la carrera deportiva de Aritz Aduriz (Donostia, 11-II-1981) parece sacada de una novela o una película de ficción. Una obra que fácilmente podría haber sido llevada a la gran pantalla por el director de cine David Fincher, como ya hizo en 2008 con El curioso caso de Benjamin Button, el hombre que nació en un cuerpo de un anciano de 80 años y que rejuvenecía con el paso del tiempo. El filme se estrenó en Estados Unidos el día de Navidad de hace ya once largos años, cuando nadie, incluido seguramente el propio Aduriz, que disfrutaba de su primera temporada en el Mallorca tras ser vendido por Fernando García Macua ese mismo verano, podría imaginar que sus mejores años estaban aún por llegar. El donostiarra tenía entonces 27 primaveras y se vio obligado a marcharse de Bilbao tras un desembolso de unos cinco millones de euros que el club bermellón nunca llegó a abonar de manera íntegra. Aduriz puso fin a su segunda experiencia en el Athletic sin saber que el destino le tenía preparada su tercera vuelta a casa y un sinfín de goles. Ayer, el club hizo público que seguirá como león hasta el 30 de junio de 2020, cuando tendrá 39 años.

Dos buenos cursos en el Mallorca -temporadas 2008-09 y 2009-10-, en los que fue el líder indiscutible en ataque, le permitieron dar el salto al Valencia en el mercado veraniego de 2010, compartir punta de ataque con Roberto Soldado, con quien firmó una bonita dupla ofensiva, y estrenarse en la Liga de Campeones. Quién le diría a Aduriz que su debut en la máxima categoría continental llegaría a pocos meses de cumplir los 30. El premio llegó tarde, pero ya se sabe, nunca es tarde si la dicha es buena. En el mercado estival de 2012, después de que en su segunda campaña en el conjunto che perdiera parte del protagonismo de la primera, regresó a Bilbao, de donde no debió salir nunca, no al menos en 2008, para convertirse en un referente y superar todos los registros de futbolistas de su edad.

El atacante donostiarra es un rara avis, un caso casi único, como así lo reflejan sus números y que tan ordenados los tiene el tuitero Adurizpedia, que debe su nombre ficticio a la admiración que siente por el delantero. Antes de alcanzar la treintena, Aduriz marcó 62 goles jugando en la élite, 23 de ellos con el Athletic, que se desgranan de la siguiente manera: 54 en liga, 6 en Copa y 2 en Champions. A estos se pueden sumar los 20 que consiguió defendiendo la elástica del Valladolid en Segunda División durante temporada y media; unos registros que posibilitaron su primer regreso a Lezama en el mes de enero de 2006, dos años y medio después de que dejara el Athletic para fichar por el Burgos. Pero ni con esas dos decenas se acerca a los 158 que ha anotado una vez cumplidos los 30: 103 en liga, 16 en Copa, 35 en Europa (3 en Champions y 32 en la Europa League) y 4 en la Supercopa. 148 de ellos llegaron en rojo y blanco, los diez restantes con el Valencia.

Su continuidad, al menos por una temporada más, permite al conjunto rojiblanco seguir contando con un futbolista que ha sido el faro ofensivo del equipo desde su vuelta. Hasta el punto de que la temporada que tocó el sábado a su fin en el Ramón Sánchez Pizjuán ha sido la única de las últimas siete en la que Aduriz no ha sido el máximo goleador del equipo. Reconocimiento que ha caído en la figura de Iñaki Williams y que antes que el donostiarra logró Fernando Llorente allá por el curso 2011-12. Entonces, el atacante donostiarra era un aficionado más, que sufrió y disfrutó a partes iguales con la histórica campaña firmada por la muchachada de Marcelo Bielsa.

Con el técnico argentino coincidió Aduriz durante una temporada, esta no tan agradable como la anterior, y desde entonces ha estado a las órdenes de Ernesto Valverde, José Ángel Ziganda, Eduardo Berizzo y Gaizka Garitano. Antes que ellos, el delantero coincidió con Joaquín Caparrós, Mané, Felix Sarriugarte, Javier Clemente y Jupp Heynckes, quien le hizo debutar el 11 de septiembre de 2002 en un encuentro de Copa ante el Amurrio. Su primer gol con el Athletic llegó en Anoeta, el 22 de enero de 2006 en el derbi ante la Real. Ahora, más de trece años después, suma 171 tantos y es sexto máximo realizador de la historia del club, a solo ocho de los marcados por José Iraragorri. ¿Le alcanzará? Tiempo tiene por delante, al menos una temporada más.