En apenas un año, el centrocampista donostiarra ha pasado de no jugar nada a ser el décimo futbolista del Athletic que más minutos ha disputado en liga. Es el encargado de organizar el juego del equipo, pero ha crecido mucho en tareas defensivas. Una mejoría que, sin duda, ha sido fundamental para que Gaizka Garitano haya confiado más en él.

Han disputado ya cinco de los seis partidos que restaban. ¿Cómo se están encontrando físicamente?

—Bien. Físicamente me encuentro bien. Es verdad que estamos jugando los partidos de manera muy seguida y que la fatiga se va acumulando, como es normal, pero me encuentro en un buen momento y físicamente bien.

Ahora es cuando se ven los frutos del trabajo que les mandaron realizar en casa durante las semanas del confinamiento. Se ve que la base fue buena.

—Eso está claro. Los preparadores trabajaron mucho y muy bien durante el confinamiento para que ahora estemos como estamos, que es bastante bien. Todos hemos notado que lo que hemos hecho en casa nos ha beneficiado.

Hubo compañeros que ganaron peso debido al aumento del músculo, otros que bajaron… ¿En su caso?

—Yo me mantuve más o menos como estaba antes de que nos tuviésemos que confinar en casa.

El regreso de la competición está siendo un poco monótono visto desde fuera. Casi sin tiempo para digerir un partido llega otro de inmediato. ¿Para ustedes también lo está siendo?

—Sí que siendo los partidos así, con tan poco espacio de tiempo entre ellos, apenas nos da tiempo para entrenar. A mí personalmente no me disgusta. Es verdad que sería imposible jugar una temporada entera a este ritmo, pero no me está disgustando.

¿Esperaba que fuera a ser así o imaginaba otra cosa?

—Ya lo sabíamos. Cuando los partidos son tan seguidos no tienes tiempo para mucho entrenamiento. Es competir y recuperar para volver a competir a tope.

Siempre se dice que a ustedes lo que menos les gusta es entrenar y lo que más, jugar...

—Lo que a todo el mundo le gusta es competir y jugar partidos oficiales. Pero para eso no queda otra más que entrenar fuerte. Al ser todo más rápido, está siendo más dinámico.

Desde fuera no se pueden seguir los entrenamientos, ya que se desarrollan todos a puerta cerrada. ¿Ha cambiado algo de su manual Gaizka Garitano?

—No, están siendo bastante parecidos. Al competir cada dos tres días, lo más importante es recuperar bien. Y mucho gira en torno a ello.

Desde que regresaron a los entrenamientos están siguiendo un protocolo bastante estricto. ¿Se ha acostumbrado ya?

—Sí. Llevamos ya más de dos meses y nos hemos adaptado. Es algo con lo que nos toca convivir ahora y es importante que por seguridad lo cumplamos todos.

Al margen del público, ¿hay alguna otra cosa que eche en falta en esta llamada nueva normalidad?

—No... Es que lo que más llama la atención es sobre todo la ausencia del público. Jugar solos, sin nuestra gente, e incluso cuando vas fuera hacerlo sin la afición contraria es como estar entrenando. No nos queda otra más que adaptarnos y creo que lo estamos haciendo en general todos los equipos. Los partidos están siendo competidos a pesar de que no hay público en la grada.

¿Se le hace raro ir a sacar un córner sin que nadie le esté chillando o animando?

—En ese momento es verdad que no tienes ese calor del público que sí podías notar antes, pero para sacar un córner tampoco hace falta que tengas gente cerca chillando. Pero sí es cierto que se les echa muchísimo de menos.

El día del Atlético de Madrid, por ejemplo, no les hubiera venido mal contar con el apoyo del público, especialmente en los minutos finales, pero sí es cierto que en líneas generales no parece que estén acusando su ausencia…

—El equipo está compitiendo bien a pesar de no tener a la afición detrás. Pero no es lo mismo. Al jugar en casa con nuestra gente siempre sentimos que somos uno más.

Sin el ruido ambiental, en el campo se escucharán más fácil, ¿no?

—Ahora, por ejemplo, si Unai Simón le grita al delantero, este le escucha. Eso no pasaba antes. Ahora la comunicación es más sencilla.

Pero ya no vale decirle al entrenador aquello de que no le escuchan…

—No, no (se ríe). Esa excusa ya no vale.

Aunque antes ha comentado que están bien físicamente, el equipo ha bajado enteros en las segundas partes. ¿A qué se debe?

—Se están dando así. Somos un equipo muy físico y si bajamos es por cómo se están dando los partidos, no por el físico.

Los jóvenes como usted no tienen excusa para no haber vuelto del confinamiento en buena forma...

—A estos niveles ninguno tenemos excusa. Yo veo a gente que es más mayor y les veo muy bien. Estamos todos parecido y a nadie le ha costado mucho coger la forma.

¿Ha tenido algún problema físico?

—Por ahora, toco madera, pero no. Y espero que siga así hasta el final de temporada.

¿Le preocupaba este aspecto?

—No le he dado muchas vueltas, pero es innegable que el riesgo de lesión aumenta en una situación así. Pero bueno, prefiero no darle muchas vueltas a ello.

Este año sí, Gaizka Garitano está contando con usted. ¿Podríamos decir que este es el año de su explosión definitiva?

