UNA jugada necesitó Asier Villalibre para hacer gol. Apenas un balón para empatar un derbi que se le acababa de poner al Athletic muy cuesta arriba. El delantero rojiblanco había saltado al campo en el minuto 78 en sustitución de Raúl García, justo para ver cómo Orellana celebraba su tanto de penalti. Una diana que colocaba al Eibar por delante en el marcador. Y el atacante gernikarra tan solo necesitó tres minutos para rebajar la euforia armera con un gol de colocación, desmarque y acierto. Con un gol de delantero centro. Eso se tiene o no se tiene. Villalibre hizo buena la perseverancia de Ander Capa, que peleó con tres rivales para hacerse con todos los rebotes, y la calma de Dani García, que supo levantar la cabeza en el pico del área y colocar el balón justo donde debía. En el punto de penalti. Allí aparecieron el Búfalo, con ganas de reivindicarse. Allí aparecieron Villalibre y su rodilla, tras un buen movimiento, para convertir en oro el primer balón que tocaba. "He visto que venía el balón y le he dado con lo que he podido, que ha sido la rodilla. Por suerte ha sido gol", dijo el delantero rojiblanco.

Y es que Villalibre parece haber salido del confinamiento con ganas, aunque una sobrecarga muscular le dejara fuera de la convocatoria del pasado encuentro ante el Atlético de Madrid. El atacante ya parecía haber convencido a Gaizka Garitano antes del parón por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus covid-19. De hecho, a mediados de diciembre comenzó a ser uno de los tres recambios habituales, ganándole la partida a Kodro e incluso al ya retirado Aduriz, y su actitud gustó tanto al técnico rojiblanco que acabó por otorgarle la titularidad en cuatro jornadas consecutivas: la primera, ante el Espanyol, le sirvió para conseguir su primer gol en Liga con el Athletic. Sin embargo, cuando Villalibre empezaba a florecer, a mediados de febrero, tuvo que ser sustituido en el derbi ante Osasuna (0-1) por una lesión de espalda que le mantuvo un mes alejado de los terrenos de juego. Regresó sabiendo que Kenan no había aprovechado su oportunidad, pero entonces saltó la pandemia. Encerrado en casa, se destapó como un improvisado artista musical; pero ahora, con 14 partidos oficiales, cuatro goles -dos en Liga y dos en Copa- y una asistencia como principales registros en esta temporada, Villalibre enseña el futuro a un Aritz Aduriz que ayer celebró su gol desde la grada.

Así pues, ya es un hecho que el Búfalo y muestra de ello fueron las escuetas órdenes que les dio al gernikarra y a Ibai Gómez cuando protagonizaron el doble cambio del partido: "Solo nos ha dicho cómo colocarnos, él por la derecha y yo por arriba junto a Williams. Nada específico". Con todo, a pesar de reivindicarse con el tanto del empate, el gernikarra no se marchó contento de Ipurua. El Athletic solo había sumado un punto que le alejaba de la pugna por Europa y le dejaba en tierra de nadie, décimo en la clasificación: "Nosotros siempre vamos a por los tres puntos así que este empate nos deja un sabor amargo porque hemos hecho un buen partido. Es cierto que ellos han dominado en algunas fases del encuentro, pero hemos estado fuertes en defensa y hemos aguantado, así que es una pena".

Si algo está demostrando esta temporada es que da igual el parón que haya, que Raúl García no falla desde el punto de penalti. Ayer, volvió a ser el más incisivo del Athletic y volvió a liderar la capacidad ofensiva rojiblanca con su décimo gol en LaLiga, sexto desde los once metros. Y es que cuando Prieto Iglesias, ayudado por el VAR, señaló al punto de penalti, el navarro no lo dudó, cogió el balón y lo ajustó al palo izquierdo para alojarlo al fondo de la portería de Dmitrovic.

"He visto que venía el balón y le he dado con lo que he podido, que ha sido la rodilla. Por suerte ha sido gol", reconoció Villalibre

"Es cierto que el Eibar ha dominado en algunas fases, pero hemos estado fuertes en defensa y hemos aguantado", agregó el gernikarra