Algunos gestos recuerdan a su aita, a Aitor Larrazabal, toda una leyenda del club, con el que jugó 445 partidos que le convierten en el octavo futbolista con más encuentros en la historia del conjunto rojiblanco. Gaizka, a quien iban dirigidas las icónicas celebraciones con el chupete, está a las puertas de disputar su primero. Por contrato, sabe que no saldrá cedido al menos hasta el mercado invernal, pero sueña con hacerse un hueco en el once. Trabaja para ello en Marienfeld, donde entrena diariamente junto a Aritz Aduriz, con quien jugó su aita. Así lo recuerda en esta entrevista para DEIA, la primera que concede desde su renovación el pasado mes de mayo.

Se le ve fino. Entiendo que ha estado trabajando duro en verano para llegar en las mejores condiciones posibles, ¿no?

-Cuando sabes que vas a hacer la pretemporada con el primer equipo más te vale llegar en mejores condiciones que los que llevan años para intentar hacerte ese hueco en la plantilla y destacar lo máximo posible en pretemporada.

¿Ha realizado un trabajo más exhaustivo que, por ejemplo, el verano pasado?

-Sinceramente, sí. El año pasado era mi segundo año en el Bilbao Athletic, ya tenía ciertos galones, lo cual no quiere decir que no trabajara, ni mucho menos, pero cuando te dicen que vas a entrenar cada día con jugadores de altísimo nivel lo mínimo que puedes hacer es llegar muy bien físicamente.

Estuvo con Córdoba y algún otro compañero para ponerse a buen tono?

-Sí, con unas rutinas de entrenamiento. Y acabé muy contento. Córdoba lleva ya dos años en el primer equipo y me instruyó en ese sentido.

Fue como su profesor?

-Más o menos (se ríe).

¿Qué se ha encontrado en el vestuario?

-Aquí hay algunos jugadores con los que coincidí hace dos años en el Bilbao Athletic. Me he encontrado a gente muy maja, con muy buen rollo. La verdad es que es un vestuario ejemplar.

¿Usted veía a los jugadores del primer equipo como ídolos?

-Por supuesto. Aritz ha jugado con aita y me acuerdo de la temporada 2002-03 en la que ambos coincidieron en el primer equipo. O Muniain, por ejemplo, al que le sigo desde que llegó al primer equipo y va a hacer en breves diez años en el primer equipo. Para mí siempre han sido ídolos.

El jueves por la noche llegó el turno de las novatadas para los recién llegados. A usted se le vio muy suelto cantando y bailando?

-No soy de los que se cortan. Es algo que hemos vivido todos. Me tocó cuando llegué al Bilbao Athletic, el año pasado hacérselas a los jóvenes que subieron del Basconia al filial y este año nuevamente a mí recibirlas.

No parece muy tímido.

-No me corto. Además, ya conozco a muchos con los que he coincidido en el primer equipo, que también son chavales son muy sueltos y ese entorno te ayuda mucho a soltarte. Va con mi personalidad también.

¿Cree que ser extravagante le puede venir bien en el mundo del fútbol?

-Creo que sí. En el campo es muy importante confiar en uno mismo y no cortarse. Tener carácter y personalidad. Es lo que creo que me caracteriza.

Que Gaizka Garitano le conozca también será importante para usted, ¿no?

-Por supuesto. Es el que mejor me conoce. Hemos coincidido un año y medio en el Bilbao Athletic. Me conoce muy bien. Él me dijo lo que tenía que hacer para estar aquí.

¿Le hizo caso?

-Sí. Y lo seguiré haciendo. Para mí que esté él es de gran ayuda.

En mayo el club hizo efectiva la cláusula por la que renovaba su contrato automáticamente dos años y para entonces había perdido protagonismo. ¿Tuvo dudas de renovar?

-No. Mi sueño siempre ha sido jugar en el Athletic. En el momento en el que ejecutaron la cláusula fue una tremenda noticia. En ese momento ya piensas que tu vida va a ser otra. Es una felicidad increíble.

Hubo varios equipos que se pusieron en contacto con usted. Entre ellos, el Alavés.

-De lo que se escuchaba fue lo más claro que tuve. Pero cuando el Athletic, que es donde siempre he querido estar, ejecutó la cláusula, no tuve ninguna duda en quedarme.

