Bilbao - Los insultos racistas que un sector de la afición del Espanyol profirió a Iñaki Williams el sábado, durante la disputa del encuentro entre el conjunto periquito y el Athletic, siguen trayendo cola. LaLiga, en una nota emitida en la tarde de ayer, informó que "denunciará los hechos ante el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), esperando una sanción de cierre parcial de la grada afectada". Comunicó, asimismo, que "ya ha iniciado procedimiento para identificar a los aficionados que profirieron insultos contra Iñaki Williams con el fin de iniciar acciones penales por un delito de odio y denunciar los hechos ante la Comisión Estatal contra la Violencia, el racismo y la xenofobia en el deporte". Tal y como recoge el código penal, el delito de odio está castigado con pena de cárcel de uno a cuatro años. Ahora, habrá que esperar a la decisión que adopte el Comité de Competición con respecto a la posible sanción al Espanyol.

El ente presidido por Javier Tebas mostró su "rechazo" y "más profunda preocupación respecto a los hechos sucedidos" en el campo del Espanyol y avanzó que tendrá más mano dura en lo relativo a las faltas de respeto del público hacia los futbolistas: "LaLiga mantendrá contacto con la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) y la RFEF para que se establezca de forma regular que cualquier jugador que escuche cánticos, de forma coral o individual, y que considere que afecten a su dignidad o sean discriminatorios, lo haga saber inmediatamente al árbitro del partido para que tome las medidas pertinentes, llegando si es el caso, a modificar lo tipificado en el reglamento de la RFEF para que este sea efectivo".

Desde la Federación Española, cuyo presidente, Luis Rubiales, telefoneó en la mañana de ayer a Aitor Elizegi, máximo dirigente del Athletic, y a Iñaki Williams para trasladarles su apoyo, además de catalogar de "extrema gravedad" los hechos, apuntaron que son "merecedores de un castigo ejemplar y de la más completa repulsa social colectiva". Asimismo, aseguraron que pondrán "en conocimiento de la Comisión Nacional Antiviolencia estos hechos a los efectos de que se adopten las medidas pertinentes".

En el mismo escrito hizo público que "durante la celebración del encuentro ninguno de los árbitros -el principal fue José María Sánchez Martínez- o asistentes se percataron" de los insultos, aunque sí admiten que "un jugador del Athletic -del que no revelan su identidad pero que se trató del capitán Iker Muniain- se dirigió al árbitro principal para explicarle que Williams había sido tratado de manera vejatoria", pero que "el árbitro del encuentro le manifestó que él no se había percatado de nada y que en ese momento Williams ya estaba en los túneles de vestuario".

La Federación desveló también que "en la reunión posterior al partido" el árbitro y el Delegado Federativo negaron recibir "notificación alguna" del Coordinador de Seguridad del estadio y que tampoco el responsable de LaLiga destinado a dicho partido percibió nada al respecto. En el comunicado sí especifican que "horas más tarde, el Delegado de LaLiga, tras haber visionado un vídeo que se le había hecho llegar, comunicó al Delegado Federativo que él sí lo haría constar en su informe porque lo había podido ver en ese vídeo que se le había facilitado. El citado informe en estos momentos aún no ha llegado a la RFEF".

Además, aclararon que los hechos no fueron recogidos en el acta del partido porque durante la disputa del mismo no tuvieron "conocimiento directo alguno de tales actitudes o cánticos racistas e intolerables". Este hecho choca con lo que la propia Federación Española reconoció en el inicio de su escrito, ya que Muniain le hizo llegar al colegiado los insultos recibidos por su compañero. Sin ir más lejos, en el partido disputado en la matinal de ayer entre el Atlético de Madrid y el Leganés, Antonio Mateu Lahoz sí reflejo en el acta un hecho que no vio en directo y del que le informó el guardameta pepinero Iván Cuéllar. En el apartado de incidencias, el colegiado redactó que el portero abandonó el campo "insistiéndome que había sido agredido por un recogepelotas". Así, no se entiende que Sánchez Martínez no reflejara nada en el acta.

Cabe recordar que tras ser sustituido en el minuto 69 del encuentro, el delantero bilbaino abandonó el terreno de juego por el área grande de uno de los fondos. Fue entonces, cuando al pasar por detrás de la portería en la que atacaba el Athletic, que en ese mismo instante disponía de un córner a favor, fue objeto de las iras de una parte de la hinchada periquita. Williams caminaba tranquilamente cuando escuchó la tan manida imitación del sonido de los monos -ya saben, el dichoso "¡uh, uh, uh!"-, detuvo su marcha y se encaró con algunos aficionados que se ubicaban en la grada de animación del estadio, la zona conocido como Curva RCDE y que da cabida a grupos de extrema derecha.