Javier Tebas debe estar aplaudiendo a rabiar puertas adentro. No disimula su satisfacción nada más conocer la letra pequeña del denominado Plan para la Transición hacia una nueva normalidad desvelado la tarde del martes por el Gobierno español. El presidente de LaLiga cree que ha ganado la primera batalla de la guerra que ha abierto para que el campeonato de la regularidad, en sus dos primeras categorías profesionales, se cierre a lo largo de este verano, ya sea por tierra, por mar o por aire. Le toca salvaguardar los intereses de la patronal de los clubes, que, como bien se conoce, se argumenta en blindar los cientos de millones de euros que se recibirán por parte de las televisiones, el maná del negocio. Para ello, ha movido Roma con Santiago para hacer realidad sus deseos de que las ligas se completen, aunque sea con el peaje de jugar las jornadas restantes, once, a puerta cerrada y relegar a un segundo plano las prioridades de otras capas sociales a la hora de acceder a los famosos test que detecten el contagio o no del covid-19. Tebas ha empezado su ronda de autopromoción en sus foros mediáticos. Proclama sin ambages el reinicio de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank a mediados del próximo junio, cuando sí se lo permitiría el programa de desescalada diseñado por Pedro Sánchez, el presidente del Ejecutivo español. Es el cálculo optimista que maneja, aunque la prudencia aumenta ese plazo, según algunos clubes, al último fin de semana de ese mes.

Son muchas las incertidumbres que genera el plan para la transición, que establece cuatro fases sin definir fechas concretas, sobre todo porque está supeditado a la evolución de la pandemia a nivel estatal. Sánchez pone el foco en finales de junio como el inicio de la nueva normalidad y es en ese calendario donde se mueven las previsiones más lógicas en torno al regreso de la liga, por mucho que Tebas se empeñe en reducir los plazos. El baile de fechas está a la orden del día, como también lo está la colección de opiniones contrarias a la vuelta a la actividad y alaban la decisión que se ha tomado en Francia, donde se ha dado por concluida la Ligue 1, hecho que le ha incomodado al presidente de la patronal de los clubes, que sí reconoce que tienen tiempo hasta el 28 de junio para cumplir los tiempos. No en vano, en caso de que la competición retome el pulso en esa fecha estaría en condiciones de cumplir las exigencias de la UEFA, que ha pedido a sus asociados cerrar las ligas a muy tardar el 2 de agosto, mes que quedaría habilitado desde entonces para completar la Europa League y la Champions.

El Athletic se mantiene atento al desarrollo de los acontecimientos en los próximas días. Parece evidente que la plantilla de Gaizka Garitano regresará al trabajo en Lezama el próximo lunes, 4 de mayo, cuando se abre la fase 0 del plan del Gobierno de Pedro Sánchez. Los rojiblancos se ejercitarían en solitario y una semana después lo podrían hacer en el llamado "entrenamiento medio", con las pertinentes mediadas higiénicas y probablemente en turnos, en caso de que Bizkaia entre en la fase 1, aunque no sería hasta el tramo 2, desde el 26 de mayo, cuando pudieran entrenar ya en grupo en el supuesto más favorable de la crisis sanitaria. La fase 3, prevista para el 7 de junio, podrían disputarse los partidos, aunque parece prematuro por la necesidad de los futbolistas de hacer una especie de pretemporada en condiciones, como así lo han aconsejado diferentes especialistas y médicos. A ello hay que recordar que el plan de transición no permitirá la movilidad total por el Estado hasta finales de junio, salvo que se haga una excepcionalidad con el fútbol, algo impopular.

Sea como fuere, los indicios apuntan a que la liga podría reanudarse a partir del último fin de semana de junio, siempre y cuando todas las provincias hayan superado la deseada fase 3 y el mundo del fútbol profesional no haya conocido ningún contagio del covid-19 en las fechas previas a la reapertura. En este hipotético escenario, las once jornadas que restan se disputarían en un corto periodo de seis semanas, hasta el límite del 2 de agosto, y con un intervalo mínimo de 72 horas entre encuentro y encuentro, con lo que se acapararía posiblemente los siete días de la semana, con horarios que irían, incluso, hasta las 23.00 horas como inicio de un duelo.

El Athletic arrancaría su serie el 27 o 28 de junio frente al Atlético de Madrid en un San Mamés que acogería por primera vez en sus siete años de existencia su primer encuentro a puerta cerrada. Se trataría de un exigente regreso frente al sexto clasificado y uno de los equipos que más han maltratado a los leones en los últimos tiempos, aunque después de medirse al cuadro colchonero a los de Garitano les toca verse las caras con rivales de la enjundia del Barça, Real Madrid y Sevilla, los tres primeros en la tabla, sin olvidar ala Valencia, séptimo y a cuya plaza podría aspirar el Athletic a la espera de conocer la fecha de la histórica final de Copa frente a la Real Sociedad.