—No, no. Es verdad que Gaizka ha contado conmigo, que he jugado mucho. Pero todavía tengo muchas cosas que darle al Athletic y mucho mejores. Todavía no se puede hablar de que es mi año. Pero ni por asomo, o eso pienso yo.

¿Cómo explica ese cambio, qué ha pasado?

—Se ha dado así. Supongo que habré mejorado en determinadas cosas que Gaizka ha visto y ha decidido ponerme. Tampoco puede decir mucho más.

Ahora se le ve más cómodo en labores defensivas. ¿Darse cuenta de que debía dar un paso al frente en dicho apartado ha podido ser la clave para que esté contando con más minutos?

—Sí, está claro que sí.

Ha jugado 20 partidos de titular, 21 en total en liga, pero únicamente ha completado cuatro. Es habitual que usted sea uno de los sustituidos partido tras partido. ¿Se le hace raro?

—A todos nos gusta jugar todo si se puede. Este año se está dando así, pero tampoco hay que darle mayor importancia. Obviamente me gustaría jugar todos los partidos y todos los minutos, pero es Gaizka el que decide y si lo decide así, adelante.

¿Pero usted se ve bien físicamente como para acabarlos?

—Sí, por supuesto.

Se entiende bien en la medular con Dani García, la semana pasada se le vio cómodo en compañía de Mikel Vesga… A pesar de ello, con quien mejor parece entenderse es con Iker Muniain. Y el equipo lo nota, tiene otro aire. ¿Es consciente de ello?

—Claro que me doy cuenta. También al ser jugadores de un perfil un poco parecido a la hora de jugar ayuda a que nos encontremos con facilidad.

Este año, además de contar con más minutos, se ha estrenado como goleador. Lo hizo en la goleada (1-4) al Valladolid en el último partido previo a la pandemia del coronavirus. ¿Qué significa para usted marcar un gol con el Athletic?

—Es algo que lo pensaba desde hace tiempo y que me ha costado lograr. Pero tampoco le doy mayor importancia, aunque eso sí, espero que lleguen más.

Le hemos visto evolucionar en la faceta defensiva y como es lógico, Garitano le pedirá que vaya a más cada día a nivel general. ¿También en el apartado goleador?

—Por supuesto. Yo me exijo mucho y en esa faceta debería aportar más. Espero poder hacerlo.

En las últimas jornadas han decidido sacar los córners en corto y parece que por fin están generando peligro a balón parado.

—Están saliendo bien. Estamos haciendo bastante daño a los rivales y ahí están los goles de Iñigo Martínez u Oihan Sancet.

La opción de alcanzar posiciones europeas parecía muy complicado hace solo un puñado de días, pero ahora están metidos de lleno en la pelea. Ganar hoy al Valencia supondría dar un paso muy importante.

—Cuando hemos hablado entre nosotros siempre hemos sido optimistas. Sabíamos que iba a depender de lo que hiciéramos nosotros, de que estuviésemos bien. Y así está siendo. Ahora tenemos que seguir en esta línea. Tenemos que visitar al Valencia y nos vienen de seguido el Real Madrid y el Sevilla. No son partidos nada sencillos, pero si conseguimos sacar puntos nos va meter más de lleno aún en la pelea por los puestos europeos.

El Villarreal está al alza, ustedes también en buena dinámica... En el aspecto anímico será importante venir remontando puestos, ¿no?

—El tema anímico depende sobre todo de lo que hagas en los partidos. El que gana se va contento y el que pierde, no. Ahora, al ser los partidos en menos espacio de tiempo, puede ser que el estado anímico influya más. Pero nosotros para entrar en Europa vamos a tener que seguir estando igual de bien.

Hoy se enfrentan al Valencia, un club en el que las aguas bajan un poco revueltas, más aún tras los últimos acontecimientos, con mención especial a la destitución de Albert Celades. ¿Eso hace más peligroso al conjunto che?

—El Valencia es peligroso siempre. Tiene muy buenos jugadores y lo vienen demostrando. Es un gran equipo. Para traernos los tres puntos de Mestalla vamos a tener que hacer un muy buen partido.

El partido apunta a ser muy físico. Y en ese tipo de encuentros Gaizka Garitano acostumbra a apostar por un futbolista con otras cualidades a las suyas como es Mikel Vesga. ¿Se ve para ese tipo de partidos?

—Sí, claro que me veo. Faltaría más. Me veo y creo que puedo jugarlos de hecho. Pero el que decide es el míster y veremos a ver qué decide.

Ahora hay chavales jóvenes llamando a la puerta como Sancet y Villalibre. ¿Le recuerda a sus inicios?

—Ellos ya saben lo que tienen que hacer. Sobre todo, que tengan tranquilidad. Esta es una carrera muy larga. Ojalá lo sigan haciendo bien, porque eso irá en beneficio de los demás y sobre todo del equipo.

¿Cree que Sancet es más centrocampista que media punta?

—Ahora el míster le está poniendo de media punta y lo está haciendo bien. Lo bueno que tiene es que es muy joven. Ojalá siga dando pasos y nos dé muchas alegrías.

“El equipo está compitiendo bien a pesar de no tener a la afición detrás. Pero no es lo mismo”

“Ahora, si Unai Simón le grita al delantero, este le escucha. Eso antes no pasaba. La comunicación es más sencilla”

“El Valencia es peligroso siempre. Tiene muy buenos jugadores y es un gran equipo”

“Yo me exijo mucho y en la faceta goleadora debería aportar más. Espero poder hacerlo”