ALEMANIA suele ser un destino ingrato. El fútbol de este país goza del máximo respeto, su selección y los clubes que lo representan en los torneos continentales están considerados como rivales muy duros, especialmente en sus estadios. Hay una serie de virtudes asociadas desde siempre a su propuesta: poderío físico e inconformismo. También distinguen al Augsburgo, como se comprobó en San Mamés en el choque disputado entre ambos hace ahora dos meses. Ello no quita para que el Athletic, líder en solitario del grupo, pueda sentirse favorito en el partido que en pocas horas acogerá el WWK Arena. Plasmarlo requerirá un trabajo concienzudo y equipararse en intensidad al rival alemán, solo así los rojiblancos estarán en condiciones de explotar su mayor calidad y puntuar en el feudo germano. En fin, nada que no se sepa, se trata de premisas válidas e ineludibles para encarar con garantías cualquier partido oficial.
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