El fútbol es así de tiránico y a la vez seductor. Resulta que Gaizka Garitano se jugaba la cabeza ante el Betis, el equipo más amable desde que se abrió el nuevo San Mamés –ha perdido en sus ocho visitas–, y la salva con un plan que se entiende está en las antípodas de su credo. O sea, al derioztarra se le ocurre caminar sobre el alambre con un once inesperado, con un sistema que seguramente pedía a gritos una mayoría de la masa social athleticzale y con parte de su guardia petroriana, como Dani García y Raúl García, en la banqueta. El viraje le salió redondo, mejor de lo soñado sin duda. Pero también tiene su matiz pérfido, porque Garitano firmó su mayor goleada en liga abjurando de Garitano, lo que quizá sea el inicio de un nuevo Athletic. O puede que lo de anoche se quede en un mero espejismo. El tiempo lo dirá, con la exigente visita del próximo domingo al Getafe como la primera prueba del algodón.
Sea como fuere, el rotundo triunfo sobre el Betis vuelve a traer un punto de sosiego al entorno y al propio entrenador, que se deduce que ha sorteado el supuesto ultimátum que tenía sobre la mesa. Garitano salió airoso gracias a futbolistas a los que tenía relegado en sus preferencias, como es el caso de Asier Villalibre, al que se resistía hasta la desesperación de ponerle en el once inicial pese a ser el único nueve específico en su plantilla; y de Unai Vencedor, un chaval cómodo con el balón y del que dicen que tiene buena pinta. Y, de paso, situó a Iker Muniain en su hábitat natural, lo que fue una bendición para el propio capitán que, además, marcó por quinta vez en su carrera al Betis, que se convierte en su equipo fetiche. Salvando las distancias, el sistema recordó mucho al que empleó Javier Clemente una semana atrás con la selección de Euskadi frente a Costa Rica.
Garitano salva el primer match-ball que probablemente aumente su crédito para la entidad, que no maneja un nuevo ultimátum para el compromiso en Getafe. Es el efecto reparador que tiene una goleada como la de anoche, no solo por la colección de goles, sino por las formas en que se gestó.
La cifra
100
Los encuentros que completó ayer Iñigo Martínez como jugador del Athletic 22 meses después de que la anterior Junta Directiva efectuara su contratación tras depositar los 32 millones de euros que rezaba su cláusula de rescisión con la Real Sociedad. El de Ondarroa celebró la marca con un triunfo necesario.
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