POCAS visitas se le atragantan tanto al Athletic como la que realiza anualmente y desde hace algo más de dos décadas al Villarreal. Le cuesta un mundo al conjunto rojiblanco sacar algo positivo del Madrigal, renombrado desde hace algún tiempo estadio de la Cerámica, hasta el punto de que en los 20 encuentros de liga que ha disputado allí su bagaje de victorias es de solo tres, con seis empates y once derrotas, siete de ellas de manera consecutiva, entre las temporadas 2004-05 y 2010-11. Eso sí, en los tres últimos partidos disputados en la ciudad castellonense ha rascado puntos. Dos empates y una victoria que inyectan algo de optimismo para afrontar un partido complicadísimo sobre el papel.

Las estadísticas están para romperse, sí, pero para ello el Athletic deberá poner de su parte, que la visita al dentista se quede en una mera revisión, que la cosa no vaya a mayores. Si calca la imagen que ofreció ante el Huesca el viernes será difícil que en la quiniela figure una X o un 2, por lo que el nivel de exigencia del conjunto rojiblanco deberá subir muchos escalones para no volver de vacío del choque de mañana ante el Villarreal.

El equipo castellonense está al alza, crecido por las buenas sensaciones y los buenos resultados de una campaña en la que únicamente han perdido uno de los 21 encuentros que han disputado desde el inicio de la competición en el mes de septiembre. Fue contra el Barcelona (4-0), equipo que se le atraganta a su técnico, Unai Emery, hace ya tres meses y desde entonces acumulan 18 partidos sin conocer la derrota -entre ellos el 3-0 del duelo de la Europa League frente al Qarabag que no se jugó-. Resultados que sitúan al Villarreal cuarto en liga con 24 puntos, siete más que los que figuran en el casillero del Athletic, y a a cuatro del líder, el Atlético de Madrid, si bien el equipo colchonero tiene dos partidos pendientes.

En competición europea también la han ido muy bien las cosas al submarino amarillo, que no pasó apuros para ser primero de grupo, con un balance de cinco victorias y un único empate, y en febrero se verán las caras con el Salzburgo en dieciseisavos de final. Además, en Copa superaron sin problemas su enfrentamiento con el Leioa (0-6) y en la siguiente ronda, la última antes de que entren en el sorteo los cuatro equipos que disputarán en enero la Supercopa, se enfrentarán al ganador del choque aplazado la semana pasada entre el Zamora y la UD Logroñés.

Emery, quien regresó en verano a LaLiga tras dos temporadas en el París Saint-Germain y una aventura de unos pocos meses en el Arsenal, club del que fue destituido en noviembre del año pasado, ha entrado con muy bien pie en la entidad castellonense. Ha formado un equipo sólido que ha sabido reponerse a la importante baja del veterano Santi Cazorla con un viejo conocido del técnico de Hondarribia como Dani Parejo, quien cambió Valencia por Villarreal por una irrisoria cantidad económica. Un camino que también recorrió Francis Coquelin, ahora de baja.

varias ausencias

El centrocampista francés, que ha sido titular habitualmente, no será de la partida en el choque de mañana debido a una lesión muscular que le tendrá en torno a un mes alejado de los terrenos de juego. Bastante más tiempo le espera a Vicente Iborra, que se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y no volverá a jugar hasta la próxima temporada. Además, Emery tampoco podrá contar en el partido de mañana ante el Athletic con Paco Alcácer, autor de cinco tantos en liga en diez partidos y de y de cuatro más en dos citas en la Europa League. Su puesto lo ocupará el joven Fernando Niño, que acompañará en punta a Gerard Moreno, quien con ocho goles es el pichichi de la liga.