A la indisponibilidad de Yeray Álvarez, que cumple sanción, parece que se agrega la de Iñigo Martínez, lesionado, de cara al encuentro de este domingo en San Mamés. Contratiempos que reducen a la mitad la nómina de centrales y que en teoría abocan a Marcelino a alinear a Dani Vivian y Unai Nuñez, la pareja menos utilizada. Solo han coincidido en una ocasión, fue en el campo del Mallorca, pero no durante todo el partido porque Nuñez fue relevado en el descanso y su demarcación la ocupó Balenziaga hasta la conclusión. Desde entonces, Nuñez no ha dispuesto de oportunidad alguna y antes de la cita comentada había acumulado dos meses sin salir del banquillo.

A falta de dos sesiones de entrenamiento y dado que la previa a la disputa de un partido no suele ser demasiado exigente, menguan las opciones de que Iñigo Martínez reaparezca frente al Elche. La ausencia del central en el trabajo del grupo, que se repitió ayer, da a entender que aún no ha superado las molestias musculares que sufrió hace casi un mes, ante el Levante, y que le impidieron participar en las dos siguientes jornadas, contra Betis y Getafe. Lo que en un principio se valoró como una sobrecarga hacía prever que Iñigo no tardaría en regresar a la competición, al menos no tanto como ahora se está comprobando.

De confirmarse los augurios que se ciernen sobre el ondarrutarra, lo más lógico es que el elegido para acompañar a Vivian sea Nuñez, dada su condición de jugador específico de la demarcación. Cualquier otra alternativa, por ejemplo la que de urgencia y sobre la marcha decidió el entrenador en la aludida visita al Mallorca, se antoja menos probable. Aquella iniciativa de Marcelino dejó muy tocado a Nuñez, cuyo estatus en la plantilla desde el verano es muy diferente al de temporadas anteriores. Nunca había jugado tan poco y lo único que le faltaba para rematar una campaña sin apenas protagonismo era verse señalado. Le salió el día torcido y fue quien pagó en primera persona la factura de una derrota que sentó muy mal y significó un frenazo en las aspiraciones continentales del Athletic.

En una entrevista reciente concedida a Tele Bilbao, Marcelino reflexionó en torno al paulatino declinar de Nuñez: "Es difícil dar un porqué de su situación. Un factor importante es el que el de central es el puesto más competido del equipo. Con Iñigo, que es internacional, con Yeray muy asentado, Unai mismo, y va y aparece Vivian. Eso genera dificultad para jugar. Hay quien acepta la competitividad alta como un estímulo y a otros futbolistas participar poco les genera inseguridad y falta de confianza".

El mensaje resultó elocuente. Tampoco tuvo desperdició el siguiente comentario: "Para el entrenador no es fácil elegir, pero debe decidir aunque el jugador crea que no se es justo con él. Ahora mismo pensamos que otros están rindiendo mejor, pero es un chico joven con muy buenas condiciones, si es capaz de ordenarlas y de tener continuidad en su exhibición jugará en el Athletic o en otro equipo". Estas palabras despejan toda duda en relación al rol que desempeña Nuñez a día de hoy. Acaso con las mismas pretenda Marcelino provocar una reacción. Habrá que ver si surten ese efecto o por el contrario añaden más peso a la mochila que viene lastrando el defensa vizcaino.

balenziaga

De momento, se desconoce si el cruce con el Elche servirá de escenario para ver en acción a Nuñez y, en caso afirmativo, que luego puedan extraerse conclusiones en un sentido o en otro. Primero ha de certificarse el descarte de Iñigo, algo que sugiere el discurrir de la semana. El recurso de Balenziaga posee precedentes que se localizan la pasada temporada: ejerció de central en tres jornadas sueltas, ante Granada, Alavés y Betis, casualmente en todas al lado de Nuñez y el Athletic solo encajó un gol en esos 270 minutos. Apuntar que el Elche acostumbra a actuar con dos delanteros. En los dos últimos partidos por ejemplo, Francisco Rodríguez se inclinó por reunir arriba a Lucas Boyé y Ezequiel Ponce, arietes argentinos de gran envergadura, y hay tardes en que Pere Milla, un enganche con instinto rematador, es quien escolta a Boyé.