Bilbao- Cinco años después de ingresar en Lezama para incorporarse al Juvenil B rojiblanco, Anaitz Arbilla (Iruñea, 1987) tuvo que hacer las maletas para buscarse la vida lejos del Athletic. Barakaldo, Polideportivo Ejido, Salamanca, Hércules y Rayo Vallecano, desde enero de 2013, han sido los equipos en los que ha madurado como persona y futbolista hasta convertirse en un fijo de Paco Jémez en Vallecas. Termina contrato el próximo 30 de junio y los rumores sobre un hipotético regreso a casa están ahí, aunque el iruindarra afirma estar "centrado" en el Rayo.

Primera temporada completa en la élite y primer éxito. Se ha apropiado del carril derecho del Rayo.

-La verdad es que sí. Las cosas están yendo incluso mejor de lo esperado. En lo colectivo, hace tres meses no pensábamos que íbamos a poder estar con la salvación matemática en la mano a falta de tres jornadas. Y en lo personal, es normal que haya altibajos durante la temporada, pero me estoy encontrando bien, cómodo en el campo y, sobre todo, muy contento de estar ayudando al equipo a lograr el objetivo.

Llegó a Vallecas en enero de 2013. ¿Le costó adaptarse a la filosofía de juego de Paco Jémez?

-Cuando llegué ya sabía por dónde iban los tiros. De cara a esta temporada me vino bien haber estado con Paco durante la segunda mitad de la anterior para estar adaptado, aunque al principio prácticamente ningún jugador estuvo al nivel deseado. Con el paso de las jornadas hemos ido creciendo colectiva e individualmente.

El propio míster se deshizo en elogios hacia usted el miércoles a través de este periódico. ¿En qué ha mejorado con él?

-Igual me estaba haciendo la pelota (risas). Lo cierto es que si me he ganado su confianza habrá sido por algo y estoy satisfecho por ello, ya que no es fácil estar al nivel que pide Paco. Siempre te exige el máximo de tus posibilidades y es ahí donde te hace mejorar, en el plano psicológico y competitivo. Es un entrenador muy intenso y completo.

En la memoria queda su imagen, llorando, tras ser sustituido en Vallecas después de errar en el gol del 0-3 ante el Real Madrid. ¿Ha sido su peor momento como profesional?

-Sí, he vivido muchas experiencias malas en el fútbol, pero ese día fue muy duro para mí. Además, sucedió delante de las cámaras. El míster decidió cambiarme tras esa jugada y, en caliente, son cosas que pueden doler, pero de lo que más se aprende es de las cosas malas y de los errores que uno comete.

El 30 de junio termina contrato. ¿Renovará o escuchará atentamente las ofertas que le lleguen?

-Quiero esperar a ver si sale algo, pero ahora mismo estoy muy contento y centrado en el Rayo. También me he sentido muy querido por la afición durante este año y medio.

Aun así, ¿le ilusionaría recibir la llamada del Athletic?

-¡A quién no! A todos los que salimos de allí nos gustaría volver, porque tenemos ese sentimiento Athletic que vivimos desde chavales.

¿Qué significaría para usted volver a Bilbao?

-Sería lo máximo y muy especial, porque, como digo, todo chaval que haya pasado por allí lo que más desea es jugar algún día en el primer equipo con los mejores futbolistas vascos. Poder regresar sería increíble.

¿Se ve preparado para triunfar en el Athletic si se diese la circunstancia?

-Sí, está claro. Me propuse demostrarme a mí mismo que podía jugar en Primera División y, después de prácticamente cuarenta partidos, creo que puedo decir que he estado a la altura, aunque haya tenido mejores y peores partidos.

Fue con Caparrós al frente del primer equipo cuando su estancia en el Athletic tocó a su fin. ¿Fue duro?

-Sí, porque después de jugar con el Bilbao Athletic y entrenar con el primer equipo parece que puedes llegar a estar con los mejores. No es nada fácil salir de Lezama y adaptarte a otro tipo de fútbol y de experiencias fuera, pero estoy contento porque me he levantado de todos los golpes recibidos para llegar al final a Primera.

Las experiencias las vivió en el Barakaldo, Polideportivo Ejido, Salamanca y Hércules antes de recalar por el Rayo. ¿Qué ha aprendido por el camino?

-Sirve para curtirte como persona y futbolista, porque tienes que sacarte tú mismo las castañas del fuego. Con 20 años, por ejemplo, tuve que ir a vivir a Almería y allí, en el Polideportivo Ejido, viví momentos difíciles por tema de impagos. La temporada en Salamanca tampoco fue nada sencilla porque, a pesar de comenzar bien, acabamos descendiendo a Segunda B y la gente se nos echó muy encima. En el Hércules, en cambio, nos quedamos cerca del ascenso. Al final, me quedo con que todo sirve para aprender, madurar y conocer mucha gente buena.

Defínase como jugador para aquellos que aún no le conozcan demasiado bien.

-Es difícil describirse a uno mismo, pero me considero un futbolista muy trabajador, con mucha casta y que intenta mejorar cada día. Tendré mis virtudes y mis defectos, pero siempre quiero ir a más.

No lo ha dicho, pero además de lateral, también puede jugar como central.

-Sí, a lo largo de mi carrera he jugado en ambos laterales y como central. Donde me diga el míster.

¿A qué futbolista ha tenido como referente?

-A Andoni Iraola. Es un jugador que no solo gusta a los que hemos venido por detrás en Lezama, sino a todos los que somos laterales, al fin y al cabo. Yo me he fijado mucho en él, porque tiene mucha calidad y un gran recorrido.

Seguro que para usted será especial medirse al Athletic.

-Desde luego. Mantengo una gran amistad con jugadores como Markel Susaeta, Beñat, Iñigo Pérez o Ekiza, por lo que va a ser un día muy especial para mí. Además, seguro que se ve un buen partido porque los dos equipos llegamos en un gran momento.

¿Cómo ha vivido desde fuera la temporada de los rojiblancos?

-¡Está siendo envidiable! Al final se han hecho con esa cuarta plaza con la que todos los que sentimos al Athletic soñábamos. He intentado ver todos sus partidos y han estado a la altura de los grandes de la Liga, por lo que merecen jugar la Champions.

Hoy, no obstante, intentarán ganar para seguir creciendo. Con Paco Jémez no queda otra.

-Por supuesto, queremos sacar los máximos puntos posibles y ganar al cuarto de la Liga nos daría mucho prestigio, por lo que saldremos a tope esta noche. Además, aunque sabemos que quieren ganar aquí, tanto para el Athletic como para su afición sería más bonito certificar la cuarta plaza contra la Real en San Mamés (risas).