La pasada campaña destacó en el Bilbao Athletic, pero el tramo final fue complicado para usted porque perdió protagonismo. ¿Entendió que jugara menos de lo que por rendimiento merecía?

-Tengo que decir que el año pasado vi una mejora en mi juego en comparación con el primero en el Bilbao Athletic. Yo con Gaizka (Garitano) estaba muy a gusto y con el cambio de entrenador me costó. Por mi carácter, me costó acercarme al entrenador, a Aritz (Solabarrieta), pero hice también buenas migas con él. Él creyó que en algunos partidos no tenía que empezar de inicio, pero ante todo tenía que respetar la decisión y seguir trabajando.

¿Le dio alguna explicación?

-Simplemente hubo partidos en los que durante la semana quizá no había entrenado como requería para ser titular y no queda otra que respetarlo y volver el lunes con todas las fuerzas al primer entrenamiento.

¿Fue complicado para usted?

-No? Cuando alguien sabe que está haciendo un buen trabajo y que cada vez que le ponen da el máximo, además estaba consiguiendo buenos números, algo me decía que lo estaba haciendo bien y que vendrían mejores cosas. Y así fue.

¿Llegó a dudar de sí mismo?

-No. Todo lo contrario. La familia te dice que se escucha tu nombre y que hablan de ti en distintos sitios y eso te hace pensar que estás haciendo algo bien. Yo estaba tranquilo, hacía bien las cosas y si yo sé que lo estoy haciendo bien, algo habría.

Por contrato, sabe que no saldrá cedido en verano y que estará aquí al menos hasta enero. ¿Eso le da tranquilidad?

-El no empezar la pretemporada con esa duda de tener que hacerlo muy muy bien para quedarme me hace estar bastante más tranquilo, más suelto. Cuando alguien está suelto y con confianza le salen mejor las cosas.

No tener presión ayuda?

-Que no implica estar relajado. Pero sí, quitarte esa presión ayuda. Tampoco soy mucho de comerme la cabeza, confío mucho en mí y en mis posibilidad y mi capacidad. Esa mentalidad me ha traído aquí.

Los que mejor le conocen dicen que destaca por la velocidad y la potencia ¿Está de acuerdo?

-Sí. Lo he demostrado en muchos partidos. Soy un jugador que corre al espacio, que quiere también el balón al pie, pero que va a los balones largos. De cara al gol encontré mucho la portería el año pasado.

El suyo es un perfil que no existe en el primer equipo. Es un extremo casi de otra época.

-Se escucha que en el fútbol actual se está perdiendo la figura del extremo puro y creo que yo sí soy un extremo puro y puedo aportar mucho al equipo.

Antes hemos hablado de sus virtudes, ¿pero en qué debe mejorar?

-En el aspecto defensivo. Lo demás, el ritmo, la intensidad va viniendo a medida que vas compitiendo. El hecho de correr para atrás, que es lo que a la gente de arriba no le gusta, es lo que tengo que mejorar.

¿Le hace Garitano hincapié en ello?

-Sí, por supuesto. Siempre me lo ha dicho. Desde el primer momento en el que coincidimos en el Bilbao Athletic. He mejorado en ese aspecto y me queda mucho por mejorar. Y lo haré.

El año pasado marcó nueve goles y despuntó en esa faceta, algo que sin duda agradecerá Garitano.

-Me acuerdo del primer año del Bilbao Athletic, cuando él decía que la gente de arriba podía jugar muchos partidos, pero que contaba mucho el hacer goles. Cambié mi mentalidad, encontré la portería y eso ya no tengo que dejarlo escapar.

¿Cómo lo logró?

-El primer año había gente curtida y no te sueltas en el sentido de ser más egoísta. Pecaba de generosidad en ocasiones. El año pasado cada vez que cogía el balón por supuesto que tenía en mente dar ese último pase, pero también miraba más a la portería. Eso me llevó a meter tantos goles.

¿Qué espera para esta próxima temporada?

-Hacerme a la categoría, conocer lo que es la Primera División en cuanto a intensidad, juego y el físico que requiere. Aspiro a tener cada vez más minutos. Soy un jugador con mucho margen de mejora, que siempre se adapta a la categoría a la que llega y consigue mejorar. Me queda mucho por mejorar, pero creo que lo puedo lograr.

