La reapertura de la liga genera su punto de ansiedad, aunque su regreso llegue un tanto descafeinado por el hecho de que los partidos se disputen a puerta cerrada. Lo cierto es que las prisas por parte de la patronal de los clubes para retomar la competición y consumar las once jornadas que restan para su conclusión ha ocasionado la elaboración de un calendario sumamente apretado, con encuentros programados todos los días en un periodo de dos semanas, en los que se concentran cuatro jornadas y 40 choques, y que damnifica sobre todo a algunos conjuntos, entre ellos el Athletic, que debe soportar sus cuatro compromisos en un cortísimo periodo de diez días, un partido cada 62,5 horas, lo que supone un desgaste físico que desvela también la desigualad y agravios comparativos con otros clubes, como es el caso del Betis, situado en las antípodas, porque el equipo verdiblanco, rival de los leones el próximo día 20 en San Mamés, goza de quince días para consumar sus cuatro duelos. Es el encargado de abrir el jueves la vigésimo octava jornada y es el que cierra, el día 25, la trigésimo primera, un margen que da al cuadro sevillano un respiro mayor respecto al Athletic, que junto al Atlético de Madrid, al que se mide este domingo en La Catedral, Leganés y Villareal, son los más castigados en esta primera tacada en el retorno liguero.

La entidad bilbaina cuenta con razones suficientes para argumentar que se dañan sus intereses, aunque se entiende que los mismos se tienen que defender puertas adentro y, visto lo visto, parece que se ha impuesto la idea de Javier Tebas, el máximo mandatario de LaLiga y que actúa de forma unilateral. El propio Aitor Elizegi, presidente del Athletic, reconoció ayer en declaraciones a los micrófonos de Radio Bilbao su disconformidad con los horarios decretados para las cuatro jornadas inmediatas. "El Betis llegará a San Mamés con 48 horas más de descanso y nosotros tendremos menos de 72 horas respecto al partido en Eibar. No creo que sea recomendable después de no haber jugado en 90 días jugar cuatro partidos en diez días. Espero que no tengamos que arrepentirnos", subrayó Elizegi, que apuntó que el Athletic "trabaja con LaLiga" para "consultar lo que va a ocurrir estas jornadas". "Esperamos que en estos 36 días sean ecuánimes, el reparto de esfuerzos se compense y compitamos todos en igualdad hasta ese 19 julio que tanto nos jugamos todos", expresó el presidente rojiblanco.

Sea como fuere, el Athletic está obligado a asumir la extenuación que supone jugar cuatro partidos en un intervalo de 250 horas, lo que le sitúa en desventaja respecto a la mayoría de clubes, salvo los tres mencionados anteriormente que comparten malestar con el conjunto bilbaino. El Betis es el que mejor parado sale, pero también lo hace el Valencia, el segundo beneficiado al disponer de 14 días para completar sus compromisos. Por detrás del equipo bético y el ché asoman el Espanyol, con trece días de recorrido; y ya a menos escala se ubican el Sevilla, Getafe, Levante, Alavés, Celta, Mallorca y Eibar, con doce; Barcelona, Granada, Valladolid, Real Madrid, Real Sociedad y Osasuna, con once días.

Tebas, incluso, ha manifestado en más de alguna ocasión que el deseo de LaLiga es que el reparto fuera equitativo para los veinte clubes, matiz que no se da, como tampoco se produce en la ley no escrita de un intervalo mínimo de 72 horas entre partido y partido, caso que no se cumple entre los duelos que los de Gaizka Garitano se enfrentan al Eibar, miércoles día 17, y el Betis, sábado 20, con un espacio de poco más de 67 horas. El margen respecto a otros encuentros roza el mínimo razonable, lo que llevará al técnico de Derio a acertar en su gestión de recursos en este tramo decisivo, especialmente para mantener intactas unas opciones creíbles a luchar por la séptima plaza, que es el objetivo remarcado por el vestuario y por el propio Garitano de cara a estas últimas once jornadas, de las cuales seis las desarrollará en San Mamés.

Lo cierto es que esta vorágine de partidos en solo diez días obliga a los rojiblancos a ponerse las pilas y mentalizarse de la ausencia de descanso. Garitano, que tiene en capilla a Yuri Berchiche e Iñigo Córdoba con cuatro amarillas cada uno, ha programado un plan de trabajo en el que no aparece día alguno de relax para los jugadores, por lo menos hasta el derbi de Ipurua y se entiende que el calendario tan apretado tampoco da para coger aire fresco. Toca esperar a un mayor alivio tras la visita al Camp Nou.

Athletic

Betis

Un escenario de incertidumbres. "Estamos haciendo el cálculo de cuánto se va a perder. Hay que sumar lo que puede ocurrir con el descenso de las cuotas sociales, los patrocinios y nos tiene que notificar LaLiga lo perdido por los derechos televisivos. Pero las pérdidas podrían estar entre los 30 y 40 millones de euros sumado a la provisión hecha a principio de temporada". Las palabras de Aitor Elizegi en Radio Bilbao apuntan a un escenario preocupante en el futuro de la entidad, aunque el presidente rojiblanco confía en que las propuestas que han realizado hasta la fecha, entre ellas la rebaja de sueldos de los jugadores, "sean suficientes para salir adelante y hacer un presupuesto competitivo".

No a jugar en Lezama. La plantilla rojiblanca no aceptó la propuesta de la Junta Directiva de jugar a puerta cerrada en Lezama en vez de hacerlo en San Mamés, según informó Radio Marca.