ATHLETIC: De la Nava, Oihane Hernández (Min. 78, Sierra), Garazi Murua, Unzué (Min. 78, Eunate), Moraza, Valdezate (Min. 64, Nekane), Damaris, Azkona (Min. 64, Yulema Corres), Erika, Maite Oroz y Lucía García.

BARCELONA: Paños, Marta Torrejón, Pereira, Mapi León, Leila (Min. 89, Serrano), Alexia (Min. 70, Hamraoui), Patri, Martens (Min. 59, Oshoala), Aitana (Min. 84, Candela), Mariona y Jenni Hermoso.

Goles: 0-1: Min. 64; Mariona. 0-2: Min. 77; Oshoala. 0-3: Min. 86; Oshoala.

Árbitro: Martínez Martínez (murciana). Amonestó a las locales Oihane y Azkona, y a la visitante Torrejón.

Incidencias: 32.068 espectadores en San Mamés. Saque de honor a cargo de Ainhoa Hernández, capitana del Balonmano Zuazo.

bilbao - Algo extraño tendría que ocurrir para que este Barcelona no se alzara con el presente título de Primera Iberdrola. Y eso que aún resta toda la segunda vuelta por disputarse y pueden suceder muchas cosas. Pero es que frente al Athletic en San Mamés volvió a demostrar que es un equipo de otra galaxia. Con una plantilla internacional construida para ganar. Su triunfo en Bilbao y el nuevo tropiezo en forma de empate del Atlético en Vallecas aumentan a siete los puntos de diferencia entre ambos, a los que hay que sumar el supuesto gol average, ya que las catalanas hicieron un set (6-1) a las colchoneras en la ciudad condal, por lo que se antoja complicado que se le discuta el título de liga.

Era de esperar que al Athletic le afectara la presión de su acalorado público, que atestaba las gradas de La Catedral, y las propias dimensiones del terreno de juego, que en las citas cumbres como la de ayer parece agrandarse para las jugadoras más de lo que realmente es. Y así fue. Los primeros instantes parecían dos equipos que jugaban en diferentes categorías. El Barça, imperial. Tocaba y tocaba el balón al primer toque e impresionaba la capacidad de anticipación en todos los movimientos de sus jugadoras. A la media vuelta la holandesa Martens, la única jugadora foránea en el once visitante, dio el primer susto a la parroquia local. La pelota era totalmente culé. De la Nava se hizo con un peligroso centro lateral de Patri. El Athletic cedía el esférico a su rival sin ningún rubor. Antes del cuarto de hora, Aitana se plantó en la frontal y desde fuera del área estrelló el balón en el palo. Era el segundo aviso serio.

Pero el escenario fue variando. El Athletic se quitó presiones de encima y empezó a tutear a un equipo fabricado para ganar todos sus títulos en juego. No en vano, el Barcelona lleva sin ganar la liga cuatro años pero es el vigente subcampeón de la Champions y eso son palabras mayores. La comunión con la grada rojiblanca resultó fundamental y, arropado por su afición, la presión se convirtió en ayuda y empezó a meter el miedo en el cuerpo a su rival. La grandeza culé situaba a sus protagonistas por encima del bien y del mal, pero también provocaba despistes. Azkona presionó una cesión de Marta Torrejón hacia Paños, la portera despejó mal y Maite Oroz desde fuera del área y sin guardameta fabricó una vaselina que se escapó por muy poco por encima del larguero. El Athletic jugaba a la contra y Marta cazó un balón interior peligroso que mostraba otra vez el descaro de las rojiblancas. Villacampa hacía frente al líder apostando por un once prácticamente benjamín, con una media de 23,7 años (teniendo en cuenta además que Erika y Unzué sobrepasaban la treintena). Tres jugadoras del once pisaban San Mamés por primera vez al igual que el técnico rojiblanco que también se estrenaba en La Catedral. Eso se notó, sobre todo al principio.

el athletic crece Así que el Athletic consiguió situarse a la altura del Barça y aguantó el tipo una hora. A base de una fuerte personalidad, tirando de coraje y garra. Y el partido tomó un inusitado tono de emoción. De la Nava estuvo atenta a un remate junto al poste de Jenni Hermoso. Azkona, la más rápida del patio, se escapó por la derecha pero su centro no lo pudo cazar Erika en el área pequeña. El Athletic recuperaba su sitio, mostrando peligro, y obligaba a las blaugranas a recular. Las fuerzas se empezaban a equilibrar cuando se cumplía media hora. De la Nava volvió a emplearse a fondo en una falta con rosca que lanzó Pereira. De chilena también lo intentó Aitana dentro del área pequeña. Sobre la bocina, Damaris sacó de su guarida a Paños, en una apertura sobre Azkona, y Lucía García tuvo de nuevo la portería vacía pero escorada desde la derecha y desde muy lejos lanzó su balón fuera. Fue otra gran oportunidad de las bilbainas.

En la segunda mitad, el Barcelona no salió tan avasallador como en el primer acto. Llegó incluso a pensar que si la gasolina duraba a las de casa un empate no era un mal resultado en una cita tan memorable como la bilbaina. A Jenni se le escapó el control dentro del área pequeña y a renglón seguido de nuevo Aitana desperdició un balón en el área finalizándolo por alto. Las fuerzas estaban niveladas y Moraza metió desde la izquierda un balón de oro al que Azkona no llegó por poco y salió por los aires. Azkona seguía siendo la referencia por su velocidad. Lucía estaba siempre mucho más vigilada.

Al Barcelona solo le quedaba una carta: tirar de su fondo de armario. Metió a la nigeriana Oshoala y después a la francesa Hamraoui y el partido se decidió. Primero apareció la calidad de la mallorquina Mariona Caldentey, que a sus 23 años puso en pie a San Mamés con su golazo. Con Valdezate y Erika encima, se sacó un disparo en carrera alojando el balón en la escuadra tras una excelente recuperación y conducción de Jenni Hermoso. Acto seguido Villacampa se lanzó a por todo y metió a Yulema y Nekane. Pero su movimiento no causo el mismo efecto. Yulema remató sin fe a un envío desde la derecha de Oihane.

El tanto hizo estragos a las locales, que se quedaron noqueadas. Un Athletic fatigado se dejó llevar en el reloj y recibió un castigo demasiado duro. El partido se le hizo largo y en la última media hora estuvo a merced del rival. Desde la derecha centró Hamraoui y de cabeza imponente Oshoala logró el segundo. El partido se acabó. A pesar de que el técnico toledano hizo un último intento con un nuevo doble cambio. Pero llegó el tercero, tras un mal despeje de Eunate. Oshoala recibió el balón dentro del área y sacudió con tal violencia que solo le faltó romper la red bilbaina.