil de entender y de explicar.
Esta vez, al menos, no tuvo que tirar de su tradicional repertorio de excusas por la falta de gol de su equipo. Y es que en eso lo bordó el Athletic, al que incluso le escamotearon un más que posible tanto legal a las puertas del descanso. Por si acaso, y para que la duda siga revoloteando en el aire horas después, apenas se mostraron repeticiones que certificaran si, tal y como pareció, Raúl García tocó el balón en primera instancia para habilitar a Iñaki Williams, quien superó a Ledesma con un gran remate de cabeza. También eso resultó difícil de entender ayer jueves en el Nuevo Mirandilla.
Desde fuera pareció que el toque de atención de Marcelino a sus futbolistas en la rueda de prensa previa al choque ante el Cádiz había dado sus frutos. Cuestionar la mentalidad ganadora del grupo pareció servir de acicate y el equipo, a diferencia de cómo saltó al terreno de juego el domingo en su cita frente al Celta, salió enchufado, con juego alegre, desborde, velocidad y capacidad para llegar al área rival. A ello le sumó una buena dosis de acierto, pese a fallar una nueva pena máxima, la quinta del curso.
Raúl García, Iker Muniain y Mikel Vesga fueron los goleadores en una tarde que acabó con el equipo pidiendo la hora por su incapacidad para mantener a raya a un Cádiz que coquetea con los puestos de descenso mientras el Athletic, gracias a su triunfo de ayer jueves, vuelve a asomar la patita para aspirar a jugar la próxima temporada en Europa.
Una derrota habría puesto fin a la temporada con cinco jornadas por disputarse. Ahora, toca esperar a que el Betis le gane mañana sábado al Valencia en la final de Copa y confiar en que el conjunto rojiblanco estará en condiciones de dar caza al Villarreal, que le aventaja en cuatro puntos cuando quedan 15 por disputarse. Pensar en alcanzar a la Real en la sexta plaza sería creer en los milagros.
Penaltis
3 de 8
El Athletic solo ha marcado tres de los ocho penaltis lanzados este curso. Muniain, que falló ayer, ha marrado dos de cuatro; Raúl García los dos lanzados; Zarraga marcó el que tiró y Berenguer falló en su único intento.
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