El Athletic acentuó su diferencia cincuenta años atrás. La inauguración en 1971 de sus instalaciones en Lezama supuso un antes y un después. El club bilbaino comenzó a escribir una historia que se hizo viral en sus tiempos y que sigue siendo una de las grandes referencias de cantera y formación no solo en el fútbol estatal, sino que también en muchos otros lugares del planeta. Lezama presume de su genética y de la que puede dar fe el mismo Marcelino García Toral, el técnico del primer equipo desde hace tres semanas y que ya se ha empapado de unas instalaciones que han cambiado de siglo. Los últimos presidentes del Athletic y sus respectivas juntas directivas han puesto el foco en el corazón de la entidad bilbaina, habitualmente causa de los debates electorales, en su deseo de dar pasos e invertir en la modernización de un complejo sometido a numerosos proyectos, algunos de ellos polémicos e irrealizables, y que la suma de ellos ha propiciado su actual rostro. Una factoría que rinde a pleno rendimiento y que hace escasos días estrenó el nuevo edificio destinado exclusivamente al primer equipo.

Es precisamente esta infraestructura la imagen del nuevo pellejo de Lezama, que ha legado del viejo San Mamés el carismático arco, la joya que recibe al visitante a las instalaciones. El edificio del primer equipo, que ha supuesto una inversión de 6,7 millones de euros, consta de 3.955 metros cuadrados de superficie, con tres plantas e incluye una amplia zona de terraza. La salida por el amplio túnel da paso al campo 1 de entrenamiento, rematado con laderas azules con plantas. Dispone de gimnasio, cancha polideportiva, saunas, piscinas y una zona de recuperación y crioterapia. La planta intermedia y la superior cuentan con una sala de estar, espacio para charlas y conferencias y el comedor.

La futura residencia destinada para los futbolistas de la cantera, prevista para finales del presente año, supone otras de las infraestructuras que aportarán más lustre a Lezama. Este edificio anexo al principal contiene una primera planta para estudio y ocio con 29 habitaciones dobles. En la planta baja, mientras tanto, están prevista otra 29 habitaciones dobles y la zona de restauración.

El nuevo Lezama, sin embargo, no se queda en estas novedades, sino que también el traslado del primer equipo a su burbuja conllevará una reforma integral del edificio central y referencia en las décadas pasadas. El proyecto contempla vestuarios para el primer equipo femenino y Bilbao Athletic, gimnasio, zona médica, polideportivo, oficinas generales y áreas de estudio. Además, contará con una cafetería para los aficionados y un comedor para el fútbol base, así como un nuevo aparcamiento subterráneo para 44 vehículos. Es el Lezama del siglo XXI.