GORKA Iraizoz (Iruñea, 6-III-1981) se reencontrará con el Athletic, con su pasado, este viernes en Montilivi. Lo hará por cuarta ocasión desde que saliera del club bilbaino rumbo al Girona en el verano de 2017, aunque salvo sorpresa no será de la partida en el once inicial que ponga sobre el verde Eusebio Sacristán. El navarro, el tercer portero con más encuentros (392) en la centenaria historia del conjunto rojiblanco, es suplente habitual de Yassine Bono, internacional por Marruecos, quien comenzó en el banquillo la pasada campaña pero apenas necesitó unas semanas para ganarse la confianza de Machín y auparse a la titularidad, condición que mantiene en la actualidad. Así, todo hace indicar que Iraizoz seguirá el reencuentro con sus excompañeros desde la banda, por lo que a buen seguro que la cita será algo más amarga a nivel personal que el choque de la primera vuelta.

La cita, eso sí, volverá a ser especial para el portero, que se convirtió en el gran protagonista de su equipo en el partido de la décimo quinta jornada celebrada en San Mamés el pasado mes de diciembre. Con el guardameta marroquí lesionado, Iraizoz completó una de sus mejores actuaciones deportivas. Realizó hasta nueve intervenciones, muchas de ellas de mérito, para lamento de la afición y los jugadores del Athletic, incapaces de superar a su excompañero hasta que en el tiempo añadido de la segunda mitad asomó Aritz Aduriz. El donostiarra aprovechó un penalti cometido por Jonás Ramalho sobre Iker Muniain para batir a su amigo, lograr su primer tanto del curso en liga y permitir que su equipo, en el estreno liguero de Gaizka Garitano, sumara tres puntos vitales en su objetivo de salir de los puestos de descenso.

En los siete meses de competición consumidos hasta la fecha, Gorka Iraizoz ha disputado un total de diez encuentros, cuatro de liga y seis de Copa, con lo que ya ha igualado el número de partidos disputados la pasada campaña, su primera en el Girona, club al que llegó para dotar de experiencia a un equipo que se estrenaba en Primera División. Con Kepa Arrizabalaga asentado en la titularidad y Iago Herrerín aguardando una oportunidad en el primer equipo tras su buen rendimiento en el Leganés, donde jugó cedido más de media temporada, el guardameta navarro puso fin a diez temporadas como león en el verano de 2017 tras no recibir ninguna oferta de renovación por parte de la Junta Directiva que presidía entonces Josu Urrutia.

Ahora, con 38 años recién cumplidos, afronta las que podrían ser sus últimas semanas como futbolista del Girona, con el que se comprometió por dos temporadas, pues no ha trascendido noticia alguna sobre su posible continuidad en la entidad catalana más allá del próximo 30 de junio, así como el interés de algún otro equipo en hacerse con sus servicios. Actuaciones como la que firmó en San Mamés demuestran que aún sigue siendo muy válido para la práctica del fútbol. Su futuro, eso sí, sigue en el aire mientras no hay noticias y este viernes podría ser la última vez que viva un partido ante su exequipo.