SAN Mamés rabiaba por los dos puntos perdidos después de una segunda parte casi infame de los de Gaizka Garitano; la grada maldecía la gran oportunidad perdida de dar caza al Sevilla en la séptima plaza después de desperdiciar, como sucediera meses atrás ante Huesca y Betis, dos tantos de ventaja. Frente a ambos conjuntos el Athletic tuvo que conformarse con sumar un único punto, pues no hubo tiempo para la reacción, pero este Athletic poco o nada tiene que ver con el de entonces, está inmerso en una dinámica totalmente distinta, en la que casi siempre le sale cara. Y ayer volvió a ser así. Iker Muniain recogió un balón muerto dentro del área tras un rechace y fue objeto de penalti por un claro pisotón de Moses. No lo dudó el colegiado Munuera Montero, que señaló penalti y, aunque hubo que aguardar unos segundos que fueron interminables, el VAR no rectificó la decisión del trencilla. Sin Aritz Aduriz ni Raúl García sobre el verde, responsables habituales de ejecutar las penas máximas, Muniain cogió el balón y fusiló la portería de Aitor Fernández para establecer el definitivo 3-2.

El navarro, que vivió su segunda suplencia consecutiva después de no disputar ni un solo minuto en el choque del pasado viernes ante el Girona, salió al campo en la segunda mitad en sustitución del lesionado Raúl García. Para entonces, aunque únicamente se habían consumido trece minutos del segundo acto, el choque no pintaba demasiado bien para un Athletic que perdió la frescura y la alegría con la que afrontó los primeros compases del encuentro. Sin centro del campo, el partido se volvió de ida y vuelta, un correcalles que benefició claramente al Levante, aunque es cierto que el conjunto rojiblanco dispuso de ocasiones como para haber ampliado su renta en el marcador. Entre ellas, un disparo al palo de Muniain, que no pudo finalizar en gol una buena contra de los rojiblancos que condujo Iñaki Williams.

El navarro apenas pudo dar pausa al juego de su equipo, lo que a buen seguro hubiese agradecido el colectivo para sufrir bastante menos de lo que lo hizo. Cuando asomó en campo contrario y enlazó con sus compañeros sí se notó su presencia, pero resultó insuficiente, demasiado irregular.

Con el paso del tiempo, solo los más optimistas podían imaginar un escenario distinto al empate del Levante. Tanto fue el cántaro a la fuente... que Cabaco hizo de cabeza el 2-2. Sacudido por el doloroso golpe, el Athletic sacó fuerzas de donde pudo, no arrojó la toalla y buscó a la desesperada el gol de la victoria. Tras una buena acción por banda derecha de De Marcos que no acabó en gol por la rápida intervención de Aitor Fernández, Muniain cogió un balón muerto, encaró a Moses y acabó en el suelo tras le pisotón del nigeriano.

baja ante el getafe Fue una especie de déjà vu, pues en esa misma zona del área del fondo sur forzó un penalti similar ante el Girona en el estreno liguero de Garitano en el ya lejano mes de diciembre. Entonces fue Aduriz quien lanzó el penalti; ayer, Muniain, quien con su gol, el séptimo de la temporada en liga, igualó su mejor marca realizadora en el campeonato de la regularidad. Un registro idéntico al conseguido en los cursos 2013-14 y 2016-17. Con ocho partidos aún por disputarse, el navarro se encuentra en la buena línea para establecer una nueva marca personal. Eso sí, deberá esperar a la cita ante el Rayo del próximo día 14, ya que no podrá jugar este domingo ante el Getafe tras ver ayer la quinta amarilla del curso.