Iñigo Córdoba (Bilbao, 13 de marzo de 1997) ha dado un paso adelante en el Go Ahead Eagles, un club modesto recién ascendido a la Eredivisie holandesa, en la que ocupa la décima plaza tras encadenar una tacada de buenos resultados, entre ellos el empate firmado el domingo ante el Ajax en el Johan Cruyff Arena. El jugador cedido por el Athletic tiene parte de culpa de ello. Autor de cinco goles en liga, Córdoba disfruta en el club de Deventer y su prioridad es sencilla: "Demostrar el nivel que tengo y poner el foco en regresar a Bilbao".

No le van precisamente mal las cosas por Países Bajos.

—De momento estoy encantado. Es una bonita experiencia personal y en lo deportivo el equipo está funcionando, va haciendo goles y va para arriba, que es lo importante.

Y el domingo sacaron un punto en la visita al Ajax, todo un sorpresón.

—Sí, sabemos que es unos de los mejores equipos de Europa que compite en Champions y fuimos a hacer un trabajo defensivo, que fue muy bueno. Sacar un punto en un campo tan complicado es muy importante para nosotros, son cinco ya los partidos sin perder que nos permite entrar en la pelea arriba de la tabla.

Se ha adaptado muy rápido a su nuevo equipo. ¿Qué se ha encontrado en el Go Ahead Eagles?

—Me he encontrado un equipo familiar, con gente muy cercana dispuesta a ayudarte en todo momento. En cuanto a lo deportivo, es un equipo competitivo, una plantilla para estar en la zona media-alta de la tabla y me he encontrado una liga que creo es muy atractiva, con mucho juego directo, con muchas ocasiones.

Se trata de un equipo recién ascendido a la Eredivisie. ¿Arriesgó mucho con la decisión de ir a un club humilde y en una liga menor?

—Mi situación en Bilbao era muy complicada. Venía de una temporada mala sin jugar, con la lesión de rodilla. Siempre tienes la duda de cómo va a responder, estaba entrenando y estaba a buen nivel. No estaba con muchas opciones para decidir y dentro de las que tuve para salir, porque quería salir debido a mi situación, surgió la del Go Ahead, un equipo y una liga que no conocía. Creo que tomé la decisión acertada.

Porque su trayectoria hasta la fecha así lo retrata. Ha jugado diez partidos oficiales, con más de 700 minutos recorridos y una tarjeta de seis goles, números muy notables. ¿Se esperaba semejante bagaje?

—No sé si me lo esperaba o no. Si me lo pones en un papel a inicios de temporada, firmaría encantado. Se me han dado bien las cosas y estoy participando con gol, tengo que seguir en esa línea, porque creo que estoy haciendo las cosas bien.

¿Es una cuestión mental, de tener fortaleza?

—Creo que es fruto del trabajo, de querer estar ahí, de dar el nivel, de acertar las ocasiones de gol que tienes. Estoy muy concentrado y he tenido la suerte de enchufar las que tengo.

Se ha subido a la buena ola, sin duda. ¿En qué ha cambiado el Iñigo Córdoba del que salió del Athletic hace dos meses y medio?

—Creo que en nada. Sigo trabajando igual, aunque he mejorado en la tarea de gol, en la que andaba más justito. En el campo tengo un poco más de libertad y puedo generar más en ataque.

No ejerce pegado a banda izquierda, sino que parte desde la derecha para jugar como un segundo delantero. ¿Se siente más liberado en esa posición que quizá sea inédita para usted?

—Estoy partiendo desde la derecha y me proporciona libertad para entrar por bandas. Juego por las dos y ante el Ajax jugué de segunda punta, que te permite más llegada.

¿Qué le pide Kees van Wonderen, su entrenador?

—Pide que en lo defensivo seamos agresivos, compactos en el orden, ser un equipo serio y que en ataque juguemos con libertad, que seamos descarados y creemos peligro. Sabe que tenemos calidad arriba y que conectamos, en mi caso con Marc (Cardona) y el resto de compañeros.

En Bilbao llama la atención su racha goleadora, cuando en 96 partidos en el Athletic solo había hecho dos tantos. ¿Se ha descubierto como un goleador inesperado o es algo puntual?

—Espero que no sea una racha puntual y siga metiendo muchos más. Cuando empiezas a meter goles y acertar en las ocasiones que tienes, siempre quieres más. En estas situaciones, sabes que estás más cerca del gol que nunca y esperas que no sea algo pasajero.

El potencial de la Eredivisie es menor al de LaLiga Santander. ¿Cree que esos números los podría alcanzar con el Athletic?

—Mi objetivo principal es hacer una buena temporada, demostrar el nivel que tengo y poner el foco en regresar a Bilbao. Ojalá pudiera hacer estos números en el Athletic.

Es pronto para tomar decisiones, ¿pero con su trayectoria hasta la fecha en el Go Ahead Eagles le sirve para reivindicarse como un jugador muy válido para el Athletic?

—No quiero estar pensando en ello. He jugado aquí una docena de partidos y queda muchísimo. Quiero seguir disfrutando de esta experiencia y seguir haciéndolo bien. No puedo pensar exclusivamente en el futuro, sino saber dónde estoy y seguir creciendo.

¿Le siguen desde el Athletic, mantiene algún tipo de contacto con la dirección deportiva o con el propio Marcelino?