Su caso es un tanto extraño en el mundo actual. Es verdad que ha jugado tres temporadas en Segunda B, pero la primera de ellas estaba en el Zamudio.

-Siempre se ha dicho que mi trayectoria ha sido a pasos agigantados. El último año de juvenil fui al Danok desde la ikastola Lauro. Veía cómo salían compañeros y yo le decía a mi aita que tenía nivel para hacer lo mismo y él me decía que tuviera paciencia. El último año de juvenil llegué al Danok para hacer la pretemporada y me quedé. Noté mucha mejoría en determinadas cosas e hice una segunda vuelta muy buena. Ya había firmado con el Zamudio antes de que ascendieran a Segunda B, prometían minutos a los jóvenes y así fue. Conseguí llegar a Segunda B, hacerme a la categoría, con el puesto y tuve la suerte de que el Athletic llamase a mi puerta.

¿Cuando jugaba en el Zamudio imaginaba llegar al Athletic?

-En aquel momento no. Cuando llegué al Danok y de ahí al Zamudio y vi esa profesionalidad en mí, tenía en mente que quería llegar a Primera. Tener eso en la cabeza, sin volverme muy loco, hizo que lo lograra.

Su aita jugó 445 partidos con el Athletic y es el octavo jugador de la historia del club con más partidos. ¿Usted con qué sueña?

-No sueño con mejorar los registros de aita, quiero jugar al fútbol en el equipo que quiero. Si se puede batir cualquier récord bienvenido sea y lucharé por ello, pero lo primero es lo primero. Ir año a año y conseguir el mejor resultado.

¿Pesa el apellido?

-Con mi carácter y personalidad, no demasiado. Sé que aita ha sido una persona importante en el club y al final más que perjudicar, me puede ayudar.

¿Le ha abierto puertas?

-No creo. El apellido no abre puertas, se las abre cada uno con sus actuaciones. Pero sí es verdad que más que perjudicar por lo que hizo mi aita me puede beneficiar por esa presión que pueda tener.

Su aita era lateral y usted extremo. ¿Jugar en posiciones distintas le ha librado de las comparaciones?

-Creo que sí, aunque siempre las va a haber; a la gente le gustan. Pero mi aita y yo somos muy diferentes. Él era defensa puro y yo soy atacante. Pero ese gen, esa casta y sangre fría que tenía él la tengo yo también. Por supuesto que lo voy a demostrar.

¿Le da algún consejo?

-Siempre me dice que sea constante, que no pare. Que siga. Que acabe una jugada y siga a por la siguiente, que no pare. Sus consejos son de mucha ayuda por todo lo que ha conseguido en esta categoría.

¿Quién se acerca más al otro?

-Yo creo que es más él.

Agradecerá esos consejos, supongo?

-Sí. Aunque no soy muy de pedir consejo, yo voy más a la mía. Pero muchas veces se agradece que venga y me los dé. Como pasa aquí. Que vengan Raúl, Aduriz? gente que lleva muchos años en Primera y te digan esas cosas que ellos conocen bien y que te ayudan en tu juego.

Nombre. Gaizka Larrazabal.

Lugar y fecha de nacimiento. Bilbao, 17-XII-1997.

Estatura. 1,80 metros.

Lugar y fecha de nacimiento. Bilbao, 17-XII-1997.

Peso. 81 kilos.

Trayectoria. Llegó al Danok Bat en su último año como juvenil (temporada 2015-16) y de ahí dio el salto al Zamudio de Segunda División B. Tras destacar en el conjunto vizcaíno, el Athletic le reclutó para su filial, donde ha sido indiscutible las dos últimas temporadas. Especialmente destacable fue su rendimiento el curso pasado, en el que destacó con nueve goles. El pasado mes de mayo el Athletic ejecutó la cláusula por la que renovaba automáticamente como jugador del primer equipo para los dos próximas temporadas y que estipula también que no podrá salir cedido este verano.

“Creo que ser extravagente me puede venir bien. En el campo es muy importante confiar en uno mismo y no cortarse”

“Garitano es el que mejor me conoce. Hemos coincidido un año y medio. Él me dijo lo qué tenía que hacer para estar aquí”

“Mi aita era defensa puro y yo soy atacante. Pero ese gen, esa casta y sangre fría que tenía él la tengo yo también”