Lezama - Antes de recibir el primer One Club Woman Award del Athletic en el descanso del derbi que albergará mañana San Mamés entre los leones y el Alavés, la exjugadora sueca Malin Moström se desplazó ayer con su marido y sus dos hijas hasta las instalaciones de Lezama, donde Aitor Elizegi, en su condición de presidente rojiblanco, lideró la presentación de un premio por cuyo recibimiento se mostró “encantada” y “orgullosa” la mítica exfutbolista del Umeå IK, que acudió a la factoría bilbaina a primera hora de la mañana para presenciar el entrenamiento del primer equipo femenino y conocer en primera persona a la plantilla dirigida por Joseba Aguirre. Después, en sala de prensa, la sueca se convirtió en la gran protagonista de la mañana, del mismo modo que lo fue en los terrenos de juego durante las doce temporadas que estuvo en el Umeå IK desde su debut en 1995 hasta que colgó las botas a finales de 2006, ganando la Liga de Campeones en 2003 y 2004 y adjudicándose en seis ocasiones la Liga Damallsvenskan y en otras cuatro la Copa de Suecia.

“Es un orgullo y un honor encontrarme aquí. Es fantástico el trabajo que hace el Athletic y estoy encantada con todo lo que he visto en Lezama”, aseguró Moström, quien admitió que “me faltan palabras” para explicar lo que sentía al ser la primera destinataria de un premio que lo primero que le causó fue una grata “sorpresa, porque desconocía lo que es este galardón y es algo importante para todas las mujeres que juegan al fútbol y, sobre todo, en la situación actual en la que se encuentra el fútbol”. Cuestionada por su brillante trayectoria y por el grado de dificultad que encontró a la hora de poder desarrollar la totalidad de su carrera en el Umeå, razón de ser del premio, la excentrocampista sueca, 113 veces internacional con su país y subcampeona de Europa (2001) y del Mundo (2003), reconoció que tuvo “oportunidades” para jugar en otros clubes, pero que siempre tuvo claro que “la mejor opción” era quedarse en su equipo del alma.

“Jugar con el Umeå fue la mejor decisión, porque ponían a la jugadora por encima de todo. Irme nunca fue una opción, porque sabía que quedarme era lo mejor y fue muy fácil tomar la decisión”, destacó asimismo Moström, que dijo en tono jocoso que le “gustaría jugar en el Athletic”, pero que a sus 43 años se ve “un poco mayor”. Al club rojiblanco, no obstante, lo llevará “siempre en mi corazón”. “Me encanta la filosofía del Athletic y creo que es muy importante lo que hace el club, que está consiguiendo muchos éxitos y espero que más clubes sigan esta filosofía”, añadió además la exjugadora sueca, que lamentó las diferencias existentes entre el fútbol masculino y femenino, un tema “candente”.

EL MENSAJE DE ELIZEGI El presidente rojiblanco, Aitor Elizegi, quien al igual que la primera plantilla femenina del Athletic y varios directivos arropó a Moström durante su comparecencia ante los medios de comunicación, subrayó que “merecía la pena premiar desde otro punto de vista” en el mundo del fútbol y advirtió que “hay más candidatas y más oportunidades de premiar a este tipo de jugadoras”. “Creo que merece la pena haber concedido este primer premio, una mano dada, a Malin Moström, la primera One Club Woman, lo cual supone un orgullo para todos nosotros”, destacó del mismo modo Elizegi, quien calificó la jornada de ayer como “un día importante en la historia del club”.