—He recibido varios mensajes de Rafa (Alkorta) y de varios compañeros con los que más trato, porque al fin y al cabo son amigos. Y sí, tengo trato con ellos y yo también le sigo.

¿Y qué le dice Alkorta?

—Me dice que está siguiendo los partidos y me felicita por cómo lo estoy haciendo. Se agradece este tipo de apoyos por parte de la gente de Bilbao.

Marcelino reconoció que no visualiza ni sus partidos ni los de Iñigo Vicente, cedido en el Mirandés, función que lo delega en la dirección deportiva. ¿Qué le parece?

—Es una decisión personal en la que no me meto. Lo tendrán así gestionado dentro del club, pues me parece bien. Cada uno es libre de pensar lo que cree que es conveniente.

¿Qué argumentos le dio Marcelino para no contar con usted?

—Que había muchos jugadores de la plantilla, que tenía que dejar salir gente, que tenía jugadores suficientes para cubrir esa posición, que iba a tener muy complicado jugar, que no iba a tener oportunidades, que iba a ser incluso el último en ese puesto.

Es curioso, en el fútbol hay ocasiones en las que no vale el currículum, cuando usted ha jugado casi un centenar de partidos en el Athletic.

—Cada entrenador tiene su forma de ver el fútbol y su opinión. Marcelino llegó en navidades y me dijo que tenía que aprovechar la oportunidad con un entrenador nuevo porque no estaba contando para Garitano. Marcelino me dijo que tenía muy difícil jugar y por eso acepté la opción de ir al Alavés, aunque tuve la mala suerte de sufrir la lesión de rodilla. En verano, lo mismo. Me dijo que estaba en la misma situación personal y desde el primer momento me centré en recuperarme de la lesión.

Hay quien dice que podría haberse reconvertido como lateral izquierdo, con carácter ofensivo. ¿Se ve así?

—No lo sé. Todas las posiciones son susceptibles de probar. Nunca había jugado desde banda derecha y estoy dando un buen rendimiento en la misma. Estoy dispuesto a jugar en todas las posiciones que me diga el entrenador y siempre estoy abierto a ello.

Ha sido en los últimos tiempos uno de los futbolistas sobre el que se ha puesto la lupa con más acento en San Mamés, donde incluso ha sido pitado puntualmente. ¿Se ha sentido señalado, incluso incomprendido?

—No. Cada uno tiene su opinión y fue una cosa muy puntual de unos pocos de la afición. No le quiero dar demasiada importancia y para mí es ya agua pasada.

¿Pero qué se le pasa por la cabeza a un chaval de la casa que un sector de la afición no le perdone prácticamente nada?

—El público tiene su opinión y es soberano. Sí hay que decirle que todo jugador del Athletic lo que busca es defender esa camiseta por encima de todo. Es de sentido común. Fue una cosa pasada, pero lógicamente no gusta.

¿En esas situaciones el futbolista hace autocrítica ¿En qué cree que falló usted?

—Yo jugaba y siempre se me pedía que cumpliese unos objetivos de juego y seguía jugando, por lo que creo que el míster estaba contento con mi rendimiento. Hacía lo mejor que podía para seguir jugando. La opinión que interesa al futbolista es la del entrenador y la de los compañeros. La opinión de la gente ajena a ese entorno no tiene que afectar.

¿Le pudo la presión?

—No. Soy fuerte en ese sentido y las opiniones no van a cambiar mi forma de pensar, ni van a cambiar mi forma de ser.

El Go Ahead Eagles tiene una opción de compra sobre usted. ¿Le han comentado su intención de ejecutarla?

—No. Estoy centrado en lo deportivo y mi objetivo principal es hacerlo bien aquí para poder volver a Bilbao el año que viene y demostrar que tengo nivel para jugar en el Athletic. Todo lo que salga de ello no lo manejo.

O sea, ¿tiene la última palabra para que se ejecute esa opción?

—Sí, supongo porque todas las partes firmantes de un contrato tienen que estar de acuerdo.

Acordó la cesión después de renovar un año con el Athletic, algo que no suele ser habitual. ¿Renovó a la baja, que la ficha para este curso se dividiera en dos años?

—Era importante seguir ligado al Athletic porque mi idea es triunfar en Bilbao y hacer carrera en el Athletic. Al club también le pareció interesante el acuerdo al que llegamos. Fue bueno para mí y para el club, y lo dejamos ahí porque entrar en el aspecto económico no tiene sentido.

Consumará esta etapa en la Eredivisie con 25 años, una edad propicia para seguir creciendo. ¿Se ve en el Athletic en el verano de 2022?

—Es mi prioridad. Esto es una inversión de futuro para poder estar de nuevo en el Athletic.

¿Y si no fuera así, lo entendería como un fracaso personal?

—Para nada sería un fracaso personal, yo voy a hacer todo lo que esté en mis manos. Estoy orgulloso de todo lo que he hecho, de lo que hago y de mi trabajo. Si se puede, bien; y si no, la carrera del futbolista es muy corta y hay que aprovecharla, seguir por otro camino.

¿Qué opina del recorrido del Athletic a estas alturas de la liga?

—Lo veo muy bien. Está siendo sólido y genera juego, y creo que puede conseguir el objetivo de entrar en competición europea.

"Cuando metes goles y aciertas en las ocasiones que tienes, quieres más. Esperas que no sea pasajero"

"Marcelino me dijo cuando llegó que tenía muy difícil jugar. En verano, lo mismo. Mi situación era complicada"