Rafa Alkorta lo subrayó la semana pasada en entrevista concedida a Onda Vasca. "No tengo muy claro el primer día de pretemporada cuántos jugadores van a estar", aseguró el director deportivo, que reconoció la dificultad de que se cumplan las peticiones de Marcelino García Toral, deseoso de iniciar los entrenamientos con un grupo que no exceda de los 22 futbolistas.

Lo cierto es que, a día de hoy, los indicios apuntan a que el asturiano se topará en su rentrée a Lezama el 7 de julio con un número de futbolistas más amplio del anhelado, por lo que habrá que ver la reacción del técnico, al que supuestamente no le agradará tal overbooking.

Marcelino ya ha informado a los integrantes de su plantilla con los que no cuenta para el nuevo proyecto y, al parecer, uno de ellos sería Iñigo Córdoba, que en la segunda mitad de este curso recién finalizado ha ejercido como cedido en el Deportivo Alavés, donde no le ha acompañado la fortuna a la hora de tener más protagonismo y, especialmente, a modo de lesiones, ya que el pasado 22 de abril tuvo que parar y ser sometido a una artroscopia para intervenir en la placa sinovial de su rodilla derecha.

Córdoba (Bilbao, 13 de marzo de 1997) lleva a cabo su proceso de rehabilitación en las instalaciones de Lezama, en las que ha coincidido en diferentes momentos con Peru Nolaskoian, Yuri Berchiche, Oier Zarraga y Ander Capa, que también sufren distintas molestias. El bilbaino, que debutó como león hace cuatro años de la mano de Kuko Ziganda, lo tiene muy claro, por lo menos a corto plazo. Su objetivo prioritario es recuperarse de su dolencia en la rodilla y llegar en las mejores condiciones posibles a esa segunda semana de julio, en la que están citados los leones. Y Córdoba quiere estar desde ese 7 de julio junto al resto de sus compañeros pese a que tuviera el cartel de transferible para Marcelino, que apenas le tuvo a sus órdenes durante unos pocos días, hasta que se consumó la cesión del bilbaino, que ha completado 96 partidos en el Athletic, al Alavés en los últimos instantes del pasado mercado invernal.

Su recorrido en el cuadro alavesista no ha sido el esperado por Córdoba, que se tuvo que conformar con participar en siete encuentros en el equipo dirigido entonces por Abelardo, ya que la lesión le impidió estar a disposición de Javi Calleja, el sustituto del asturiano en el banquillo del Glorioso, al que logró sacar del descenso. Córdoba, que tiene contrato con el Athletic hasta el 30 de junio de 2022, se decanta por no salir de la disciplina rojiblanca este verano, ya que sus intenciones se centran en darse a conocer, una vez superada su lesión de rodilla, a Marcelino y ofrecerse como alternativa en el costado izquierdo, incluso en la demarcación de lateral, reconversión que en su momento no se planteó el de Villaviciosa, que ha mostrado su confianza en Mikel Balenziaga cuando se ha ausentado un Berchiche que ha sido víctima de varios contratiempos físicos.

Córdoba asume la dificultad de su reto, pero no arroja la toalla. Asume que esta no ha sido su temporada e incluso solo ha llegado a comparecer en tres partidos con el conjunto rojiblanco, en la fase final de Gaizka Garitano como entrenador, con anterioridad a su llegada a Gasteiz y su último compromiso como león se remonta a la visita al Real Madrid en Valdebebas (3-1) el pasado 15 de diciembre y en el que jugó poco más de media hora. Conoce las intenciones del club hacia su persona, pero su deseo es intentar que Marcelino cambie de opinión. En caso de que no fuera así, le tocaría plantearse salir de la entidad el próximo enero, ya a pocos meses de que expire su relación contractual con el Athletic, con el que ha jugado más de 5.200 minutos. El bilbaino, por tanto, solo maneja presentarse en Lezama el 5 de julio para someterse a las pruebas médicas, imagen que también podría producirse en el caso de Kenan Kodro, que ha regresado lesionado de su cesión en el Valladolid.