AMPLITUD y profundidad. Eso es lo que aportan a la Real Sociedad sus dos laterales titulares a día de hoy, además de dotar al equipo de un factor sorpresa que cotiza alto en el fútbol. Las bandas, de vital importancia para no ahogar el juego en la siempre concurrida parcela central, asoman como dos de los puntos fuertes del conjunto txuriurdin, que tiene en Yuri Berchiche (Zarautz, 1990) y Álvaro Odriozola (Donostia, 1995) dos jugadores capaces de generar superioridades por los costados. La vertiginosa irrupción del segundo, a quien Eusebio Sacristán no ha dudado en otorgar galones tras la grave lesión de rodilla que sufrió Carlos Martínez el pasado mes de diciembre, ha supuesto un auténtico soplo de aire fresco para el flanco diestro del ataque de la Real, donde la asociación de Odriozola con Carlos Vela acostumbra a generar innumerables quebraderos de cabeza a los entramados defensivos de todo tipo de rivales.
Las tareas defensivas, no obstante, asoman como la primera labor de obligado cumplimiento para cualquier lateral, terreno en el que el canterano también está cumpliendo con creces. Tanto es así, que su entrenador le ha concedido ya siete partidos como titular. Son, de hecho, los que acumula el donostiarra en una Primera División a la que se ha aclimatado a la velocidad de la luz. En los dos últimos encuentros disputados, sin ir más lejos, ha sumado sendas asistencias de gol ante Eibar y Betis, dos choques en los que Odriozola no ha hecho sino confirmar su valía para adueñarse de una banda derecha en la que volverá a asomar en el derbi.
Será el primer partido que dispute el guipuzcoano ante el Athletic, toda vez que ni siquiera fue convocado para el choque que albergó San Mamés el pasado 16 de octubre. Cinco meses después, todo ha cambiado para Odriozola, a quien el presidente Jokin Aperribay confía en retener más allá de 2018, cuando vence su contrato actual. La sombra del Athletic, no en vano, vuelve a planear sobre Anoeta, donde temen una ofensiva desde Ibaigane. Albert Celades, seleccionador estatal sub’21, le ha incluido en su agenda y podría citarle el próximo día 17.
Un paso al frente Si sorprendente ha sido la puesta en escena del joven defensa donostiarra, cuya rapidez y claridad con el balón han convencido a Eusebio, no menos llamativo ha sido el definitivo paso al frente dado esta temporada por Berchiche, dueño absoluto de la banda izquierda. El de Zarautz, con pasado sombrío en Lezama, ha explotado en su tercera campaña en la máxima categoría.
A sus 27 años, el guipuzcoano ha encontrado el punto óptimo de forma, confianza y madurez, un cóctel que le ha permitido ofrecer el rendimiento que tanto en Zubieta como en Lezama creyeron que podía dar una vez asentado como futbolista. Para satisfacción de la afición txuriurdin, Berchiche lo ha logrado. En lo que va de curso, su figura emerge entre los mejores laterales izquierdos de la liga, donde pocos mejoran sus prestaciones. Solvente en defensa y siempre concentrado para no caer en errores individuales que lastimen al colectivo, el zarauztarra ha completado una especie de metamorfosis que le permite no pasar demasiados apuros en labores defensivas y brillar en sus incorporaciones ofensivas.
La tenacidad y el poderío físico se han convertido en dos de las principales armas de Berchiche, capaz de sorprender en cualquier momento con feroces carreras habilitadas por Mikel Oyarzabal, su socio en el costado izquierdo. La alianza entre ambos, al igual que sucede con Odriozola y Vela por la derecha, permite al equipo dirigido por Eusebio ensanchar el campo y abrir continuas vías de ataque. Berchiche, el cuarto jugador de la Real con más minutos en liga tras Rulli, Illarramendi e Iñigo Martínez, suma además dos goles para la causa, además de una asistencia de gol que no llega a reflejar su tremenda incidencia en el despliegue ofensivo txuriurdin.
Su gran temporada también podría tener premio a nivel internacional. Se espera que Julen Lopetegi, abierto a la incorporación de nuevos jugadores para la selección estatal, convoque por primera vez al guipuzcoano, uno de los dos incombustibles que tiene la Real en sus laterales.