¿Cómo definiría en una palabra el Athletic?

Maravilloso. Es el quitapenas para la ciudad.

¿Lo considera más que una religión?

Para los bilbainos, por supuesto.

¿Cuál es su primer recuerdo de niño sobre el Athletic?

Cerca del bar de mis aitas había un pequeño palomar, todo pintado de rojiblanco. Cada domingo que había partido en San Mamés, cada vez que el Athletic marcaba un gol, soltaban una paloma que se dirigía al hospital de Santa Marina. Así los enfermos se enteraban de los tantos de los leones.

¿Quién le metió el gusanillo del fútbol en casa?

Con una familia entera de hosteleros, hablar del Athletic era obligatorio.

¿Es de los que no perdona bocadillo y cerveza cuando ve un partido?

Llevo yendo a San Mamés desde los ocho años, pero reconozco que esta temporada me está costando más ir porque me aburro mucho. Echo en falta más intensidad, más raza.

¿Qué jugador rojiblanco es su preferido en toda la historia?

Fidel Uriarte. Era el mejor porque se recorría el campo él solo. Era una gran figura del Athletic: internacional, pichichi de la liga? Un grande.

¿Cambiaría un partido del Athletic por una buena cena o por una entrada para el cine?

Si el partido es a las diez de la noche me quedo tranquilamente en casa.

¿Si el Athletic fichara extranjeros lo entendería?

Sí. El Bilbao Basket tiene extranjeros y todo el mundo va a Miribilla y el sentimiento es parecido. Además, si queremos jugar la Champions League y lucir, hay que abrir el mercado y traer jugadores de nivel, porque de Lezama no sale nadie.

¿Un pronóstico para la final ante el Barcelona?

Les hemos dado campo, la ciudad... Así que creo que vamos a perder por 3-0.

¿Le impone que la final ante el Barça sea en el Camp Nou?

Sí, porque aunque nosotros vayamos con lo mejor, es su campo. Donde juegan y entrenan siempre.

¿Qué sería capaz de hacer si el Athletic gana?

No lo sé. Sería algo maravilloso pero lo veo tan complicado que no lo he pensado.

Una entrevista de Nagore Marcos