lA operación empezó a gestarse en el hotel de concentración del Athletic en Isla Canela. El mes de julio de 2008 entraba en sus últimos días y el colectivo dirigido entonces por Joaquín Caparrós finiquitaba su stage de pretemporada en una aparente serenidad. Sin embargo, algo se movía entre bambalinas. Emergió un cierto ajetreo telefónico. La entidad bilbaina, presidida por Fernando García Macua, necesitaba hacer caja y puso a Aritz Aduriz, uno de sus pesos pesados, en el mercado. Caparrós y Gregorio Manzano entraron en contacto y el segundo salió convencido. El entonces entrenador del Mallorca reclamó al club balear que emprendiera la negociación que se cerró ya en agosto, con un coste de 5,5 millones de euros que no acabaron de llegar en su totalidad a Ibaigane. Aduriz -al que Caparrós consideraba el cuarto delantero por detrás de Fernando Llorente, Ion Vélez y Joseba Etxeberria- dejó el Athletic empujado por la situación y emprendió en el Mallorca una nueva etapa en su segunda salida de Bilbao. El donostiarra regresará el viernes a la que fue su casa durante dos años e iniciará así su particular tour ante sus exequipos en su último curso. Zorrilla y Mestalla le aguardarán después, ya en 2020.

Aduriz (Donostia, 11 de febrero de 1981) ha dejado huella en Palma de Mallorca. Son muchos los aficionados bermellones que no olvidan las prestaciones del delantero en su bienio en la isla, donde se convirtió en una de las máximas referencias de un equipo en el que coincidieron jugadores importantes como Borja Valero, Webó, Jurado, Mario Suárez o el Chori Castro, entre otros. El donostiarra tuvo que aceptar su marcha al club balear, pero llegó con el expreso reto de reivindicarse y demostrar que en Bilbao se habían confundido. No dijo ni una palabra más alta que otra. Sin polémicas. Pero siempre sincero, como lo retrató en una entrevista a DEIA en vísperas de enfrentarse en Son Moix al Athletic a los tres meses de su salida de Bilbao: “No cierro la puerta a mi regreso al Athletic”. Como se sabe, volvió cuatro años después de marcharse.

El Mallorca también está en el corazón de Aduriz, consciente de que allí le dieron la oportunidad y la libertad para consagrarse como un nueve representativo. Gregorio Manzano, hoy entrenador en la liga china, le concedió galones y el donostiarra se soltó, se sintió liberado y explotó sus virtudes, lo que llamó la atención del Valencia de Unai Emery, que le reclutó en el verano de 2010 con la Champions como un atractivo reclamo. Aduriz, no en vano, había dado un salto cualitativo en el Mallorca, en el que jugó 78 partidos oficiales con un saldo anotador de 24 tantos, prácticamente uno cada tres partidos, una media muy meritoria. No solo destacó por su pegada, sino también por sus asistencias y por su gen competitivo, lo que generó que en Bilbao se le siguiera muy de cerca.

Aduriz dejó su impronta en sus dos temporadas en el Mallorca y dejó su sello en sus enfrentamientos frente al Athletic, víctima de la inspiración del ariete, que posteriormente ha marcado época en el conjunto rojiblanco. El donostiarra se reencontró con el Athletic el 9 de noviembre de 2008 en Son Moix. Fue un partido trepidante y en el que Aduriz, que saludó efusivamente a Caparrós en los prolegómenos, tuvo su cuota de protagonismo en el 3-3 definitivo aunque no viera puerta. Con todo, fue una pesadilla de la zaga bilbaina, ya que dio dos asistencias de lujo que el venezolano Arango no desperdició para batir a Iraizoz, que sí tuvo más suerte en el partido de la segunda vuelta en el viejo San Mamés, que se saldó con apurado triunfo de los leones (2-1). El infortunio persiguió a Aduriz, que gozó de hasta cuatro ocasiones claras de marcar, pero no acertó para fortuna del Athletic. En la campaña siguiente, la suerte sonrió a Aduriz, que mojó en sus dos partidos frente al Athletic de Caparrós. Lo hizo primero en Son Moix, donde el Mallorca venció por 2-0, con tanto del donostiarra que cerró el partido. Aduriz no lo celebró, como tampoco lo hizo cuando retornó a La Catedral, encuentro en el que el conjunto balear dio el golpe con un triunfo contundente por 1-3, victoria que cerró Aduriz con un tanto marca de la casa.

El delantero rojiblanco regresa el viernes a Son Moix donde también tienen motivos para temerle. No en vano, Aduriz se convirtió en verdugo de su exequipo, dirigido curiosamente por Caparrós, en la campaña 2012-13, la primera de su tercera etapa en el Athletic. El donostiarra compareció en el feudo bermellón en la primera vuelta de aquella liga y dio el triunfo a los de Marcelo Bielsa con un bello tanto de cabeza (0-1). Tampoco lo celebró, a imagen y semejanza del que ejecutó en San Mamés al Mallorca (2-1), aunque también falló un penalti. El Mallorca bajó a Segunda División al final de ese curso, hasta que ha recuperado su sitio en la máxima categoría seis años después. Y Aduriz juega en contra.