Bilbao - "La eliminatoria se resolverá por pequeños detalles y necesitamos la fuerza de San Mamés". Lo subrayó en la víspera del trascendental choque de anoche Gaizka Garitano y la parroquia rojiblanca, a la que también convocaron, entre otros, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche, Ibai Gómez y Dani García al dejar patente en redes sociales su importancia en el primer asalto de semifinales, no falló. El ambiente, de gala como requería la ocasión con 48.149 seguidores en las gradas y con Tite, seleccionador de Brasil, invitado en el palco, se trasladó al coliseo bilbaino tras nacer en las calles, donde comenzó a coger temperatura una cita en la que el Athletic marcó y no encajó para acercar el pase a la gran final del torneo del K.O.

Con las banderas desplegadas en numerosos establecimientos y balcones, no solo en Bilbao, sino en numerosos puntos de Bizkaia, la afición fue calentando motores consciente de que una semifinal no se juega todos los días y que la relevancia del encuentro bien merecía un agradable e impagable esfuerzo a modo de incondicional aliento. Porque el partido de ida que albergó ayer La Catedral no solo se jugó sobre el césped. Se disputó también en las gradas, donde volvió a emerger la figura del incondicional jugador número doce a fin de llevar en volandas a unos futbolistas que saltaron al terreno de juego con la motivación por bandera.

La misma que exhibió una hinchada que entró en ebullición a las 19.15 horas, momento en el que, mientras Pozas se teñía de rojiblanco como de costumbre, tuvo lugar el impresionante bengaleo organizado por Piratak para acompañar la llegada del autobús del Athletic a San Mamés. En medio de un multitudinario y entregado pasillo humano con 120 bengalas dando la bienvenida a los de Garitano, los leones alcanzaron las inmediaciones de un campo que les recibió con un gigantesco mosaico con una ikurriña en cada fondo.

ÉXTASIS Y VAR Una vez iniciado el choque Roberto Soldado dio el primer susto antes de que Iñaki Williams y Mikel Vesga rozaran el 1-0, firmado con sangre por Iker Muniain, el capitán, VAR mediante. El videoarbitraje, protagonista una vez más, dejó sin efecto un gol de Ander Capa para desesperación de San Mamés, que empujó hasta el pitido final a la espera de que los rojiblancos completen el trabajo el 5 de marzo en el Nuevo Los Cármenes.