ESTO es una ruina", dijo Eneko de la Fuente, de la Peña Goitiko de Astrabudua, mientras observaba la televisión, donde los 22 futbolistas del encuentro del domingo en San Mamés se preparaban para afrontar el primer partido después de la pandemia del coronavirus. Había distancia entre los deportistas y las gradas parecían sacadas de una fantasía posapocalíptica de Danny Boyle. El nuevo fútbol es catódico y sin garganta, por mucho que los operadores televisivos se empeñen en tapar el silencio con las voces enlatadas de un programa de variedades, o algo así. El nuevo fútbol es una ensalada sin aliño. El nuevo fútbol, más aún si es un domingo en plena hora de comer, transita entre macarrones y barras de pan. El nuevo fútbol es así. El menú trazado tras el covid-19 se salpimenta con una gran dosis de ajo y agua.

GALERÍA DEL TXOKO DE ASTRABUDUA

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El partido del Athletic, en el Txoko Goitiko de Astrabudua

De la Fuente, Iñaki del Valle, Jon Ander Lomas, Unai Sancho, Jon Figueroa, Arkaitz Heras, Jonatan Alonso, Sarai Vaquero y Erlantz Rodríguez, todos componentes de la Peña Goitiko, aprovecharon el reinicio de la actividad liguera para acodarse frente a un buen puchero de pasta y condimentos. Entre ellos estuvo un infiltrado del Real Madrid pero amante del fútbol, que no dudó en seleccionar la blancura de la carbonara por encima de un perolo de tomate, que liga mucho mejor -sobre todo, a rayas verticales, eup!- con unos macarrones bien cocidos por unos chefs de estrella. Pero eso fue en la segunda mitad, más áspera, en la que aprovecharon los protagonistas para llenar el buche y olvidar el gol de Diego Costa, que bajó la euforia del tanto de Iker Muniain en un solo minuto. Un error de la zaga bilbaina provocó el coitus interruptus en los últimos compases de la primera parte.

Así lo vive la peña Goitiko de Astrabudua

Así lo vive la peña Goitiko de Astrabudua

"Llevamos tres meses sin ver al Athletic y estamos con ganas", explicó al inicio de la contienda Iñaki del Valle, socio del club y que, por tanto, se perderá lo que queda de la campaña 2019-20. "Te quedan sensaciones agridulces, porque no puedes ir a San Mamés. Sin duda, estar en la grada te llena mucho más que verlo en el bar o en el sofá de casa. Eso se echa de menos", determinó el aficionado, quien explicó que el fútbol sin público "se hace raro". "Se nota que falta el empuje del público", afirmó el componente de la Peña Goitiko.

Tras el pitido inicial, la frialdad del campo pilló a contrapié a los peñistas, cuyas conversaciones transitaron entre las novedades de la nueva realidad de LaLiga: los cinco cambios por equipo, pero que únicamente se realizan en tres tandas; el parón para beber agua e hidratarse en un escenario en el que no se alcanzan siquiera los 22 grados y que parece más una adaptación libre de las reglas de los torneos veraniegos de turno en Oriente Medio -alguno susurró la palabra "lamentable"- o los tiempos extras exagerados. No pasaron desapercibidas las mejores intenciones del equipo de Gaizka Garitano sobre los madrileños, desaparecido de su ADN el mordiente habitual. "Es complicado jugar bien contra el Atlético", apostillaron, pero justo llegó el pase de Yuri a Muniain y el gol del navarro iluminó el txoko. Sin embargo, Costa rompió el encanto en un suspiro.

"Hay que seguir con garra y empuje", recitó Jon Ander Lomas, el topo madridista, en el descanso. Se pasó toda la comida lidiando con el cachondeo de sus amigos. Entretanto, el nuevo fútbol habitó en los fogones y en los estupendos macarrones de la Peña Goitiko, que vio cómo la segunda mitad se les escapó como arena entre los dedos, siendo el Athletic mejor en líneas generales, pero ofreciendo 45 minutos de fútbol menos brillante. Simón salvó a los locales en el 80 y poco más. "Ha sido un partido frío al no haber público, pero merecíamos ganar", analizó Sarai Vaquero, portugaluja, que lanzó capotes a Capa, un vecino, todo el partido.