SIN prisa, pero sin pausa. Así opera el Alavés en una temporada en la que cada punto sumado cuenta, y de qué manera, para acercar el objetivo de la permanencia en Primera División. El laborioso trayecto dibujado desde la jornada inaugural del campeonato, con sufrida victoria por la mínima ante el Levante en Mendizorrotza con un solitario gol de Joselu, ha obligado al conjunto gasteiztarra a centrar la atención en el día a día y dejar de lado el futuro a medio plazo, lo cual también se ha visto abocado a hacer Asier Garitano (Bergara, 6-XII-1969), quien ha visto peligrar su puesto como entrenador a lo largo de un curso en el que la amenaza de destitución ha sobrevolado el banquillo babazorro.

La dura derrota con eliminación incluida en Copa a manos de un equipo de Tercera División como el Jaén (3-1) en pleno diciembre, unida a la goleada sufrida días después en la visita al Barcelona (4-1), encuentro en el que lejos de reaccionar, el Alavés mostró su cara menos sólida y competitiva, puso al borde del cese a Garitano. Con solo cinco puntos de margen sobre los puestos de descenso y con un balance de cinco victorias, cuatro empates y nueve derrotas, el club gasteiztarra barajó la posibilidad de cambiar de técnico, pero apostó por mantener el proyecto iniciado el pasado verano y el Alavés reaccionó. Lo hizo con un empate como local contra el Betis (1-1) y una reconfortante victoria como visitante ante el Levante (0-1) que apaciguó los ánimos y aportó calma a un equipo que recibirá el domingo al Athletic en decimocuarta posición con seis puntos de ventaja sobre el descenso.

Los babazorros, además, se medirán al conjunto rojiblanco tras acumular buenas sensaciones en sus últimos compromisos en casa. A pesar de perder en la última jornada en la visita al Mallorca (1-0), lo cierto es que los de Garitano solo han mordido el polvo en uno de sus cuatro últimos partidos en Mendizorrotza, donde asoma un férreo Alavés que se impuso 2-1 al Eibar en su última aparición ante una hinchada entregada a sus jugadores en la búsqueda de la permanencia. Con tres empates de por medio en los cuatro últimos choques celebrados en su campo, el cuadro babazorro puede presumir de ser un equipo capaz de competir en la actualidad ante cualquier adversario, si bien encuentra serias dificultades para imponerse en cada cita que afronta.

La continuidad en la plantilla del gallego Lucas Pérez, máximo goleador del Alavés junto a Joselu con nueve dianas, ha aliviado a un entorno que ha vivido con una mezcla de tensión y preocupación el posible desembarco del delantero en el Barcelona, que se decantó ayer por la contratación del internacional danés Martin Braithwaite. Sin amenazas externas a la vista, los gasteiztarras encaran el tramo decisivo del curso con sensaciones renovadas tras la llegada invernal del centrocampista Víctor Camarasa, uno de los hombres que ha dado un impulso a un equipo marcado por su equilibrio y por el trabajo en beneficio del colectivo, herramientas indispensables a ojos de Asier Garitano para mantenerse en pie en un campeonato en el que el Athletic, ante el que el Alavés mordió el polvo en la primera vuelta en San Mamés (2-0), ejercerá como siguiente rival en Mendizorrotza.

UN DERBI “MUY IMPORTANTE” El lateral Martin Agirregabiria, cuestionado ayer por la relevancia del encuentro de este domingo, destacó que se trata de un derbi “muy importante”. “Tenemos las ganas y la convicción de poder dar una alegría a nuestra afición”, añadió en rueda de prensa el defensa del Alavés, quien señaló en relación al Athletic que se trata de un equipo “muy compacto y fuerte en los duelos aéreos”. “Últimamente no han ganado en liga, pero fuera de casa llevan sin perder varias jornadas y están en las semifinales de Copa”, remarcó Agirregabiria, que quiso poner en valor el buen momento de Iñaki Williams y recordó que, pese a la trascendencia del derbi para la afición alavesista, todos los partidos tienen la misma importancia, por lo que “hay que jugarlos como si fueran finales desde el inicio de liga”.