El portero del Athletic Iago Herrerín y el entrenador del Bilbao Basket, Álex Mumbrú, mantuvieron el viernes una distendida charla mediante videoconferencia en la que además respondieron a cuestiones planteadas por el público. Como confesaron, poseen una “bonita amistad”, y ambos han disfrutado el uno y del otro por ser seguidores de los dos equipos bilbainos. A Herrerín la pasión llega por la pertenencia a la ciudad, mientras que Mumbrú, fruto del trato recibido, se considera “un bilbaino más”. “Vine para quedarme dos años y llevo diez. Estoy contento de estar aquí, me han tratado de lujo”, asegura.

Y es que el viernes se demostró que baloncesto y fútbol tienen grandes conexiones en Bilbao: el Bilbao Basket, por ejemplo, calienta en los entrenamientos de los martes jugando al fútbol; mientras, los jugadores del Athletic solicitaron una canasta para las instalaciones de Lezama.

En el vestuario rojiblanco “gusta mucho el baloncesto”, comentó Herrerín, que bromeando dijo que no dudaría en colocar a Mumbrú, “por su altura”, de portero o de delantero, “a peinar balones y rematar”. El técnico, por su parte, situaría al guardameta en el puesto de base, “organizando, hablando”. “Si algún día me falta alguno, puedo ficharle”, añadió. Y Herrerín advirtió: “¡Cuidado, que además soy triplista!”. Como cada día que Herrerín ha acudido a ver al Bilbao Basket, este ha ganado, Mumbrú le nombraría “presidente honorífico”, para que presencie cada duelo, cual talismán.

En cualquier caso, Herrerín no se mostró muy convencido de haberse dedicado baloncesto. “Estaría arruinado”, dijo, porque “el mayor frikismo mío son las playeras (de basket) y no sé las que podría tener”.

Ambos dialogaron sobre aspectos en común, como el hecho de que los jugadores de uno y otro equipo atienden a “vídeos por todos los lados” para mejorar el apartado táctico. Sin embargo, Mumbrú también señaló las diferencias que se dan en Bilbao entre sus deportes. “Es imposible ser niño de Bilbao y no ser del Athletic, tengo a mis hijos y van con la camiseta al cole. No sé si es como una religión o casi. Es genética. La gente lo vive al máximo. Provoca que todo el mundo quiera jugar al fútbol. Y de eso se aprovecha el Athletic”, explicó.

Sin embargo, Mumbrú también reconoció que el futbolista, en los términos generales, tiene mayores dificultades para poder sobrellevar los malos momentos dada la dimensión de este deporte. “En el fútbol pasan los días y los fallos se siguen recordando. Se acribilla o se recuerda al jugador por una jugada”, analizó. Opinión que corroboró Herrerín: “Ese es el resumen de la vida del portero”. “Todas las reglas del fútbol van en su contra. Y la cámara lenta nos ha matado. Hoy en día cometes un error y se ve claramente”, dijo.

Herrerín también habló sobre el modo de afrontar la complejidad de ser un foco de atención: “Una de las mayores virtudes tiene que ser la mental; debes saber que cometerás errores y darle normalidad. Nadie esta exento de errores, pero con los porteros son muy vistosos y muchas veces parecen muy cómicos”. Por eso le sucede que, aunque no atiende demasiado a las redes sociales, “a veces te metes y ves la anchoa de un portero cometida hace cinco años”.

Ambos se ilusionan con la posibilidad de que el Athletic conquiste el título en la final de Copa. Algo que a Herrerín le llevaría a “hacer alguna locura”, como hacerse un nuevo tatuaje relacionado con el logro o teñirse el pelo de amarillo, lo que pactó con su compañero Unai Núñez.

Para Mumbrú, menos “loco” por una victoria pero que se “tiraría por un puente por una derrota”, un sueño sería lograr un título con el Bilbao Basket, pero admite que “ahora mismo es muy complicado”. Por de pronto, se nutren de la memoria, de sus mejores recuerdos: para Mumbrú son colgarse el oro en el Mundial, la plata en los Juegos Olímpicos y el ascenso con los hombres de negro; para Herrerín, el día de su debut, en Anoeta, y el título de la Supercopa.

Eso sí, pase lo que pase en la final de Copa, existirá la opción de que se dispute un título entre el Athletic y el Bilbao Basket, puesto que ambos se emplazaron a enfrentar a sus equipos. “Tenemos que hacerlo algún día”, retó Mumbrú. “Queda apuntado”, aceptó Herrerín. Sería un derbi de fútbol o de baloncesto, o a ida y vuelta, pero en el marco del hermanamiento que caracteriza a estos clubes.

El delantero del Athletic, a 35,7 kilómetros por hora. Iñaki Williams tiene en su poder la segunda mejor marca de velocidad punta. Al delantero del Athletic solo le supera el francés Kylian Mbappé. Así lo acredita el diario galo ‘Le Figaro’, que sostiene que el atacante del Paris Saint-Germain encabeza el ‘ranking’ con 36 kilómetros por hora. Le siguen Williams (35,7 km/h) y en tercer lugar aparece Pierre-Emerick Aubameyang (35,5). La marca de Williams es del 9 de mayo de 2015, cuando batió por 18 milésimas el récord del fútbol español de Sofiane Feghouli. Luego siguen: Bellarabi (35,27), Walker (35.21), Sane (35.04), Salah (35), Coman (35), Odriozola (34.99) y Nacho Fernández (34.62).

“Con Álex lo tengo claro, por altura le pondría de portero o de delantero, a peinar y rematar”

Portero del Athletic

“Iago jugaría de base, organizando, hablando (“cuidado, que soy triplista”, añade Iago)”

Entrenador del Bilbao Basket