El Athletic llega muy condicionado a la cita de hoy en San Mamés por tratarse de su tercer partido en seis días. Parte con clara desventaja respecto a su rival, un Betis que empezó a competir tres días antes y disputó su segundo compromiso el pasado lunes. A la densidad del calendario diseñado para la categoría se le añade pues el agravante de la enésima broma de Javier Tebas, un buen amigo tal como refleja el capítulo de los horarios de toda la temporada. A Gaizka Garitano, de natural reacio a ofrecer pistas, ayer no le quedó más remedio que anunciar cambios en el once inicial. No precisó cuántos ni en qué demarcaciones, pero dio a entender que esta vez no se limitará a realizar solo dos, como en Ipurua.La necesidad de lograr un rendimiento físico alto siempre pesa en el criterio del técnico, no en vano la propuesta de su equipo se fundamenta en la intensidad y el ritmo que imprime, pero en esta ocasión será el factor prioritario, casi exclusivo, en la elección de los titulares, según admitió. Él sabe a ciencia cierta cuál es el estado actual de la tropa, el nivel de cansancio y las molestias que arrastra cada cual. Y están también los precedentes, las decisiones que en situaciones similares ha tomado. En este sentido, cuesta imaginar que vaya a tocar la estructura defensiva. Quizá dé respiro a alguno, un lateral por ejemplo, pero Capa, Yeray, Iñigo, Yuri y Dani García poseen plaza fija en su pizarra. Sus nombres, antecedidos del de Unai Simón, los canta de carrerilla cualquiera que siga las andanzas del Athletic.

Hombre, Núñez es un recurso a considerar, por su velocidad en carrera, interesante argumento frente a un rival que disfruta tirando contras. Basta con recordar lo ocurrido en la última visita al Villamarín, aquel mediodía en que Joaquín subió a los cielos. Tampoco debe descartarse que Garitano se incline por rescatar el esquema de tres centrales, aunque el perfil táctico que últimamente emplea el Betis no invite a ello.

Puestos a conjeturar, Unai López y Williams se perfilan como novedades y no extrañaría que Muniain y Raúl García, o ambos, arrancasen desde el banquillo. La gente de arriba se desgasta más, se vio en el derbi, pero Garitano avisó de que únicamente contempla la opción de Villalibre como recambio, por hallarse aún corto de preparación. De Marcos, Ibai, Sancet, Larra o Lekue ya se han estrenado, aunque sin tiempo material para tomarle el pulso a la competición. Mucho más no cabe agregar dada la dificultad que entraña adivinar lo que bulle en la mente de un entrenador acostumbrado a apoyarse en un bloque muy concreto.

en la picota

A Garitano, igual que al equipo, le va mucho en el índice de acierto que tenga porque el de esta tarde es un partido capital. Tras dos empates y siendo el Barcelona el siguiente rival de la lista, y además en su estadio, la trascendencia de los tres puntos en juego es obvia. Las debilidades del Betis no convencen. Cayó sin paliativos en su derbi y el Granada le impidió en el último suspiro obtener la victoria en campo propio. Reveses que recortan el ya exiguo crédito de Rubí. El técnico catalán tiene dividida la capital andaluza: la mitad pide su cabeza y la otra mitad es partidaria de su continuidad. Para su desgracia, la que está de su lado viste de blanco.

Aseguran que seguirá en el puesto diga lo que diga la calle y pase lo que pase en San Mamés porque, pese a que no haya colmado las expectativas con una plantilla muy vistosa, su destitución sale un pico y el Betis no corre peligro en la tabla. Desde luego, mimbres maneja. Prueba de ello, los siete cambios que efectuó el lunes respecto al jueves anterior. Revisados ambos onces, resulta que son intercambiables.