AUNQUE reconoce que de fútbol entiende lo justo -lo suyo son las artes marciales-, el director de relaciones externas de Caja Laboral, Isidro Elexgaray, es una enciclopedia del balompié. Por lo menos en cuanto al Athletic se refiere. Con el paso de los años ha ido almacenando capítulos protagonizados por los de San Mamés, pero han sido las anécdotas que le han contado sus amigos José Ángel Iribar y Dani Ruiz Bazán de sus tiempos de futbolistas las que han reforzado su sabiduría rojiblanca. Pero si Isidro tiene que destacar algo del mejor portero de la historia del Athletic y de uno de los goleadores más refutados de los leones es su cercanía y sencillez. "La amistad con ambos no viene del mundo del fútbol, sino del convencimiento de que son dos grandes personas. Lo han sido todo en el Athletic, pero lo que destacaría es su cercanía con las personas; me sorprende el cariño que les tiene la gente". Y tanto Iribar como Dani saben de primera mano lo que es ganar la Copa.

Este bilbaino de pro -Isidro ha sido y es perfumista, maestro y profesor de taekwondo, pregonero de Aste Nagusia y de la Semana Santa, Hermano Mayor de la Virgen de Begoña o medalla de oro de la asociación de afectados de retinosis pigmentaria de Euskadi- echa la vista atrás y recuerda sus primeras vivencias en torno al transistor. No había televisión y el eco de los goles de los rojiblancos llegaba a través de la onda media. "Como todos los niños, mi máxima ilusión era ser jugador del Athletic. Mis primeros recuerdos empiezan en un mundo en blanco y negro, donde la radio era el centro de la familia. A través de ella escuchabas la telenovela, el rosario y el partido del Athletic, que era un gran equipo en la época oscura del franquismo", rememora Isidro, una de las caras habituales de los actos sociales que a diario se celebran en la capital vizcaina.

Isidro, que también es socio de la peña del Athletic Müller-Dani, asegura ser talismán para los rojiblancos cada vez que acude al campo, aunque no es un habitual de San Mamés. El mismo campo que pisó por primera vez -recuerda- cuando tenía unos seis años. Fue de la mano de su padre para vez al Athletic contra el Málaga. El partido acabó 3-0 para los de Bilbao. Aunque de esa jornada liguera tiene grabado en la memoria otras cosas: "Me acuerdo que estaba Carmelo Cedrún de portero y toda una institución como ha sido José Ángel Iribar era suplente. ¡Fíjate si ha llovido desde entonces! También jugaba una persona que ha sido como un padre para mí, que era José Mari Orue, pero lo mejor del partido fueron los bocatas que llevamos. Mi padre lo ayudó a pasar con la bota de vino y yo con el jariguay, que era la bebida preferida de los niños de la época".

Desde la gabarra De los títulos coperos que el Athletic colecciona en sus vitrinas -que llevan cerradas a cal y canto desde un ya lejano 1984-, el director de relaciones externas de Caja Laboral recuerda con especial cariño el último que lograron los bilbainos contra el Barcelona de Diego Armando Maradona, el mismo que se lió a patadas al final del partido. Isidro tuvo la suerte de seguir a la gabarra por toda la ría desde un bote cercano. Por aquel entonces trabajaba en la revista Euskadi y pudo seguir la celebración in situ. La de Valencia de 2009 se tuvo que conformar con verla desde la pantalla gigante que se instaló en San Mamés.

Ahora, lamenta que Florentino Pérez haya puesto todas las pegas posibles para evitar que el coliseo blanco sea el escenario de la revancha contra el equipo de Guardiola. "Estamos viviendo un capítulo triste, que es el de no saber dónde vamos a jugar. Me parece vergonzoso que no podamos jugar la final en el Bernabéu para que puedan asistir más aficionados", critica.

Como empleado del mundo financiero, Isidro Elexgaray aprovecha la entrevista para lanzar un mensaje de optimismo ante la crisis económica que lo inunda todo y que parece no remitir. Recuerda que Euskadi ha salido otras veces del pozo y que la masa social rojiblanca ha tenido que hacer de la necesidad virtud cada vez que los leones han peleado por un título: "Siempre ha habido crisis. En el último título de Copa, Bizkaia estaba en quiebra y el índice de paro estaba disparado. Y hay que recordar que en los años 40 y 50 la gente se desplazaba a ver al Athletic. Iban a las casas de empeño y al Monte Piedad y dejaban en depósito sus objetos de valor, hasta colchones en algunos casos, para pagarse el autobús y la entrada para la final. El sentimiento Athletic es tan grande que se han hecho muchas barbaridades". ¿Qué hará Isidro Elexgaray para conseguir una entrada?