Cinco meses después, la segunda victoria a domicilio del Athletic cayó con gran estruendo. Poco tuvo que ver con la obtenida por la mínima en Ipurua, certificada con dos goles de Unai López, el segundo muy cerca de la conclusión. Por el Ramón de Carranza pasó un ciclón de fútbol ofensivo, una riada imparable de goles y oportunidades que destrozó por completo al Cádiz, impotente ante el alarde de ambición de los hombres de Marcelino, que nunca parecieron saciados y siguieron percutiendo sin piedad. Marcaron tres veces en apenas media hora, pero perfectamente pudieron doblar el registro antes del descanso. El semblante de Álvaro Cervera, sin mover un músculo detrás de sus gafas, sentado, hundido en el banquillo, ilustró el formidable destrozo protagonizado por un Athletic que había viajado en busca de tres puntos que necesitaba para alejarse de la zona conflictiva de la tabla y se dio un auténtico homenaje.

41

Las mejores imágenes de la victoria del Athletic frente al Cádiz

En el atracón resultó clave la actitud inicial y es que anoche, al contrario de lo que ha sucedido en tantos y tantos partidos frente a rivales metidos en problemas, el Athletic no permitió al Cádiz ni respirar. Nada más escuchar el primer pitido del árbitro se lanzó como una locomotora en dirección al área local y nada hubo que le frenase. El desconcierto que generó en las filas locales fue proporcional a la intensidad que imprimió a su juego. Percutió las veces que quiso, acumulando llegadas sin interrupción alguna. A tope de revoluciones dejó en evidencia que, en efecto, el conjunto gaditano se halla sumido en una profunda crisis de identidad, reflejada en el hecho de que una estructura que se había distinguido por su fiabilidad defensiva, de unas semanas para acá se ha convertido en un coladero.En suma, que en vez de ponerse a tantear para conocer el estado real del Cádiz, lo cual acaso hubiese complicado la empresa, sin ni siquiera saludar los rojiblancos optaron por desplegar una ofensiva de tal calibre que de inmediato les permitió confirmar que la inquietante fragilidad de su adversario no era un rumor. Williams, él solo, tuvo hasta cinco balones para hacer daño en seis minutos. En uno de ellos, el cuarto, acertó a ceder en el área a Berenguer, quien se sacó un caño para burlar a Alcalá y batir a Ledesma en su salida. Se estaba viendo venir. Pero el asunto no se limitó a esto. Qué va. Y la insistencia tuvo premio en un golpe franco que Unai López salvando con limpieza la barrera al cuarto de hora. El Athletic jugaba cuesta abajo, no encontraba oposición y sí múltiples vías para progresar y hacer sufrir a un enemigo que ni había atravesado la línea de centro.

Muniain se ponía las botas, indetectable entre líneas, y Unai López contribuía a agilizar el suministro, mientras el resto ganaba cada disputa y conquistaba posiciones ventajosas en ataque. Por un instante dio la sensación de que el Cádiz despertaba, pero fue un espejismo. Antes de la media hora, con todos los amarillos mirando, Muniain filtraba un pase y Berenguer picaba con estilo ante un portero vendido. No tardó el goleador en disponer de una oportunidad nítida más, en un balón que Ledesma no atajó a la salida de un córner, pero la volea se le marchó alta. El marcador y la falta de reacción del cuadro andaluz auguraban un resultado escandaloso, si es que no lo era ya. Williams y Vesga estuvieron en un tris de incrementar la ventaja antes del descanso.

La exhibición rojiblanca provocó que Álvaro afrontase el segundo acto con una renovación total de su delantera. Metió cuatro hombres de golpe y es cierto que durante un ratito el Cádiz amagó con tomar las riendas del encuentro. Ligó unas series de pases, pero sin inquietar, hasta que un despeje de Nuñez a la altura del área propia se transformó en un pase de lujo para la carrera de Williams desde terreno propio. El error de cálculo en el corte de Cala fue monumental y el ariete no perdonó, batiendo a Ledesma por el palo corto. Ahí murió el pretendido despertar del Cádiz. La losa de los cuatro goles frustró cualquier atisbo de interés, salvo la curiosidad por saber si alguien más se sumaba a la goleada y por ver cómo aprovechaba Marcelino el tiempo restante.

Muniain se queda sin gol

No tardó en incorporar a Villalibre y Morcillo, lo que reubicó a Muniain en la franja central, aunque hasta entonces ya se había movido por donde le dio la gana. Se lo pasó en grande el capitán. El juego se embarulló bastante, en parte porque el amor propio del perdedor, que empezó a presionar como no hizo antes, dificultó parcialmente las maniobras de un Athletic que no obstante siempre tuvo una puerta abierta para presentarse en los dominios de Ledesma. Muniain no pudo sumarse a la fiesta cumplida la hora, Alcalá despejó sobre la línea su remate con el portero fuera del marco. También decreció el empuje del Athletic, algo que entraba dentro de lo normal, porque con semejante renta no es cuestión de volcarse con el cuchillo entre los dientes.

Así todo, Muniain volvió a acariciar el gol en una contra de Morcillo, tras recortar al central. Su remate careció de dirección y Ledesma pudo desviar a córner. Previamente, se anotó el Cádiz la única ocasión para estrenar su casillero. Iza botó con celeridad una falta en corto, pilló dormida a la zaga, pero Simón acertó a repeler el tiro de Saponjic, intervención que Marcelino celebró tanto o más que los goles, pues suponía que por fin el Athletic blindaba su portería, logro pendiente en la actual etapa.

El técnico tuvo la deferencia de conceder un rato a Ibai, en lo que constituyó el estreno del bilbaino en la vigente campaña. Fue la anécdota de una cita resuelta con celeridad y eficacia impresionantes. Una noche para el disfrute que hizo olvidar que el equipo había acudido al Carranza con un punto de intranquilidad.

CÁDIZ: Ledesma; Iza Carcelén (Min. 85, Martín), Cala, Alcalá, Espino; Fali, Garrido, Perea (Min. 46, Jairo), Salvi (Min. 46, Alejo); Lozano (Min. 46, Sobrino) y Negredo (Min. 46, Saponjic).

ATHLETIC: Simón; Capa (Min. 78, Lekue), Núñez, Yeray, Yuri; Vesga, Unai López (Min. 75, Vencedor), Berenguer (Min. 78, Ibai), Muniain; Raúl García (Min. 65, Morcillo) y Williams (Min. 65, Villalibre).

Goles: 0-1: Min. 4; Berenguer. 0-2: Min. 14; Unai López. 0-3: Min. 28; Berenguer. 0-4: Min. 51;: Williams.

Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a los locales Cala, Saponjic y Fali, y a los visitantes Núñez y Vesga.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 23 de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón de Carranza sin público.